Tradiciones y vanguardia, fusión para preservar

GUADALAJARA, JALISCO (10/JUN/2011).- Hay quienes no sólo se enorgullecen de la tradición y la cultura, de los colores que dan vida a las creaciones más representativas del país y de las lenguas indígenas que recuerdan, mediante vocablos desconocidos para algunos, los orígenes de México, sino que están tan ligados con los procesos artesanales con los que elaboran diferentes productos, que hoy en día todavía las transmiten a las nuevas generaciones.

Pintar, bordar, tejer, moldear o pegar, todo hecho según lo aprendieron por herencia, son métodos que al final revelan bellas piezas únicas de cada región. Los colores son un elemento primordial, ya que las culturas de Jalisco se distinguen por su alegría y audacia, por la pasión que tienen y sienten por su tierra, y por los retratos históricos que se encuentran en collares de chaquira, jarritos de barro y prendas bordadas, entre otros.

Elaborar los productos artesanales es parte esencial en la vida de un indígena mexicano, las costumbres arraigadas y que todavía se trasmiten de generación en generación, no sólo conservan con vida lo más elemental de México en sus diferentes etapas, además significan un orgullo para todos los compatriotas que presumen ante el mundo las manos capaces de dar forma y textura a piezas únicas.

Muchos de los artesanos, indígenas o no, exhiben sus creaciones en los lugares turísticos más concurridos de Jalisco, por eso resulta imposible pasar por Tlaquepaque o Tonalá y no ver todas esas figuras que cuentan la vida y costumbres de las diferentes etnias indígenas y, en algunos otros casos, dejan ver destellos de vanguardia y modernidad.

En busca de nuevos horizontes

Con la finalidad de ayudar a los productores artesanales a llevar el nombre de México cada vez más alto y más lejos, existe el Instituto de la Artesanía Jalisciense (IAJ), un sitio en el que a través de la divulgación y la participación en ferias culturales, se apoya la labor ancestral de quienes mantienen viva la esencia de la cultura mexicana.

El Instituto, inaugurado en 1964, “tiene el propósito de ayudar a los artesanos productores, porque ellos son herencia, identidad e imagen de México y Jalisco”, detalla Mario Alberto Reyna Bustos, director general del IAJ.

Además, agrega, una de los objetivos prioritarios del organismo “es difundir lo nuestro a través de diferentes ferias y exposiciones en las que los artesanos presenten su producto con una mayor facilidad de difundirlo y comercializarlo. Antes el cliente tocaba a la puerta del artesano, incluso éste sacaba la loza todavía caliente de los hornos, pero hoy ya no es así, ahora hay que estar presentes en eventos que permitan la difusión, hay que vender a través de internet y tener directorios artesanales con información clara y precisa que difunda y promueva la artesanía. Esto es lo que hace el Instituto, queremos salvaguardar técnicas tradicionales y al mismo tiempo impulsar otras nuevas que nos permitan seguir elaborando el reflejo de México”.

Diseñar lo típico

Precisamente con la finalidad de crecer la producción y comercialización de las piezas artesanales, el IAJ creó un Centro de Diseño e Innovación Artesanal (Cedinart), en el que profesionales del diseño industrial y gráfico, así como de la mercadotecnia y la arquitectura, capaciten a los artesanos a fin de lograr una producción distinta. Respetando los procesos, pero agregando diseño y tendencia, elementos que el mercado internacional demanda y que permitirán el crecimiento y la expansión de los productores, dando paso a nuevos canales de comercialización de talla internacional.

 “El centro de diseño fue planteado desde que inició esta administración; estamos convencidos de que es una necesidad para el artesano y por ello es un principio de orden la subsidiaridad que se debe aplicar para apoyarlos, es decir, lo que no puede hacer el artesano por sí solo que lo haga en apoyo el Gobierno. Hay artesanos muy exitosos como Rodo Padilla, Sergio Bustamante y Jesús Guerrero Santos, quienes han trascendido nuestras fronteras y llevan el nombre de México muy en alto, pero a su lado hay diseñadores, o ellos mismos lo son, entonces pretendemos que un gran números de artesanos logre esos mismos niveles, pero muy pocos tienen la oportunidad de acercarse con un diseñador artesanal”.

El propio director del IAJ ha sido testigo de artesanos que tienen desde hace más de 10 años bocetos que no han sabido o no han podido desarrollar, dejando grandes ideas sólo plasmadas en papel. Por esta razón, el Cedinart pretende ayudarlos para que de la mano de profesionales y estudiantes de la Universidad de Guadalajara y el Tec de Monterrey, logren desarrollar nuevos productos, así como mejorar lo que ya se hace.

Además de esto, a través del área de investigación se podrán conocer las tendencias mundiales para saber cómo y qué producir en el centro de diseño, lugar que también funcionará como un laboratorio experimental, en el que los artesanos participarán en talleres y conferencias de capacitación constante.

“Como instituto, el Cedinart nos servirá también como un proveedor. Habitualmente, para nuestros artículos promocionales y de información, tendríamos que contratar a diseñadores, ahora no lo vamos a hacer ya que nuestros artesanos capacitados serán nuestros nuevos proveedores”, detalla Reyna Bustos.

Nuevas técnicas y herramientas para la elaboración de productos, capacitación y apoyo para crear sus propias páginas de internet, tarjetas de presentación y empaques, es sólo una parte del apoyo que los más de tres mil 400 artesanos registrados en el instituto podrán recibir en el nuevo centro de diseño, herramientas que aunadas a una mentalidad de prosperidad funcionarán como una puerta a la exportación.

PARA SABER

Con la intención de ubicarlo en una zona destacada por la creación artística popular jalisciense, el Centro de Diseño e Innovación Artesanal (Cedinart) se fundó en el Museo Regional de la Cerámica, en Tlaquepaque, y a partir del próximo lunes arrancará con una serie de talleres teórico-prácticos enfocados en la innovación del producto y el etiquetado de los mismos, en los que se espera capacitar a cerca de 40 artesanos, inicialmente.