El tesoro escondido de Sinaloa

GUADALAJARA, JALISCO (24/NOV/2013).- Entre Mazatlán y Culiacán hay una perla sinaloense llena de historia y belleza por descubrir, poseedora de atractivos prehispánicos, coloniales y naturales por igual. Se trata del poblado de Cosalá, un tesoro de aroma ancestral rodeado por un esplendoroso bosque, que se ubica en el extremo Sureste de la porción media del Estado de Sinaloa.

Cosalá colinda con Culiacán y el Estado de Durango al norte, y está envuelto en las ramificaciones de la Sierra Madre Occidental. Tiene unos seis mil 500 habitantes y un clima tropical lluvioso con un promedio de 24.3 grados centígrados al año. Actualmente está beneficiado con la declaratoria de Pueblo Mágico de la Secretaría de Turismo.

Los estrechos callejones y la arquitectura vernácula de su Centro Histórico son huellas imborrables de esencia colonial, que ha quedado plasmada en sus pintorescas construcciones de vívidos colores, a tono con las faldas y vestidos tradicionales que portan sus mujeres.

En Cosalá hay alrededor de 250 edificios históricos entre los que destacan la Plaza de Armas, el Templo de Santa Úrsula, la Capilla de la Virgen de Guadalupe, el Convento Jesuita, el Convento Franciscano, la Casa del Palacio Federal en la época de la Reforma, La Chinche, el Callejón Luis Pérez Meza, el Hotel Quinta Minera y el Palacio Municipal.

Pero la historia de este pueblo lleno de vida, donde la música de banda y los corridos sorprenden en todo momento, se remonta a muchos años antes de la Colonia Española, cuando el territorio estuvo ocupado por grupos indígenas como los Tepehuanes, Acaxees y Xiximies, que dejaron testimonios de su existencia en diversos petroglifos y pinturas rupestres que se pueden apreciar en varias regiones del municipio, como el poblado del Cajón de Tapacoya.

Sumado a su esplendor arquitectónico y la calidez de su gente, Cosalá tiene una amplia variedad de recursos naturales, pues forma parte de al menos dos reservas ecológicas y es hogar de múltiples especies de flora y fauna, como el venado cola blanca, la guacamaya verde, el cenzontle, el jaguar y reptiles exóticos.

Atractivos para todos
 
Vado Hondo es un balneario a 12 kilómetros de la cabecera municipal de Cosalá, un lugar privilegiado para refrescarse con cascadas y pozas naturales para practicar la natación, el senderismo o simplemente relajarse en un día de campo. Además, recientemente se habilitó una tirolesa que permite recorrer las cascadas a una altura de 40 metros.

Si lo que se desea es practicar la pesca deportiva o degustar un buen pescado, la Presa José López Portillo es el lugar a visitar. Ahí mismo está instalado un hotel que ofrece los servicios de alimentación y hospedaje.

Por su parte, Guadalupe de los Reyes es un recuerdo del antiguo esplendor minero de la región, con arquitectura de los siglos XVIII y XIX que a pesar de haber sufrido algunas modificaciones, aún es capaz de mostrar el rostro de la época a través de construcciones como su iglesia, el kiosco, las calles y callejones serpenteadas y angostos, el puente del río y la celda en donde estuvo encerrado Heraclio Bernal, un bandolero y salteador que vivió durante la época del Porfiriato y que fue inspiración de Pancho Villa.

Otro de sus atractivos más destacados son sus aguas termales, consideradas sagradas por sus efectos místicos y curativos, que se encuentran a unos 27 kilómetros de distancia de la cabecera municipal. Para llegar primero hay que hacer escala en el poblado de San José de las Bocas y después atravesar una brecha en una camioneta tipo pick up, de doble tracción o rodado. Ya en el sitio, además de sumergirse en sus aguas con alto contenido mineral, es posible observar la flora y fauna, hacer fotografías, practicar el senderismo o cabalgar.

Cosalá también tiene una rica gastronomía, destacando las moliendas de caña con todos sus subproductos, la elaboración de conservas de frutas como papaya, mango y calabaza, así como pan, empanadas, dulce de leche, chorizo, queso, tamales y guisos regionales.

Pero sin duda, la machaca y las gorditas de asiento son dos de los platillos indispensables para todo visitante primerizo. En el recorrido tampoco puede faltar un espacio para hacer compras en los talleres de fajo piteado, sillas de montar y tejidos de ixtle.

Para admirar las maravillas naturales, basta una visita a las Grutas México, unas cavernas que llegan a alcanzar más de 250 metros de profundidad donde hay enormes estalactitas, estalagmitas y múltiples formaciones distintas.

Finalmente, la Reserva Ecológica del Mineral de Nuestra Señora es ideal para los amantes del turismo de aventura, pues se trata de un espacio de cinco mil hectáreas de bosques tropicales donde se puede acampar, hacer senderismo, bajar al río y ver petrograbados, además de que hay bocas de minas abandonadas llenas de historia y secretos. Ahí está instalada una de las tirolesas de mayor longitud del país, así como un santuario dedicado a la guacamaya verde, donde hay ejemplares bajo el cuidado de expertos para garantizar su conservación.

En resumen, Cosalá es un destino ideal para el turismo en familia o romántico, que invita a dejarse atrapar por cualquiera de sus encantos.

TOMA NOTA

Cómo llegar

Cosalá está a 158 kilómetros de Mazatlán. Para viajar desde Guadalajara en auto, lo conveniente es encaminarse como si se fuera al puerto y de ahí tomar la carretera libre Mazatlán-Culiacán o la maxipista de cuota de la misma ruta hasta llegar al crucero de la carretera interestatal hacia Cosalá, donde hay que dar vuelta. En ese tramo ya es posible disfrutar del paisaje majestuoso con sus cerros y colinas cubiertos de una vasta y frondosa vegetación.