Deportes
Una pasión floreciente entre los tapatíos
En una plaza futbolera como es Guadalajara, cada vez hay más espacios para los amantes del deporte de las tacleadas
GUADALAJARA, JALISCO (23/ENE/2012).- La mirada fija en el ovoide. Tom Brady, mariscal de campo de los Patriotas de Nueva Inglaterra, toma la pelota y retrocede, mira sus opciones y encuentra un receptor seguro. Con frialdad se prepara en cuestión de segundos. Su brazo se transforma en un rifle de precisión, del que sale disparado el ovoide cerca de la zona de anotación. El grito estalla entre los fanáticos que observan esta escena en un restaurante de Guadalajara. Son los apasionados por el futbol americano, los que gritan “touchdown” en vez de “gol”. Son los fieles de la NFL que viven la fiesta previa al Super Bowl.
En una plaza futbolera como Guadalajara, también hay espacio para los que aman el deporte de los emparrillados. Son menos que los fanáticos del balompié, pero su efusión no se queda atrás, como se demostró ayer en diversos restaurantes de la Perla Tapatía, donde se reunieron para observar las Finales de Conferencia de la NFL, primero entre los Patriotas de Nueva Inglaterra contra los Cuervos de Baltimore y luego el plato fuerte de la jornada, con el choque entre los Gigantes de Nueva York frente a los 49’s de San Francisco.
Uno de los lugares elegidos por los fanáticos al deporte de las tacleadas para observar la jornada fue el restaurante Outback de Avenida Vallarta. Allí, entre papitas, carnes asadas y hamburguesas, los seguidores del futbol americano observaron los dos juegos gritando y lamentándose con la suerte de sus equipos.
El favorito sentimental de muchos de los asistentes era el equipo de San Francisco, conjunto que en la década de los años ochenta y noventa se coronó de forma brillante de la mano de Joe Montana. Y ante el mal paso que han mostrado los equipos tapatíos de futbol esta campaña en la Primera División, no son pocos los que están desempolvando las camisas de futbol americano y exhiben los jerseys, agujereados y con enormes números al frente y atrás, con orgullo.
La pasión con la que observan los fanáticos de la NFL “su” deporte es curiosa. La mejor estampa de esto se vivió ayer: De los tres televisores de la barra del Outback, dos estaban en el partido de la NFL de Patriotas contra Cuervos y una en el juego de futbol del Real Madrid contra el Atlético de Bilbao
(4-1). Y es curiosa porque mientras los cinco goles del juego de futbol pasaron “de noche” entre los comensales (muchos no se dieron cuenta de que había un juego de balompié frente a ellos), todos estaban atentos al “circo aéreo” de Tom Brady y la dura defensa de los Cuervos.
La plática entre los asistentes era una mezcla de estadísticas, maldiciones, improperios contra los árbitros y celebraciones, levantando ambos brazos.
Los meseros del restaurant eran los más contentos del lugar, pues mientras un juego de futbol dura hasta dos horas, en el caso del futbol americano puede llegar a tres.
El dato
A esperar dos semanas
La próxima cita será el 5 de febrero, cuando se celebre la gran final de la NFL, el Super Bowl, que les dará la oportunidad a los aficionados de volverse a reunir y explotar de emoción o angustia, momento en que la mirada de todo mundo volverá a estar fija en el ovoide.
En una plaza futbolera como Guadalajara, también hay espacio para los que aman el deporte de los emparrillados. Son menos que los fanáticos del balompié, pero su efusión no se queda atrás, como se demostró ayer en diversos restaurantes de la Perla Tapatía, donde se reunieron para observar las Finales de Conferencia de la NFL, primero entre los Patriotas de Nueva Inglaterra contra los Cuervos de Baltimore y luego el plato fuerte de la jornada, con el choque entre los Gigantes de Nueva York frente a los 49’s de San Francisco.
Uno de los lugares elegidos por los fanáticos al deporte de las tacleadas para observar la jornada fue el restaurante Outback de Avenida Vallarta. Allí, entre papitas, carnes asadas y hamburguesas, los seguidores del futbol americano observaron los dos juegos gritando y lamentándose con la suerte de sus equipos.
El favorito sentimental de muchos de los asistentes era el equipo de San Francisco, conjunto que en la década de los años ochenta y noventa se coronó de forma brillante de la mano de Joe Montana. Y ante el mal paso que han mostrado los equipos tapatíos de futbol esta campaña en la Primera División, no son pocos los que están desempolvando las camisas de futbol americano y exhiben los jerseys, agujereados y con enormes números al frente y atrás, con orgullo.
La pasión con la que observan los fanáticos de la NFL “su” deporte es curiosa. La mejor estampa de esto se vivió ayer: De los tres televisores de la barra del Outback, dos estaban en el partido de la NFL de Patriotas contra Cuervos y una en el juego de futbol del Real Madrid contra el Atlético de Bilbao
(4-1). Y es curiosa porque mientras los cinco goles del juego de futbol pasaron “de noche” entre los comensales (muchos no se dieron cuenta de que había un juego de balompié frente a ellos), todos estaban atentos al “circo aéreo” de Tom Brady y la dura defensa de los Cuervos.
La plática entre los asistentes era una mezcla de estadísticas, maldiciones, improperios contra los árbitros y celebraciones, levantando ambos brazos.
Los meseros del restaurant eran los más contentos del lugar, pues mientras un juego de futbol dura hasta dos horas, en el caso del futbol americano puede llegar a tres.
El dato
A esperar dos semanas
La próxima cita será el 5 de febrero, cuando se celebre la gran final de la NFL, el Super Bowl, que les dará la oportunidad a los aficionados de volverse a reunir y explotar de emoción o angustia, momento en que la mirada de todo mundo volverá a estar fija en el ovoide.