Ponerse de acuerdo, el reto

El tema competitividad está de moda. Lo ha estado desde hace tres lustros, cuando la Guerra Fría entre el Occidente capitalista y el Oriente socialista dejó de tener sentido y, en su lugar, se vigorizó el libre comercio. La consigna fue que gane más posiciones en el mundo no quien tenga más ejércitos, sino aquél que produzca más y mejores bienes.

Pero esto no es competitividad. Algunas naciones se opusieron a una noción tan simplista. Que no gane el más rico, sino aquél que mejor genere riqueza, pero también que la distribuya de manera más justa. Dicho de otra forma, el país más competitivo no es sólo el que produzca más valor económico, sino el que además sepa darle más bienestar a su población. Por eso no es Estados Unidos el país más competitivo, sino las naciones escandinavas. Por eso en América Latina México está muy por debajo de naciones como Chile o Costa Rica.

Porque competitividad no es sólo generar riqueza; también es mejor Estado de derecho, articulación de empresas grandes y pequeñas servidoras entre sí, mejores servicios públicos para la población, infraestructura en transportes y comunicaciones, aplicación de las leyes, educación para la gente, ambiente para el desarrollo de negocios, servicios financieros. Ah, y también mejores gobiernos, atentos a las necesidades de sus gobernados.

Salió el peine, dirán algunos. Un país competitivo es el que se organiza mejor para producir más riqueza y alcanzar mejores niveles de vida para la población.

Y para saber qué tan competitivo es México, o Jalisco, hay que compararse. “Lo que no se puede medir, no se puede ni comparar ni mejorar”, dijo ayer el Presidente Felipe Calderón. “Lo que más le conviene al país es compararse internacionalmente, tener referentes objetivos y tomar la decisión, sí, de asumir los riesgos de abrirse y compararse con otros; pero sobre todo de mejorar día con día la posición de nuestro país”.

Lo que está frenando al país es la división política y social. No hemos sabido entendernos para hacer de México un mejor país, mientras otros sí lo han sabido hacer.