Cultura
Muñecos fluorescentes emocionan con su teatro en la oscuridad
Los protagonistas son coloridos muñecos de hasta cinco metros de altura
MADRID, ESPAÑA.- La compañía uruguaya Bosquimanos Koryak, de visita por primera vez Madrid, presenta "El truco de Olej", un circo cuyos protagonistas son coloridos muñecos de hasta cinco metros de altura y que, sobre un escenario negro, se plantean el reto de estimular las emociones de espectadores de todas las edades.
Éste es el quinto espectáculo de la compañía de teatro negro que se formó hace ocho años en un pueblo cercano a Montevideo y que, a lo largo de su historia, ha llegado a públicos de países vecinos, como Argentina o Chile, y hasta tan lejanos como Malasia o Singapur.
Olej, el barrendero de un circo que quiere ser mago y mostrar al público sus trucos, es el protagonista del espectáculo que la compañía trae a Madrid, en su segunda visita a España (estuvieron el año pasado en Sevilla), con un montaje en el que participan más de dieciséis muñecos, manipulados por los seis miembros de Bosquimanos Koryak.
Malabares, acrobacias, magia, cuerda floja y otros números forman parte de este circo en el que, de acuerdo a Martín López Romanelli, director de Bosquimanos Koryak, lo más difícil es tocar las fibras humanas de los espectadores y destapar sus emociones a través de la belleza y de la fragilidad.
Éste es el quinto espectáculo de la compañía de teatro negro que se formó hace ocho años en un pueblo cercano a Montevideo y que, a lo largo de su historia, ha llegado a públicos de países vecinos, como Argentina o Chile, y hasta tan lejanos como Malasia o Singapur.
Olej, el barrendero de un circo que quiere ser mago y mostrar al público sus trucos, es el protagonista del espectáculo que la compañía trae a Madrid, en su segunda visita a España (estuvieron el año pasado en Sevilla), con un montaje en el que participan más de dieciséis muñecos, manipulados por los seis miembros de Bosquimanos Koryak.
Malabares, acrobacias, magia, cuerda floja y otros números forman parte de este circo en el que, de acuerdo a Martín López Romanelli, director de Bosquimanos Koryak, lo más difícil es tocar las fibras humanas de los espectadores y destapar sus emociones a través de la belleza y de la fragilidad.