Economía
El Gobierno prefiere impuestos que deuda, dice experta
Aumentar el déficit fiscal implica perder la apreciación positiva de las calificadoras, lo que haría más caros los créditos
CIUDAD DE MÉXICO. El Gobierno federal buscará defender el grado de inversión otorgado por calificadoras internacionales de riesgo crediticio, y no optará por ampliar el déficit fiscal, sino por aumentar impuestos.
Justine Thody, directora regional para América Latina de The Economist Intelligence Group, consideró que si bien elevar gravámenes en medio de una crisis es “complicado”, sobre todo en un contexto de una bajísima demanda, también es una realidad que la base recaudatoria del país es muy “reducida”.
Dijo que no es viable que una nación como México se conforme con una recaudación de alrededor de 10% del Producto Interno Bruto (PIB). Además, ante los desafíos en la caída en la producción petrolera, la Secretaría de Hacienda debe defender los logros y considerar el grado de inversión.
En este momento, dijo, hay una controversia sobre si es mejor tener un déficit fiscal mayor, en vez de aumentar gravámenes.
No obstante, señaló que países miembros de la Organización para la Coperación y el Desarrollo Económicos ( OCDE) recurren a un aumento en el déficit fiscal. “Eso ya es parte de la ortodoxia”.
Comentó que uno de los mayores problemas de México es la complejidad de su sistema tributario y el exceso de exenciones, y por ende, hay mucho que se puede deducir. En consecuencia, el peso tributario recae sobre una base muy pequeña.
Thody anticipó un crecimiento económico de 2.8% para el país durante 2010, lo que implicará que la recuperación sólo será “parcial, mientras que en 2011, la proyección es de 2 por ciento”.
La especialista comentó que la economía mexicana se encuentra en una situación complicada que se deriva de varios factores: la alta inseguridad, las bajas tasas de inversión pública en salud e infraestructura, así como un endeble esquema recaudatorio. Otros de los elementos que impactan en el desarrollo del país es el elevado nivel de informalidad, así como la falta de desarrollo de los mercados financieros.
Anticipó que México tendrá una recuperación más tardía de su economía en comparación con otras naciones latinoamericanas, debido a la alta dependencia con Estados Unidos y de los ingresos petroleros. Ante ello, el país debe replantear su relación con la Unión Americana e instrumentar las reformas necesarias para fortalecer a su planta productiva.
En consecuencia, dijo, es urgente diversificar su economía para mantener un mayor ritmo de crecimiento.
Insistió que las grandes reformas que se deben impulsar en el país tendrán que orientarse a fortalecer a la pequeña y mediana empresa.
“Llama la atención que el crédito bancario al sector privado no llegue a 16% del Producto Interno Bruto”, manifestó.
También consideró que es necesario incrementar la eficiencia de los monopolios estatales y hay que elevar la inversión en capital humano.
Justine Thody, directora regional para América Latina de The Economist Intelligence Group, consideró que si bien elevar gravámenes en medio de una crisis es “complicado”, sobre todo en un contexto de una bajísima demanda, también es una realidad que la base recaudatoria del país es muy “reducida”.
Dijo que no es viable que una nación como México se conforme con una recaudación de alrededor de 10% del Producto Interno Bruto (PIB). Además, ante los desafíos en la caída en la producción petrolera, la Secretaría de Hacienda debe defender los logros y considerar el grado de inversión.
En este momento, dijo, hay una controversia sobre si es mejor tener un déficit fiscal mayor, en vez de aumentar gravámenes.
No obstante, señaló que países miembros de la Organización para la Coperación y el Desarrollo Económicos ( OCDE) recurren a un aumento en el déficit fiscal. “Eso ya es parte de la ortodoxia”.
Comentó que uno de los mayores problemas de México es la complejidad de su sistema tributario y el exceso de exenciones, y por ende, hay mucho que se puede deducir. En consecuencia, el peso tributario recae sobre una base muy pequeña.
Thody anticipó un crecimiento económico de 2.8% para el país durante 2010, lo que implicará que la recuperación sólo será “parcial, mientras que en 2011, la proyección es de 2 por ciento”.
La especialista comentó que la economía mexicana se encuentra en una situación complicada que se deriva de varios factores: la alta inseguridad, las bajas tasas de inversión pública en salud e infraestructura, así como un endeble esquema recaudatorio. Otros de los elementos que impactan en el desarrollo del país es el elevado nivel de informalidad, así como la falta de desarrollo de los mercados financieros.
Anticipó que México tendrá una recuperación más tardía de su economía en comparación con otras naciones latinoamericanas, debido a la alta dependencia con Estados Unidos y de los ingresos petroleros. Ante ello, el país debe replantear su relación con la Unión Americana e instrumentar las reformas necesarias para fortalecer a su planta productiva.
En consecuencia, dijo, es urgente diversificar su economía para mantener un mayor ritmo de crecimiento.
Insistió que las grandes reformas que se deben impulsar en el país tendrán que orientarse a fortalecer a la pequeña y mediana empresa.
“Llama la atención que el crédito bancario al sector privado no llegue a 16% del Producto Interno Bruto”, manifestó.
También consideró que es necesario incrementar la eficiencia de los monopolios estatales y hay que elevar la inversión en capital humano.