Viernes, 10 de Octubre 2025
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¡La papa no es mala!

En cantidades moderadas y con poco aceite, este tubérculo puede resultar benéfico para el organismo

Por: EL INFORMADOR

Con papas congeladas se puede preparar este platillo en un dos por tres. Disfrútalo en tu mesa. ESPECIAL  /

Con papas congeladas se puede preparar este platillo en un dos por tres. Disfrútalo en tu mesa. ESPECIAL /

GUADALAJARA, JALISCO (10/FEB/2012).- La principal consigna cuando se pretende iniciar una dieta es alejarse de todo aquel alimento que “engorde” y complique el proceso de digestión. Por años, la papa ha sido blanco de críticas y de vez en cuando menospreciada en las dietas balanceadas, sin importar los múltiples beneficios que este tubérculo comestible ofrece al cuerpo.

Bien es cierto que muchas de sus presentaciones en la mesa no son las más recomendables. Lo más común es consumir papas fritas, ahogadas en aceite o bañadas en mantequilla cuando hay un pollo horneado cerca.

La papa, más allá de ser un simple almidón, conlleva propiedades ricas en hidratos de carbono, fibra, potasio, vitaminas y minerales. En la primera lista de características resaltan sus reservas en los carbohidratos de donde surge la energía necesaria para movilizar al cuerpo en lo que respecta a las funciones básicas del metabolismo, como la respiración, digestión, excreción y circulación.

Y es que si pretende iniciarse en el mundo de los deportes, la papa es un alimento indispensable para que el cuerpo resista la actividad física moderada hasta la intensiva, seas o no un deportista activo y formal.

En lo que a fibra se refiere, en cada dos gramos de una ración de mediana pieza se encuentra este atributo, que concentrada en su cáscara agiliza el proceso y asimilación de los alimentos, y reduce las molestias intestinales como la inflamación, los gases y el estreñimiento, padecimientos que de no evitarse pueden finalizar en hemorroides, divertículos y cáncer de colón.

Otra relevancia es el aporte de potasio. La sugerencia para un adulto es consumir diariamente 800 miligramos, en una papa grande (mayor a 148 gramos) se encuentran más de 620 miligramos de potasio, casi la ración necesaria.

Con este consumo se adquiere el correcto funcionamiento del sistema muscular, al promover la óptima contracción y relajación de cada músculo que protegen al sistema óseo. De no ingerir papa, es posible que el cuerpo se enfrente a los populares calambres, contracturas y dolores.

Por otra parte, las papas contienen grandes concentraciones de vitaminas y minerales, entre las que destacan la C, que actúa como antioxidante  ante los radicales libres y evita el envejecimiento prematuro y las enfermedades infecciosas.

La papa también contiene vitaminas del complejo B, especialmente el B6, que brinda mantenimiento y rendimiento al sistema nervioso, responsable de la velocidad de respuesta y reflejos del músculo.

Alto al envejecimiento

El cuerpo sigue un proceso de envejecimiento natural, que inicia desde el momento en que se respira por primera vez. Sin embargo, la nutrióloga Cecilia García Schinkel, destaca que existen situaciones que pueden acelerarlo, determinando afectaciones directas en las apariencia física como en el estado de salud.

“Se trata de una serie de procesos metabólicos que se originan en el interior de las células, en las mitocondrias, que se conocen como estrés oxidativo, o bien de la exposición que la persona tenga a los agentes radicales libres en el ambiente”, explica la experta al resaltar las propiedades antioxidantes de la papa en este sentido.

Cuando el cuerpo trabaja a marchas forzadas por estrés, ansiedad o actividades aceleradas, se producen moléculas que contienen oxígenos muy reactivos como parte de su proceso celular normal, sumando a esto los radicales libres del ambiente que se producen por la combustión de los motores, el humo del cigarro y el esmog, por lo que el contacto constante con agentes oxidantes lastiman y envejecen al cuerpo.

“El antioxidante por excelencia es la vitamina C, el ácido ascórbico. Su capacidad de absorción de agentes radicales libres es tal que su efecto va desde la capacidad de contraer menos enfermedades infecciosas y resolverlas fácilmente, hasta su capacidad de reconstruir tejidos lastimados, promoviendo la formación de colágeno”, explica.

García Schinkel agrega que en una ración de papa de 148 gramos se encuentra un promedio de entre 20 y 27 miligramos de vitamina C, cuando la recomendación diaria para un adulto es de 60 mg, por lo que una papa de tamaño mediano aporta 45% de esta vitamina al día.

¿Congeladas y listas?

Los supermercados y restaurantes suelen ofrecer al comensal una peculiar presentación de la papa: congelada, precortada en distintas formas y/o precocida. Aunque también este tipo de platillo es casi eliminado de la dieta sana, la practicidad de éstas para quien cocina es bastante, puesto que reduce los tiempos de preparación y cocción, así como la utilización de aceite y gas en la estufa.

Y como la base de cualquier dieta consiste en la cantidad de alimento que se ingiere para lograr un equilibrio en el peso y el estado de la salud, el consumo de este tipo de papas tiene un valor nutrimental muy similar al de las frescas. A decir de expertos de la productora Papas de Estados Unidos, “las versiones prefritas absorben menos aceite  durante la cocción en la fábrica  y la posterior cocción en la cocina, que cuando se elabora la misma receta con papas frescas, ya que se debe a que la versión fresca es más húmeda y por lo tanto requiere de mayor tiempo de cocción y absorbe más grasa”.

Otro punto que se destaca es que la congelación que se utiliza en este tipo de productos es más rápida, puesto que se congelan trozos individuales  en contacto con corrientes de aire o gases muy fríos, por lo que se logra dentro del alimento la formación de cristales de agua muy pequeños que no dañan  los tejidos ni afectan las estructuras y textura.

Un detalle también importante es que las papas congeladas no requieren de conservadores u otros aditivos en grandes concentraciones, ni de grandes cantidades de sal, pues algunas cuentan ya con condimentos agregados (como especias o hierbas) para darles un sabor especial.

Por último, los almidones, la fibra, el potasio y las vitaminas del complejo B que aporta naturalmente la papa, no se dañan con los procesos de precocción ni de congelación rápida.

¡A LA COCINA!
Papas con carne molida y salsa pasilla

* Ingredientes

• 1 paquete de rebanadas de papas congeladas

• Aceite vegetal

• ½ kilo carne molida de res

• 5 chiles pasilla

• ½ cebolla finamente picada

• 1 diente de ajo

• Sal y pimienta al gusto

• Consomé de pollo en polvo

* Preparación

• Fríe las papas en aceite caliente, cuando estén doradas escurre el exceso de aceite sobre papel absorbente. Mientras tanto, limpia los chiles con un trapo húmedo; desvénalos y ásalos en el comal, posteriormente remójalos en agua caliente y licúalos con el ajo, sal y un poco de agua. Reserva por separado.

• Calienta un poco de aceite en una olla y salpimienta la carne. Fríe la cebolla y agrega la carne poco a poco, haciendo movimientos constantes para que no se pegue; deja cocer unos instantes y añade el chile pasilla colado, sazona con el consomé de pollo; tapa y deja cocer durante 20 minutos. Pon la carne en un tazón, acomoda las papas entre la carne, báñalas con salsa y sirve a la mesa.

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