Suplementos | Análisis de especialistas ¿Vocación o empleo? Existen licenciaturas que gozan de una amplia demanda estudiantil, pero cuyos egresados no son del todo indispensables para la ciudad Por: EL INFORMADOR 30 de enero de 2012 - 02:10 hs El éxito de los estudiantes al momento de egresar de sus carreras tendrá que ver con la forma en que trabajan. / GUADALAJARA, JALISCO (30/ENE/2012).- “Si una persona elije una carrera porque dice que está de moda o porque al parecer es la que más retribuye económicamente, realmente no va a ser ni competitivo ni va a ser el mejor profesional”, afirma Sergio García Vázquez, profesor de la Universidad del Valle de Atemajac (Univa) con especialidad en Filosofía, Ciencias Sociales y Gestión Organizacional, al considerar que actualmente algunas instituciones universitarias ofertan licenciaturas que por temporadas gozan de una positiva demanda para atraer más estudiantes, tanto en el sector público y privado. Nutrición, Diseño gráfico y Gastronomía son algunas de las carreras que aumentaron su oferta y matricula académica desde 2011, pero ¿realmente se necesitan este tipo de profesionistas en la ciudad? En un primer análisis algunos especialistas de la metrópoli tapatía consideran que no (con sus excepciones), pues existen áreas y problemas sociales en los que se requiere más personal capaz de proponer soluciones públicas. En este sentido, Adrián Acosta Silva, investigador y maestro en Ciencias Sociales con especialización en Políticas Públicas de la Universidad de Guadalajara (UdeG), destaca que realmente se requiere “crear profesiones adecuadas a las nuevas necesidades del sector público y no sólo del privado. Generar una nueva oferta institucional o más profesiones ligadas al mejoramiento del desempeño gubernamental (estatal y municipal) con profesionistas que formulen políticas públicas para el desarrollo del medio ambiente, seguridad pública y de este tipo de problemas importantes que tenemos y que tendrán implicaciones muy fuertes para Jalisco y México en los próximos años”, sin dejar de lado -agrega- a las licenciaturas clásicas que “han demostrado ser eficaces y generan un desarrollo al Estado, a las empresas, familias e individuos”, como Contaduría, Derecho, Medicina e Ingeniería civil, entre otras. Por su parte, José Miguel Tomasena, filósofo, académico y editor de la revista Magis del ITESO, coincide en que los problemas públicos son áreas en las que se requiere más de los futuros profesionistas, pues “todas las carreras o profesiones tienen que resolver esos problemas (…) tenemos un tráfico (vehicular) espantoso, la ciudad necesita urbanistas, diseñadores, ingenieros electrónicos (…) con cualquier problema que tenemos enfrente, hay mucho qué hacer”, advierte al citar también las complicaciones de contaminación que residen en la localidad de El Salto. “Si una ciudad como Guadalajara no ha podido resolver integralmente el problema de sus residuos sólidos en el Río Santiago, ¿qué profesionales se requieren?, ingenieros químicos, profesionales de la salud, psicólogos y urbanistas que planifiquen nuevos fraccionamientos cerca de estos ríos de mejor manera”. La oferta académica Pueden existir diversas justificaciones para elegir una licenciatura: el gusto por el futuro ejercicio profesional; porque se tendrá un trabajo casi “seguro” al egresar; porque no se cuenta con el capital económico necesario para pagar otra, o simplemente porque es la carrera más accesible en determinada universidad. Independientemente de cuál sea la razón, Adrián Acosta Silva –también miembro de la Revista de la Educación Superior de la ANUIES– señala que las universidades privadas de dudosa calidad académica que ofrecen carreras de moda “causan una ilusión y para muchos otros de mis colegas es un fraude, porque prometen carreras de corto plazo, dos o tres años, que sólo generan profesiones muy demandadas por un mercado laboral que es un fantasma”. En este tema, cuestiona por qué la Secretaría de Educación Pública otorga el llamado Registro de Validez Oficial de Estudios (REVOE) a este tipo de instituciones, cuando no hay estudios de mercado laboral que fundamenten la necesidad de crear una profesión de este tipo. Ese es el déficit de información e institucional que es preocupante, porque están en juego las decisiones de muchos estudiantes y familias que le apuestan a que estas carreras les darán éxito y satisfacción laboral más adelante”. Agrega que desde los últimos 15 o 20 años se ha diversificado “de manera un tanto caótica” el número de carreras, así como el incremento de instituciones –públicas y privadas–. “¿De dónde surge ésto? No es claro el movimiento de origen, pero hay un nicho de mercado donde hay una necesidad y se genera la nueva oferta institucional (…) tenemos un conjunto de egresados que rápidamente se incorporan al mercado laboral, qué hacen ahí, nadie sabe, pero lo hacen de manera exitosa, creativa y pasiva”. Relacionado a este punto, José Miguel Tomasena del ITESO, cuestiona: “¿Cuál es el papel que tienen las universidades? Si sólo siguen al mercado, que en el fondo se convierten en una especie de fábrica de mano de obra calificada, la educación en términos de su capacidad para transformar a la sociedad no pueden seguir simplemente al mercado, si no tienen que proponer soluciones y ver el trabajo que hay que hacer aunque no haya empleo”. Para el académico Sergio García, de la Univa, actualmente los egresados universitarios son preparados en una índole técnica, sin tomar en cuenta la formación humana: “En vez de mentes pensantes y críticas, se están volviendo técnicos especializados en realizar ciertas funciones. Es un grave error de la concepción que se tiene en la formación profesional, reducir a que el hombre es el cúmulo de conocimientos técnicos, se nos olvida que el hombre es también el cúmulo de su cultura”. ¿Para qué estudiar? “Hay que hacer un trabajo en el cambio de mentalidad del universitario (…) la población que viene a la universidad es una élite en el país, no sé las últimas cifras cómo estén, pero ha de ser un porcentaje mínimo, creo que 3 o 4% de la población va a la universidad, y de ésos que asisten a una universidad privada, es otra élite. La pregunta en el fondo es cuál es la responsabilidad de esa élite para este país que tiene 50 millones de pobres, 20 millones de migrantes en Estados Unidos, porque no pueden vivir aquí (…) la responsabilidad no es que se enquisten en el mercado para reproducir el mismo esquema que es hacerse más ricos y para mantener la exclusión social”, detalla Miguel Ángel Tomasena del ITESO, sobre aquellos universitarios que eligen su licenciatura por la seguridad económica y laboral que pueden obtener al egresar. En el caso de la Licenciatura en Nutrición, los entrevistados afirman que este rubro efectivamente tiene un auge, pues en México se padecen problemas de salud ligados a los hábitos alimenticios, por lo que se necesitan profesionistas que no solamente digan qué y cómo comer, sino que también atiendan las aristas colaterales en los medios de comunicación; Filosofía, Psicología y Ciencias Sociales para saber cómo se reproducen los estereotipos físicos, la presión social o los desordenes alimenticios. “Independientemente de la carrera que elijan, necesitamos personas bien formadas. El mejor profesional de cada carrera, es aquél que tiene la habilidad natural para poder desempeñarla y no sólo ve la cuestión retributiva de lo económico, sino que ve otros intereses de educador (…) que el abogado realmente defienda la justicia y no solamente se llene los bolsillos”, destaca Sergio García Vázquez, de la Univa. Temas Universidades Panorama estudiantil Lee También La UdeG no grita, ruge: así comenzó la temporada deportiva 2025 La UdeG, una universidad que crece y se transforma al ritmo de la sociedad De un sueño a una universidad regional: así nació el ITESO Universidad Panamericana, 40 años de tradición y modernidad Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones