Lejos de las promesas

El ejemplo español es contundente. Una reciente encuesta que patrocinó el diario “El País”, indica que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, tiene la popularidad por el piso por su propuesta de aumentar los impuestos para enfrentar la crisis.

Seis de cada 10 españoles consideran injusta la medida, pero además ocho de cada 10 creen que el Jefe del Ejecutivo improvisa frente a la crisis y siete de cada 10 que las medidas que atenúan sus efectos “tardan en llegar”.

Hace 235 años, en 1774, colonos de las 13 colonias norteamericanas que se consideraban británicos, poseedores de los tradicionales derechos civiles y políticos del pueblo inglés, alzaron su voz en contra de los tributos onerosos y restricciones que intentaba imponer la Corona, porque entorpecían el desarrollo de la región. Fue el germen, en 1776, de la Declaración de Independencia.

Dos realidades separadas por más de dos siglos, pero con una fórmula que las identifica: presionar a los ciudadanos con tributos para recaudar fondos, con el supuesto que así es como sí se combaten las crisis.

Felipe Calderón, poco antes de asumir la Presidencia, sintetizó su plan maestro en materia de política fiscal: reducir impuestos para quienes producen, esto con el propósito de que haya más inversión que traería trabajos de calidad y bien pagados.

Cuando ha transcurrido la mitad de la gestión panista, la realidad es otra; las propuestas del equipo económico son más parecidas a la que llevan hoy a la ruina política a Rodríguez Zapatero, que a aquellas promesas en donde todo era miel sobre hojuelas; hoy, en un escenario en que se han sumado más de seis millones de mexicanos a la miseria, y en donde uno de cada cinco connacionales no tiene ni para comer, según el propio Mandatario,  incrementar 2% el impuesto generalizado supone un escenario más parecido al germen revolucionario de las colonias que abatir la crisis.

No se puede apagar el incendio con gasolina, ni creer que, ahora, subir los impuestos es el camino que fomentará la inversión y traerá trabajos de calidad.

Seis de cada 10 españoles, no le creen a Rodríguez Zapatero...