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Desastres del bisturí

Especialista explica por qué hay personas que convierten su ida al cirujano en una obsesión

GUADALAJARA, JALISCO (27/NOV/2013).- El temor a envejecer y perder la belleza de los años mozos, o cambiar algunos rasgos del rostro para volverlos más estéticos es algo constante en el mundo de la farándula. Aunque los tratamientos estéticos no sólo atañen a las estrellas, en la vida diaria es común que la gente se haga algún tipo de “arreglo” ya sea por vanidad o por salud.

El doctor Xavier Toscano Igartúa explica que es por demás frecuente que las personas recurran a la cirugía plástica, de hecho es cada vez más rutinario que hombres y jovencitas se sometan al bisturí; aumento del busto en el caso de las mujeres y lipoescultura y tratamientos faciales en los varones. También aclara que el procedimiento plástico es el que se lleva a cabo en el quirófano y el estético el que se realiza en el consultorio.

Toscano Igartúa comparte que es muy común que lleguen pacientes con la patología de trastorno dismórfico corporal: cuando a la persona no le agrada lo que ve en el espejo y puede comenzar con el busto, pero el cerebro después le puede indicar que ahora es la nariz, la constante es que nunca estará satisfecho. Entonces, es tarea del médico percatarse de la situación y hacer las recomendaciones pertinentes a su paciente.

“Un médico tiene la responsabilidad moral de ser honesto con el individuo, hay que interrogar bien para tener en claro qué es lo que desea y qué quiere y espera de determinada cirugía, uno como especialista tiene que decidir si con sus habilidades técnicas y quirúrgicas lo puede lograr, si no considera que está a su alcance, debe decir que no, pero eso también depende mucho de la moral de cada doctor, hay quienes por interés económico actúan fuera de toda normatividad, una cirugía estética no es una emergencia médica”.

Renée Zellweger

Cuando encarnó a “Bridget Jones”, la actriz tuvo que subir de peso drásticamente. Hoy demuestra una vez más que es la reina de la metamorfosis al tener otro rostro. La estrella de 44 años se dejó la cara mucho más estirada con pómulos marcados, una expresión característica de la aplicación de toxina botulínica  y un cambio radical en sus ojos.

Lucía Méndez

Uno de los rostros más bellos de la televisión mexicana sufrió procesos paulatinos a medida que se hacía una mujer madura, Lucía Méndez era la envidia de muchas con esos rasgos cándidos y luminosos; ahora es evidente que ha realizado varias cirugías: estiramiento facial, labios prominentes, nariz afilada y levantamiento de parpados.

Michael Jackson

“El rey del pop” era una personalidad compleja: solitario, tímido y camaleónico. El músico sorprendió a propios y extraños cuando cambió el color de su piel. También se afiló la nariz, se mandó marcar la barbilla para que luzca partida, se agrandó los ojos, se transformó los labios y mantuvo una figura sumamente delgada.

Joan Rivers

La mordaz conductora no tiene empacho al autoproclamarse la reina del bisturí, ella dice que se ha hecho todas las cirugías habidas y por haber y no sufre de ninguna pena por hacerlo, al contrario lo presume cada vez que puede, se ha realizado: levantamiento de cejas, se ha puesto toxina botulínica, rinoplastía, inyecciones de colágeno, liposucción y más.

Donatella Versace

La diseñadora de modas y empresaria italiana, hermana menor de Gianni Versace puede tener todas las virtudes del mundo, pero la belleza es algo con la que no fue bendecida, peor aún cuando decidió ponerse en manos de la cirugía plástica que terminó por desfigurarle el rostro. La mujer se ha hecho implante de labios, liposucción, toxina botulínica y rinoplastía.

Belinda y Eiza

No todos tienen sus detalles malos, cierto es que Belinda y Eiza, ambas contemporáneas, nacieron bellas, pero con algunas imperfecciones, lo más relevante, la nariz de ambas. Las jóvenes se sometieron a tratamiento estético en el mismo periodo de tiempo, hace tres años aproximadamente, y aunque no lo han aceptado abiertamente el cambio es evidente.

¿Hay una edad límite?


Sobre el tema de que cada vez más son las jóvenes las que quieren intervenirse, Xavier Toscano Igartúa, subraya que la edad prudente en las mujeres para hacerse un tratamiento o cirugía es cuando ya se alcanzó la estatura final y se determina dos años después de la primera menstruación. En los hombres es después de que hayan pasado 18 meses a partir de que los padres identifiquen que el varón ha dejado de crecer.

En cuanto a la edad límite, señala que no la hay, más bien se extienden una serie de criterios que tienen que ver con la salud, como problemas cardiacos, de diabetes, embarazos y mujeres que utilizan anticonceptivos, en base a eso, el médico determina si se pueden realizar los procesos quirúrgicos.

Principales clientes del bisturí

Hoy en día los principales grupos que recurren a los procesos estéticos son: el de las mujeres que se aumentan la talla de busto, o lo vuelven a levantar después de que tuvieron a sus hijos y ya no planean tener más.

También está el de las mujeres y hombres que buscan despedirse de la grasa que se acumula en el abdomen y espalda baja por llevar una vida sedentaria que es producto de las exigencias de las grandes ciudades y sus horarios laborales amplios.

Hay otro grupo muy parecido que es el de las mujeres que se realizan cambios, antes, durante y después de la maternidad, Toscano le llama “intervalos gestiónales”. Luego viene la fracción del adulto mayor (mujeres y hombres) que se quieren estirar la cara y los parpados. En el tema del rejuvenecimiento facial se logra con la toxina botulínica, ácidos hialurónicos y tratamientos basados en plasma rico en plaquetas.

Y finalmente el apartado de jóvenes de 17 a 21 años que también quieren implantes en las mamas, glúteos y pantorrillas.

Incluso, hoy en día adolescentes de toda América Latina piden este tipo de intervenciones como regalo, dejando de lado las fiestas y viajes de quince años.

SABER MÁS    

Antes de operarse, es importante...


En el mercado de la belleza los charlatanes abundan, Xavier Toscano Igartúa, recomienda a todas las personas que tengan la inquietud de cambiar una parte de su cuerpo y cara que acudan con especialistas certificados y no con esteticistas o cosmetólogos que se dicen expertos en el área.

Un cirujano competitivo en México tarda de 12 a 15 años en especializarse.

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