¡Que Emilio prohíba el divorcio!

NUEVA YORK.- No me sorprende que el Gobernador Emilio González haya decidido utilizar el dinero que viene del bolsillo de los contribuyentes de Jalisco para lanzar una cruzada en contra de los matrimonios para parejas del mismo sexo, aprobados por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal en diciembre pasado. Lo que sorprende es que se haya tardado.

Después de todo, González se ha caracterizado por una gestión de gobierno en la que la separación entre Iglesia y Estado se ha vuelto delgada o inexistente. Lo mismo con las clases semanales de Biblia en Casa Jalisco, que con los recursos públicos que ha intentado darle al Arzobispado para financiar sus proyectos. Cómo va a sorprender si el mismo Gobernador se ha subordinado en público al Cardenal Juan Sandoval al pedirle permiso para mentar madres a gusto y pedirle que lo absuelva de sus pecados.

Lo que sorprende es que sea el Poder Ejecutivo de un estado como Jalisco el que niegue la existencia de familias diversas. Sorprende porque desde que el PAN llegó a la gubernatura, en 1995, el número de jaliscienses que emigra a EU ha aumentado. Según el Consejo Nacional de Población (CONAPO), en el 2007 Jalisco se convirtió en el segundo estado del país en expulsar a mexicanos hacia EU. La mayoría de las veces quienes se van de Jalisco son hombres jóvenes que dejan a sus mujeres detrás, muchas veces con hijos. En otras ocasiones, quienes se van son las mujeres, dejando a su descendencia con familiares.

De hecho, de acuerdo con datos del INEGI del 2005, de los 1.6 millones de hogares en Jalisco, casi 380 mil eran encabezados por una mujer, o uno de cada cuatro.  Por ello, sorprenden los argumentos del Gobernador que desconocen que las familias jaliscienses son diversas y que no todos los hogares están conformados por la familia de un padre, una madre y sus hijos.

De igual forma, sorprende que el Gobernador afirme que el “fin particular” del matrimonio sea la procreación, cuando las estadísticas de nacimientos en el estado, también del INEGI, revelan que de los nacimientos registrados en el 2006 en Jalisco, una cuarta parte fueron en hogares en unión libre, además de negar la realidad de miles de lesbianas y gays que ya tienen descendencia y que viven en Jalisco.

Con sus argumentos en contra de los matrimonios entre parejas del mismo sexo, el Gobernador se une al Presidente Calderón en su cruzada contra la dignidad de las personas gays, lesbianas, bisexuales y transgénero que desean la protección legal de sus derechos como parejas, pero también se lanzan en contra de todas las familias que no conforman el esquema que ellos, al igual que la jerarquía católica, tiene en mente como el único modelo de familia posible.

Irónicamente, quienes se dicen estar tan preocupados por defender el matrimonio y sus valores de la “aberración” de las parejas del mismo sexo, no se dan cuenta de que muchas de las parejas del mismo sexo que desean casarse lo hacen precisamente porque valoran la institución del matrimonio legal y sus derechos.  

Sorprende que el Secretario de Gobierno de Jalisco diga que los “niños no son mascotas”, desconociendo los estudios médicos, psiquiátricos y científicos que desde los años 70 se producen en Europa y en EU y que consideran que la homosexualidad no es una enfermedad y que los hijos de las parejas del mismo sexo son tan sanos como los de los hogares funcionales  de parejas heterosexuales.

Tan preocupado por la defensa del matrimonio y el bienestar de los menores, el Gobernador debería mejor leer esos estudios y utilizar su control sobre el Congreso local panista para buscar una prohibición legal del divorcio para todos, así sí “defendería al matrimonio” como se debe.
Politólogo e Internacionalista
Twitter @genarolozano