Un mensaje cuidadoso

GUADALAJARA, JALISCO (28/SEP/2012).- El Presidente Felipe Calderón fue cuidadoso en el llamado a la ONU para abrir el mensaje sobre el enfoque prohibicionista de las drogas. Jamás utilizó la palabra “legalización”, y se lo endosa a Naciones Unidas porque ya lo habían hablado en Cartagena, esta vez con mayor fuerza, con palabras como “urjo” y “exijo”, planteando estudios de evaluación sobre el enfoque prohibicionista, que deberán contener información sobre si la legalización es realmente una opción.

Aunque Calderón no lo menciona, la propuesta pasa forzosamente por el tema de la legalización: ver si es una opción y qué impacto va a tener. Es lo que pidió a la Organización de Estados Americanos (OEA), a la ONU, y se tratará en la próxima asamblea en Guatemala.

Los presidentes latinoamericanos han sido cuidadosos en el tema para no involucrar palabras que los pudieran comprometer. Cuando Otto Pérez, presidente de Guatemala, se pronunció sobre el tema, recibió una ola de críticas a su posición; su más reciente discurso en la asamblea de la ONU, en el mismo sentido que el de Calderón, y tendiente a la prevención, fue completamente matizado.

El panorama no es sencillo. Visto desde el ámbito internacional, en primera instancia debe modificarse el marco jurídico internacional, pues tenemos convenciones y tratados contra el trato ilícito de estupefacientes. Los países consumidores tendrían que aprobar estas modificaciones. Estados Unidos es un fuerte opositor al argumentar que la legalización crecerá el consumo. La tendencia dominante es el combate frontal; quizás por ello Calderón no lo dijo abiertamente, dejándolo a la interpretación. Se antoja difícil, pues el cambio debe ser global. Si lo hace sólo un país el alcance va a ser prácticamente nulo.