Deportes
Sin garantías
Los playoffs simplemente no respetan que uno haya tenido el mejor récord de su liga en la temporada regular
ESTADOS UNIDOS.- Que se lo pregunten a los Angelinos y Cachorros, ahora mismo vaciando sus pertenencias para dedicarse a las vacaciones de invierno.
¿Acaso será mejor sufrir hasta la recta final para sellar un pasaporte a la postemporada y así encarar más afilados los partidos de alto voltaje?
Vaya dilema, considerando que en lo que va de esta década sólo un equipo ha podido consagrarse campeón de la Serie Mundial tras haber redondeado la mejor marca durante la temporada regular, en ese caso los Medias Rojas de Boston del año pasado.
Tres de los campeones en la década -Anaheim (2002), Florida (2003) y Boston (2004)- lo hicieron tras obtener el comodín, es decir equipos que tuvieron que sudar copiosamente para jugar en octubre.
Para nada importa que uno haya amasado el récord de más triunfos en una campaña regular, como hicieron los Marineros de Seattle en el 2001 al imponerse en 116 partidos. Ese equipo acabó cayendo 4-1 ante los Yanquis de Nueva York en la Serie de Campeonato de la Liga Americana.
Lo que queda en estos equipos es simple y llana amargura.
“Perdimos ante un equipo que no era tan bueno como nosotros”, se lamentó el abridor de los Angelinos John Lackey, luego que su novena fuese eliminada por Boston 3-1 en la primera ronda de los playoffs.
Los Angelinos ganaron 100 juegos -la mejor cosecha de su existencia- para conseguir el mejor récord de la campaña regular y terminar con una diferencia de 21 partidos sobre su escolta inmediato en el Oeste de la Americana.
Todo pintaba fácil ante Boston por el antecedente de haberles ganado ocho de los nueve partidos entre sí en la campaña regular.
Se dieron el lujo de tener más de dos semanas para alistar su arsenal, pero la tónica de la serie contra Boston fue un rosario de errores en defensa, un cuestionable recorrido de bases y —salvo Mark Teixeira— una ofensiva silenciada.
Esas 100 victorias ahora ni siquiera sirven como consuelo.
Peor fue lo de los Cachorros de Chicago, líderes de la Nacional con 97 victorias. Fue la mayor cantidad desde 1945, la última vez que fueron a una Serie Mundial.
El equipo que estaba llamado a acabar una sequía de 100 años sin campeonatos fue fulminado mansamente al caer barridos por los Dodgers de Los Ángeles, que a la altura de un 29 de agosto se encontraban a cuatro juegos y medio de Arizona en el Oeste del Viejo Circuito.
“Este equipo tenía para más. Ganaste 97 juegos, no deberías ser barrido”, indicó Mark DeRosa, infielder y jardinero de los Cachorros.
Pero eso es lo que ocurre cuando en una serie corta no se batea, los cuatro infielders cometen errores en un mismo juego y los tres abridores lanzan de manera irregular. El resultado es acabar barridos ante un adversario que a duras penas registró un récord por encima de .500.
Los Cachorros no tuvieron justificación alguna para su penoso desenlace. Esta vez tenían más experiencia con respecto al equipo que fue barrido por Arizona en la primera vuelta el año pasado y tampoco acusaban lesiones serias, como fue el caso de los Medias Rojas con su tercera base Mike Lowell (descartado por una dolencia en la cadera) y su as Josh Beckett (menguado por un dolor en el costado).
Quizá Alfonso Soriano, el estelar jardinero izquierdo de los Cachorros de Chicago, pudo haber dado en el clavo con una explicación al fiasco: uno puede ser indomable para la temporada regular, pero inepto para series cortas.
“Fuimos un tremendo equipo durante 162 juegos, pero no hicimos más nada después”, dijo el dominicano que bateó sólo un hit en 14 turnos ante los Dodgers. “Ahí estuvo la diferencia. No nos preparamos para lo demás”.
Tras ganar la Serie Mundial del 2002, los Angelinos se han metido con regularidad en la postemporada, pero no han podido volver al Clásico de Otoño.
Los Angelinos ahora parecen ser la nueva versión de los Bravos de Atlanta, como la clase de equipo que arrasa en la temporada regular pero se desinfla en los playoffs.
“Uno se decepciona, pero no te puedes rendir. Hay que seguir insistiendo y mejorar”, comentó el mánager Mike Scioscia.
La frase
“Uno gana todos esos juegos porque uno quiere tener la oportunidad de conquistar un campeonato, digámoslo de esta manera, odio perder así”.
Arte Moreno
Dueño de los Angelinos de Anaheim
El dato
La racha de 100 años sin ganar un título que sufren los Cachorros es la más extensa en los cuatro deportes profesionales de Estados Unidos.
