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Familia china dedica toda su vida a elaborar máscaras de la ópera

Las máscaras son artesanales y se elaboran desde hace más de treinta años por la señora Tong Xiufen

PEKÍN, CHINA.- La señora Tong Xiufen se dedica desde hace más de treinta años a pintar máscaras que imitan los maquillajes de los personajes de la ópera de Pekín.

Ella es la propietaria de la única tienda, con el titulo de patrimonio intangible que concede el Gobierno chino, dedicada a este oficio.

Con Tong trabaja su marido, Lin Song, y también su hijo, Lin Hongku, heredero del oficio de sus padres y quien defiende que el propósito de la tienda "no es conseguir el beneficio económico".

El joven, de 26 años, subraya que las copias en serie que muchos locales y turistas compran en los mercadillos y las tiendas "reducen el valor artístico de las máscaras".

"La gente considera que es una cosa que se puede pintar como se quiera, pero yo siempre comento a mis clientes que cada máscara tiene su sentido y que no se puede pintar como se quiere", añade.

Su madre, nacida en la capital china en 1956, se graduó por la Universidad de Diseño y Arte de Pekín y participó en la creación de la placa en el Mausoleo de Mao Zedong.

Tong Xiufen calcula que ya ha pintado más de 100 mil máscaras de diferentes tamaños, que van desde las más grandes de un metro a las pequeñas del tamaño de una uña.

Esta artesana explica a Efe que aprendió este oficio de un maestro que le enseñó al ver que le interesaba, mientras que ahora ya es capaz de pintar hasta 400 patrones distintos de maquillaje facial.

En principio, necesitan de casi un día entero para completar una máscara en su totalidad, aunque normalmente van pintando varias por colores, que representan diferentes personalidades.

El rojo simboliza la fidelidad y la valentía, el azul personifica la audacia, el púrpura encarna la lealtad, la honradez y la discreción, mientras que el blanco compara la malicia y la astucia.

Precisamente son las de este color, y combinadas sólo con el negro, las más difíciles de pintar porque exigen líneas de un sólo trazo y en las que no puede haber ni un solo fallo, destaca Lin.
El origen de la Ópera de Pekín se remonta al siglo XVIII, aunque su desarrollo se produjo en la segunda mitad del siglo XIX y se hizo famosa internacionalmente gracias a la película "Adiós a mi concubina" (1993) dirigida por Chen Kaige.

Unos clientes llevan las máscaras para decorar la casa y generalmente compran las de tamaño mediano con barba, mientras que otros consumidores prefieren las pequeñas para hacer una colección.

Algunas de las máscaras más pequeñas de la tienda, protegidas en una vitrina, son usadas por muchas empresas y el Gobierno para regalar a sus clientes y otros países, respectivamente, por lo que éstas nunca son vendidas al público.
Los precios van desde los 80 yuanes (7,8 euros) hasta los 4.000 yuanes (390 euros), explica Lin Hongku en su tienda, donde también venden cometas y figuras de dragones.

En Pekín hay unas 200 familias con distintos tipos de patrimonio intangible, pero que se dediquen a comercializar las máscaras artesanas son sólo cuatro.
En los últimos 50 años el Ministerio de Cultura chino calcula que se perdieron 101 de los 368 estilos de ópera tradicional china que había en la década de 1950.

Lin Hongkui se refiere a la polémica asignatura que imparten en los colegios chinos desde hace más de un año para salvar la Ópera de Pekín o "jingju" en mandarín de su extinción, como "una buena idea".

"Creo que es bueno formar a las personas desde niños, porque la ópera es obra con una trama muy interesante", afirmó Lin, quien se mostró seguro de que, "si la gente entra en un teatro le gustará la ópera, por lo que es necesario darles más conocimiento a los niños sobre esto".

Al negocio parece no afectarle la crisis, ya que según estos artesanos, la mayoría de las que están pintando en la actualidad, ya las tienen vendidas porque reciben muchos encargos.

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