Lagos de Moreno: el sabor de antaño

GUADALAJARA, JALISCO (04/AGO/2013).- En Lagos de Moreno la tierra vibra. En cada centímetro que el visitante avanza, sus callejuelas adoquinadas crujen historia, naturaleza, aromas de nostalgia y sobre todo, se expide un sabor artesanal labrado en las cacerolas caseras de las haciendas y antiguas fincas de adobe.

Este municipio es uno de los Pueblos Mágicos de Jalisco que, desde su cartel de bienvenida, despliega un menú de actividades dignas de disfrutarse durante tres días, como mínimo.

En la última década, Lagos de Moreno se ha forjado como un sitio casi obligado a conocer cuando se está de visita por tierras jaliscienses; la diversidad cultural y culinaria que posee, posicionan a este destino como un punto de reunión no solamente regional, sino que sus alcances van más allá de lo internacional, al contar con comunidades extranjeras que han asentado aquí elegantes galerías artísticas, foros escénicos y pasajes donde la Naturaleza se mezcla con la historia colonial y revolucionaria de un México antiguo, pero sin dejar de lado los conceptos contemporáneos.

Por otro lado, está el misticismo religioso que se pasea en el aire y en la treintena de iglesias que colorean al municipio entre tonalidades terrenosas que van desde los ásperos muros de ladrillo secados al vapor, hasta aquellos dorados de acabado mate que cobijan a las repisas y portones de los templos con mayor devoción turística.

Desde la metrópoli tapatía son dos horas de trayecto para llegar a este sitio donde las barras de chocolate amargo se funden con la leche bronca recién ordeñada, y donde los amaneceres se cobijan por una delicada capa de neblina con aroma a tierra mojada.

Al despertar

De noche Lagos de Moreno se disfruta bajo un cielo estrellado, al tiempo que los vientos frescos corren por las calles haciéndose acompañar del murmullo de los grillos y las luciérnagas.

Amanecer ahí será la excusa perfecta para que los laguenses –gentilicio de sus habitantes– complazcan al turista con banquetes matutinos en los restaurantes y áreas de picnic donde el amanecer deja un fino rocío en la vegetación verdosa y floral de las llanuras y praderas de Lagos de Moreno.

Luego del desayuno, el paseo. Restauranteros, hoteleros y agencias de viajes se encargan de organizar recorridos turísticos por las áreas más emblemáticas y peculiares del municipio, habiendo oportunidad de tematizar los paseos o hacer una mezcla entre cabalgatas, caminos de bicicleta o adrenalina pura en las dinámicas montadas a bordo de cuatrimotos.

Pero también está la parte tranquila para aquellos que sólo desean un momento de relajación y silencio absoluto, pues también aquí hay servicios de spa y masajes terapéuticos que resucitan cualquier músculo magullado por el cansancio citadino.

Siglos de historia

No puede faltar un recorrido por el Centro Histórico del pueblo, recién renovado a razón de los festejos por sus 450 años de fundación; las calles ahora son absolutamente peatonales y con cableado oculto, lo que permitirá capturar mejores imágenes.

El primer cuadro de esta tierra mágica es un recuento de los hechos históricos más importantes de la región; a lo largo de sus vías de tránsito se pueden apreciar murales y esculturas de las diversas etapas por las que ha pasado tanto Lagos de Moreno como el país entero.

Para la caminata habrá que tener paciencia y tranquilidad, pues son más de 25 manzanas de adobe y cantera las que presumen de acabados arquitectónicos con más de 200 años de antigüedad. Una de las paradas obligadas es en la Parroquia de La Asunción, un inmueble de estilo barroco que es catalogada como uno de los más representativos a nivel Latinoamérica, por su composición en adobe y tejamanil, conservando en su acceso principal una serie de relieves lobulados y torres de tres cuerpos.

Entre bóvedas y arquerías de cantera, Lagos de Moreno también presume a la famosa parroquia, donde descansa el cuerpo incorrupto de San Hermión, un mártir romano que fue traído al pueblo en 1790, y que cada 28 de febrero, los laguenses rinden devoción con verbenas populares en todo el municipio y localidades vecinas.

A escasas cuadras, está el templo y exconvento de Capuchinas y la iglesia de Nuestra Señora de la Luz, en la cual, la cúpula es una réplica de la parroquia del Sagrado Corazón de Montmatre, de París.

Si el tiempo es corto, una caminata al atardecer será suficiente para despejar la mente y disfrutar del aire fresco durante el atardecer en la Plaza Constituyentes, en la que están a disposición bancas y áreas verdes para descansar mientras saborea una nieve artesanal de hielo raspado o garrafa.

Si de comida se trata, la cocina de Lagos de Moreno repunta con las tradicionales pacholas, platillo protagonista de la región que integra carne molida de res y puerco, mezcladas con bolillo remojado en leche, chile ancho seco, pimienta y ajo, ingredientes molidos directamente en el metate.

Este tipo de platillos pueden saborearse en los puntos de encuentro cultural que desglosan una estampa artística, desde las ramas plásticas y escénicas, como acontece en la popular galería café Terréscalli, el bar de Casa Grande o diversos antros en el malecón colonial.