Entretenimiento

Guillermo del Toro libera sus temores

El remake de la película ''Don’t be afraid of the dark'' permite al cineasta tapatío explorar nuevas fronteras del género del terror

LOS ANGELES, ESTADOS UNIDOS (10/AGO/2010).- Este año quedará en el anecdotario de Guillermo del Toro con un sabor agridulce. Comenzó mal, con la noticia de que El Hobbit, película a la que le invirtió años de preparación y de lejanía (se tendría que rodar en Nueva Zelanda), se estancó por falta de financiamiento, lo que lo orilló a “tirar la toalla” como director, en uno de los momentos más difíciles de su carrera.

Pero luego llegó la oportunidad de mostrar las primeras imágenes de su trabajo más reciente, Don’t be afraid of the dark, cinta en la que Del Toro brilla en los papeles de productor y coescritor. Las impresiones iniciales que ha despertado el proyecto, con Katie Holmes en el papel estelar, han levantado los bonos del tapatío, quien ha lucido de buen humor en las últimas semanas una vez que superó el obstáculo que le significó El Hobbit.

Don’t be afraid of the dark, cinta de terror al más puro estilo de Del Toro, sería en un inicio clasificada para adolescentes y adultos, sin embargo, recientemente las autoridades estadounidenses le dieron clasificación sólo para adultos.

En declaraciones que el realizador ofreció para la página Movieweb.com, esto, lejos de significar un obstáculo, significa el primer aliciente, pues ya logró “espantar” a los censores de la Unión Americana.

— ¿Qué significado tiene para Guillermo del Toro la versión original de “Don’t be afraid of the dark” (1972)?
— Lo que amaba de la original es que las cosas que se suponían que daban miedo no eran grandes y tenebrosas. Era muy ingeniosa y jugaba con la idea de que los espectadores jamás pudieran ver a ciencia cierta qué pasaba en pantalla. Yo la vi cuando era un niño, y me pareció una película muy poderosa, que influyó mucho en mi imaginación.

— ¿Cómo nació la idea de crear tu propia versión?
— Comencé a escribir el guión en 1998 con la ayuda de Mathew Robbins, y mi idea original era dirigirla. Una de las cosas que me interesaba era utilizar toda esa parafernalia oscura, porque estoy convencido de que lo esencial permanece aun en ésta.

— ¿Por qué le dieron la clasificación “C” a la película?
— En realidad no sabemos muy bien qué escena hizo que los censores nos dieran esa clasificación. Incluso nos limitamos. Hay una donde aparece una mano que explota y se ven tendones saliendo de ella, eso nos pareció un poco fuerte y yo solicité que la quitaran mediante un truco de efectos especiales. Fuera de eso, no tengo idea de los motivos que hizo que nos llevaran a ser una película para adultos.

— ¿Se molestó el estudio (Miramax, subsidiaria de Disney) con el cambio de clasificación?
— El contrato ciertamente decía que tenía que ser una película para adolescentes y adultos (PG-13 en Estado Unidos y B en México) y terminamos como una para adultos (R en Estados Unidos y C en México). Pero sorprendentemente los estudios nos dijeron que no cambiáramos nada, y que la película se va a estrenar tal como está. Eso me dejó con la boca abierta, es como ganar la máxima medalla de los boy scouts (risas).

— A estas alturas de tu carrera ya has sido director, productor y escritor, ¿qué consideras que es más complicado?
— Depende del proyecto, pero creo que lo más difícil para mí ha sido escribir. El trabajo más duro que puedes encontrar es llenar una página en blanco, porque ese será siempre el primer paso para un gran o mal proyecto. Creo que la parte más hermosa de cada película donde he trabajado es la edición, porque allí es donde dejamos fuera todo lo que es basura (risas).

— ¿Por qué “Don’t be afraid of the dark” no fue realizada en 3D?
—  Hicimos una investigación sobre cuánto costaría hacerla en 3D a petición del estudio, y la verdad iba a ser muy cara. La cinta sin ese efecto cuesta una fracción de ese precio y la hicimos en 2D porque buscamos preservar el final, la estridencia y la suciedad. Todo radica en algo muy simple: Al ser en 3D es más cara, y al ser más cara, comienzas a perder libertad porque el estudio cuida mucho su inversión.

— ¿Estás en contra de el efecto 3D?
— Se ha dicho mucho eso y es falso. Me gusta. Cuando propusieron que hiciéramos El Hobbit en 3D me opuse, porque la primera no contaría con ese efecto y las otras sí, lo que impediría que tuvieran cohesión. Veo El Hobbit como una gran obra y no como cintas separadas. Lo que yo sí quiero es que mi próxima película sea en 3D.

— ¿Ves en tu futuro una película más de “Hellboy”?
— Me encantaría hacerla. Sí.

Temas

Sigue navegando