Deportes
Santa María de Xalapa cumple
Corrida a beneficencia, organizada por la asociación Los Ángeles Taurinos A.C
GUADALAJARA, JALISCO.- El festejo taurino llevado a cabo ayer en la Plaza de Toros Nuevo Progreso de nuestra ciudad, tuvo un buen fin por el lado que se le vea, el esfuerzo conjunto tanto de matadores, ganadero, y la afición misma, quedó más que plasmado en esta corrida a beneficencia, organizada por la asociación Los Ángeles Taurinos A.C, que dirige la señora Tomasina Esformes.
El cartel era alentador. Tres toreros a pie y uno más a caballo, conformaban el número en el coso de la Monumental, con un encierro de Santa Mará de Xalapa, del cual habrá que destacar su presentación, sencillamente como deben de presentarse los toros en una plaza de primera.
Abrió plaza el de a caballo Rodrigo Santos quien lidió con dos toros de Marco Garfias. Presentó dos montas que resultaron del agrado del respetable, en especial en su segundo enemigo, al que le cuajó rejones al quiebro y pares de banderillas a dos manos, dejando ver sus cabalgaduras, y el perfecto dominio de una cuadra de caballos toreros que vaya oficio tienen. En éste, su segundo ejemplar, le fue otorgada una oreja, ras irse hasta el fondo con el rejón de muerte.
Y a pie se despacharon seis bureles de Santa Mará de Xalapa. En primer turno estuvo Federico Pizarro, que en su primer enemigo se mostró con voluntad. Ya con su segundo, Pizarro quiso acomodarse mejor, pero sólo dio destellos de detalles ante un público que no superó la media plaza. Un sobrero vino a salvarle la tarde, éste de El Junco, que le fajó buenas tandas por derecha para tras un estoconazo ganarse una oreja, pero le propinó también una cornada en la pierna derecha.
José Mauricio en su primer toro se mostró con grandes facultades y un estilo muy propio de ejercer el torero; con la muleta cuajó tandas importantes que le fueron reconocidas, para después matar de un pinchazo y una estocada ligeramente contraria. Con su último, el diestro no logró acomodarse del todo.
Y cerró plaza el hidrocálido Joselito Adame. En su primer burel, Adame se mostró muy torero con unos doblones con el capote, para con la muleta empezar igual, cual su fuere un novillero, rodillas en tierra para cuajar una tanda por derecha, y continuar ligando por ambos lados, y tras irse hasta el fondo con el acero, ganarse un apéndice. Con su segundo, un toro imponente por trapío y estampa, logró ligar buenos muletazos.
Habrá que señalar el encierro que Miguel Valladares presentó; es digno de una plaza de primera. La similitud entre los lidiados, coincide con la bravura misma, que permitió dos tumbos, embestidas de largo y hasta un arrastre lento, que fue el último de Joselito Adame. “Me siento contento mas no satisfecho, creo que hubo dos toros buenos y la verdad es que esperamos volver pronto a Guadalajara, nos gusta mucho estar aquí y sobretodo que es un público conocedor y exigente”, aseveró el ganadero Miguel Valladares.
El cartel era alentador. Tres toreros a pie y uno más a caballo, conformaban el número en el coso de la Monumental, con un encierro de Santa Mará de Xalapa, del cual habrá que destacar su presentación, sencillamente como deben de presentarse los toros en una plaza de primera.
Abrió plaza el de a caballo Rodrigo Santos quien lidió con dos toros de Marco Garfias. Presentó dos montas que resultaron del agrado del respetable, en especial en su segundo enemigo, al que le cuajó rejones al quiebro y pares de banderillas a dos manos, dejando ver sus cabalgaduras, y el perfecto dominio de una cuadra de caballos toreros que vaya oficio tienen. En éste, su segundo ejemplar, le fue otorgada una oreja, ras irse hasta el fondo con el rejón de muerte.
Y a pie se despacharon seis bureles de Santa Mará de Xalapa. En primer turno estuvo Federico Pizarro, que en su primer enemigo se mostró con voluntad. Ya con su segundo, Pizarro quiso acomodarse mejor, pero sólo dio destellos de detalles ante un público que no superó la media plaza. Un sobrero vino a salvarle la tarde, éste de El Junco, que le fajó buenas tandas por derecha para tras un estoconazo ganarse una oreja, pero le propinó también una cornada en la pierna derecha.
José Mauricio en su primer toro se mostró con grandes facultades y un estilo muy propio de ejercer el torero; con la muleta cuajó tandas importantes que le fueron reconocidas, para después matar de un pinchazo y una estocada ligeramente contraria. Con su último, el diestro no logró acomodarse del todo.
Y cerró plaza el hidrocálido Joselito Adame. En su primer burel, Adame se mostró muy torero con unos doblones con el capote, para con la muleta empezar igual, cual su fuere un novillero, rodillas en tierra para cuajar una tanda por derecha, y continuar ligando por ambos lados, y tras irse hasta el fondo con el acero, ganarse un apéndice. Con su segundo, un toro imponente por trapío y estampa, logró ligar buenos muletazos.
Habrá que señalar el encierro que Miguel Valladares presentó; es digno de una plaza de primera. La similitud entre los lidiados, coincide con la bravura misma, que permitió dos tumbos, embestidas de largo y hasta un arrastre lento, que fue el último de Joselito Adame. “Me siento contento mas no satisfecho, creo que hubo dos toros buenos y la verdad es que esperamos volver pronto a Guadalajara, nos gusta mucho estar aquí y sobretodo que es un público conocedor y exigente”, aseveró el ganadero Miguel Valladares.