Irónicamente, Chicago tiene otro equipo con sequía de títulos, en el hockey sobre hielo, con los Blackhawks, que no se coronan desde 1961.
¿Acaso será mejor sufrir hasta la recta final para sellar un pasaporte a la postemporada y así encarar más afilados los partidos de alto voltaje?
Vaya dilema, considerando que en lo que va de esta década sólo un equipo ha podido consagrarse campeón de la Serie Mundial tras haber redondeado la mejor marca durante la temporada regular, en ese caso los Medias Rojas de Boston del año pasado.
Tres de los campeones en la década -Anaheim (2002), Florida (2003) y Boston (2004)- lo hicieron tras obtener el comodín, es decir equipos que tuvieron que sudar copiosamente para jugar en octubre.
Para nada importa que uno haya amasado el récord de más triunfos en una campaña regular, como hicieron los Marineros de Seattle en el 2001 al imponerse en 116 partidos. Ese equipo acabó cayendo 4-1 ante los Yanquis de Nueva York en la Serie de Campeonato de la Liga Americana.
Lo que queda en estos equipos es simple y llana amargura.
“Perdimos ante un equipo que no era tan bueno como nosotros”, se lamentó el abridor de los Angelinos John Lackey, luego que su novena fuese eliminada por Boston 3-1 en la primera ronda de los playoffs.
Los Angelinos ganaron 100 juegos -la mejor cosecha de su existencia- para conseguir el mejor récord de la campaña regular y terminar con una diferencia de 21 partidos sobre su escolta inmediato en el Oeste de la Americana.
Todo pintaba fácil ante Boston por el antecedente de haberles ganado ocho de los nueve partidos entre sí en la campaña regular.
Se dieron el lujo de tener más de dos semanas para alistar su arsenal, pero la tónica de la serie contra Boston fue un rosario de errores en defensa, un cuestionable recorrido de bases y —salvo Mark Teixeira— una ofensiva silenciada.
Esas 100 victorias ahora ni siquiera sirven como consuelo.
Peor fue lo de los Cachorros de Chicago, líderes de la Nacional con 97 victorias. Fue la mayor cantidad desde 1945, la última vez que fueron a una Serie Mundial.
El equipo que estaba llamado a acabar una sequía de 100 años sin campeonatos fue fulminado mansamente al caer barridos por los Dodgers de Los Ángeles, que a la altura de un 29 de agosto se encontraban a cuatro juegos y medio de Arizona en el Oeste del Viejo Circuito.
“Este equipo tenía para más. Ganaste 97 juegos, no deberías ser barrido”, indicó Mark DeRosa, infielder y jardinero de los Cachorros.
Pero eso es lo que ocurre cuando en una serie corta no se batea, los cuatro infielders cometen errores en un mismo juego y los tres abridores lanzan de manera irregular. El resultado es acabar barridos ante un adversario que a duras penas registró un récord por encima de .500.
Los Cachorros no tuvieron justificación alguna para su penoso desenlace. Esta vez tenían más experiencia con respecto al equipo que fue barrido por Arizona en la primera vuelta el año pasado y tampoco acusaban lesiones serias, como fue el caso de los Medias Rojas con su tercera base Mike Lowell (descartado por una dolencia en la cadera) y su as Josh Beckett (menguado por un dolor en el costado).
Quizá Alfonso Soriano, el estelar jardinero izquierdo de los Cachorros de Chicago, pudo haber dado en el clavo con una explicación al fiasco: uno puede ser indomable para la temporada regular, pero inepto para series cortas.
“Fuimos un tremendo equipo durante 162 juegos, pero no hicimos más nada después”, dijo el dominicano que bateó sólo un hit en 14 turnos ante los Dodgers. “Ahí estuvo la diferencia. No nos preparamos para lo demás”.
Tras ganar la Serie Mundial del 2002, los Angelinos se han metido con regularidad en la postemporada, pero no han podido volver al Clásico de Otoño.
Los Angelinos ahora parecen ser la nueva versión de los Bravos de Atlanta, como la clase de equipo que arrasa en la temporada regular pero se desinfla en los playoffs.
“Uno se decepciona, pero no te puedes rendir. Hay que seguir insistiendo y mejorar”, comentó el mánager Mike Scioscia.
La frase
“Uno gana todos esos juegos porque uno quiere tener la oportunidad de conquistar un campeonato, digámoslo de esta manera, odio perder así”.
Arte Moreno
Dueño de los Angelinos de Anaheim
El dato
La racha de 100 años sin ganar un título que sufren los Cachorros es la más extensa en los cuatro deportes profesionales de Estados Unidos.
Irónicamente, Chicago tiene otro equipo con sequía de títulos, en el hockey sobre hielo, con los Blackhawks, que no se coronan desde 1961.