Cultura

La Humanidad y su obsesión por la guerra

Volpi reconoció que en sus novelas “hay elementos ensayísticos” y en sus ensayos “elementos narrativos”

BOGOTÁ, COLOMBIA (12/MAY/2011).-  Jorge Volpi manifestó que “la humanidad es obsesiva por la guerra” y los escritores se limitan a retratar esas obsesiones. Su obra Oscuro bosque oscuro, relatada en verso se promociona en la actual Feria Internacional del Libro de Bogotá.

Tras escribir esta compleja obra corta, de sólo 125 páginas, Volpi reconoció que en sus novelas “hay elementos ensayísticos” y en sus ensayos “elementos narrativos”, al admitir que lo que le gusta es combinar ambos géneros.

Autor de once novelas y seis ensayos, así como de centenares de reseñas y columnas periodísticas de opinión, Volpi está ahora inmerso en la presentación de Oscuro bosque oscuro: un genocidio nazi de mujeres y niños durante la Segunda Guerra Mundial en una localidad de Polonia. Se trata de una fábula terrible o un cuento para adultos sobre “la solución final”, remarcó.

En el texto, escrito en “verso cortado”, tal y como explica el autor, se entrelazan cuentos infantiles de los Hermanos Grimm y se dibuja toda una máquina de muerte protagonizada por un grupo de ancianos comerciantes, policías jubilados y un panadero, y además se invita a los propios lectores a participar en esa osadía.

“La humanidad es obsesiva por la guerra” y “los novelistas nos dedicamos a retratar las obsesiones humanas”, remarcó Volpi sobre esta obra, en la que precisamente “el ritmo obsesivo, enloquecido” de la trama es el que le llevó a escribir en verso. Y el trabajo de carpintería de la novela, explicó, “fue de escritura”, de “cómo contar la historia en verso”.

“El peso que adquiere cada palabra cuando se escribe en verso, a diferencia de cuando se escribe una novela en que una oración que no suene bien, entre muchas, no pasa nada, aquí no. En este caso uno tiene que cuidar línea a línea cómo se escribe un poema, en este caso una novela”, indicó.
Sobre los personajes, Volpi explicó que “los soldados o policías asesinos, en realidad eran gente común y corriente”. Estos seguramente “habían leído todos los cuentos infantiles que ocurren en esos mismos bosques de Europa, de los Hermanos Grimm, que eran celebrados en toda Alemania como parte del espíritu nacional”, argumentó.

Sobre la evolución de la literatura hispanoamericana, asintió que “para la generación siguiente al realismo mágico escribir de otra cosa era un problema”, pues esa manera de narrar fue “una atadura”.

El autor mexicano reconoció que el panorama de las letras en  esta región es hoy “muy variado y rico”, aunque “no hay en este momento ni tendencias claras, ni grupos, ni movimientos, y se puede hacer casi cualquier cosa”.

Por ello “no es fácil” reconocer que “hay una literatura latinoamericana como tal”, dijo, al explicar que existe una “enorme variedad en las letras y agradece que haya “más libertad para los escritores”.

Los autores del llamado boom de la literatura latinoamericana de los años sesenta y setenta del siglo pasado “son nuestros clásicos”, afirmó Volpi, para añadir que con algunos de sus miembros que están aún vivos tiene "una relación muy cercana".

Citó a Carlos Fuentes, a Gabriel García Márquez y a Mario Vargas Llosa, y recordó que fue “buen amigo” de Guillermo Cabrera Infante.
También se refirió a la actual situación de violencia que vive el país y concluyó que “en algún momento” terminará escribiendo sobre lo que ocurre en México.

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