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Hambre de conocimiento

La edad no es un impedimento para alcanzar sueños, ''Mamá Malena'' es un claro ejemplo de perseverancia y dedicación

Por: EL INFORMADOR

Guadalupe Elena Flores, ''Mamá Malena'', realizó su sueño a los 74 años de edad: ser licenciada en Homeopatía. ESPECIAL  /

Guadalupe Elena Flores, ''Mamá Malena'', realizó su sueño a los 74 años de edad: ser licenciada en Homeopatía. ESPECIAL /

GUADALAJARA, JALISCO (09/MAY/2011).- Las instituciones de educación superior en Guadalajara no tienen números sobre los adultos mayores que ingresan a las filas estudiantiles, lo que hace pensar que llegada cierta edad es imposible pensar en continuar o iniciar los estudios profesionales.
Existen casas de estudios –como es el caso de la Univa– que han creado programas exclusivos para personas que superan los 50 años de edad, sin que ello signifique que el ingreso de estos individuos esté abierto al 100% en otras carreras.

Lo más común es que luego del paso del tiempo, diversos licenciados regresen a la universidad para cursar estudios de maestría o doctorado. Este no es el caso de Guadalupe Elena Flores, quien pasados los 70 años de edad encontró en la escuela satisfacción y realización.

Fue en diciembre de 2010, cuando la tradicional toga y el birrete la vistieron para dar por finalizada una importante etapa en su desarrollo profesional, teniendo 74 años, como licenciada en Homeopatía.

En su juventud, diversas circunstancias la orillaron a dejar a un lado los estudios. Aproximadamente, a los 18 años se casó (en 1959) y se convirtió en madre de cuatro hijos. “Sólo había concluido la primaria y una carrera técnica de comercio, que era lo que se acostumbraba en ese tiempo, porque las señoritas no podían ir a una escuela mixta, de igual forma, la secundaría no me dejaron estudiarla”, explica.

La profesión de su esposo (médico), la integró al mundo de la medicina de forma empírica y voluntaria. Por más de 20 años, Elena trabajó en una farmacia en la que ofrecía consultas médicas gratuitas, aspecto que le ayudó a entender el idioma profesional de esta rama; sin embargo, dice que “sentía algo muy raro, como una necesidad de estudiar y desarrollarme”.

Ante ello, la gente comenzó a llamarla doctora, lo que la incomodó por completo, “me decían doctora, pero yo sentía que hurtaba ese título, porque no lo era”.

Teniendo 68 años de edad, decidió a emprender este reto académico: ingresar a la universidad. Ya habiendo cursado la secundaria y la preparatoria a destiempo, compartió su anhelo estudiantil con su esposo. La primera idea fue acudir al Centro Universitario de la Ciénega, de la UdeG, para cursar la carrera de Derecho.

“Siempre quise ser abogada para defender las causas perdidas (…) pero me decían que cómo a mi edad iba a estar litigando en los juzgados, quién me iba a destinar un caso, en parte, tenían razón”, comenta, por lo que decide orientarse a la homeopatía, al tener los conocimientos necesarios para desarrollarse.

Vencer los miedos
Fue por medio de folletos y revistas que Guadalupe Elena Flores supo de la existencia de la Escuela Superior de Homeopatía, ubicada en la Plaza Tapatía de Guadalajara. Decidida, emprendió el camino a la ciudad y solicitó informes en el recinto educativo. Recuerda la incertidumbre que sintió al pensar en los compañeros que tendría, ella sería la más grande del salón… al final, tomó la decisión de inscribirse y comenzar a asistir a clases inmediatamente.

“Sentí temor, pensaba que ya estaba muy grande para eso, eso me daba pena, pero me apoyaron los maestros y todo el grupo de compañeras, una de ellas me hablaba por teléfono para preguntarme si ya había hecho la tarea”.

Al día de hoy, “Mamá Malena”, como la llaman algunos, forma parte de la quinta generación de la licenciatura en Homeopatía de la Escuela Superior: “Ahora siento satisfacción. Siempre cargué un sentimiento de culpa por no haber estudiado a tiempo, le decía a mi esposo que yo era el único burro de la casa. Todos eran profesionistas y yo sólo era mamá”.

Una vez inscrita en la carrera, no hubo marcha atrás, con sus 74 años Guadalupe Elena se desempeñó como una alumna ejemplar al superar y dominar las herramientas y deberes necesarios para completar sus tareas.

Mensaje
Generalmente, después de concluir la secundaria o preparatoria, algunos jóvenes deciden dejar los estudios a un lado y no continuar con su preparación académica, ya sea por circunstancias familiares o por el simple hecho de iniciar una vida laboral y comenzar a tener dinero. “Mamá Malena” comparte un mensaje a las nuevas generaciones.

“Están desperdiciando su vida. El dinero no lo es todo, es un medio para obtener muchas cosas, considero que él que más sabe, más vale, y no tienes que hacerlo porque lo demás lo dicen, es porque tú te quieres sentirte más preparado”.


“Entre más ignorante seas, más trabajo te costará tener, ser y decir”. Elena Guadalupe Flores, egresada de la licenciatura de Homeopatía a sus 74 años.  

Para saber
En 2009, se presentó El estudiante, filme de Roberto Girault, que expone un caso similar al que vivió “Mamá Malena”: Chano, un hombre de 70 años, se inscribe a la universidad para estudiar Literatura. Aquí, él logra romper una brecha con los jóvenes al compartir sus conocimientos, tradiciones y costumbres a las nuevas generaciones.

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