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''Lautaro'' prefiere refugiarse en los libros

El elenco de Burros invitó al público a la función que se llevará a cabo hoy en el Cineforo a las 16:00 horas y mañana a las 18:15 horas en Cinemark

GUADALAJARA, JALISCO (26/MAR/2011).- El protagonista de Burros, petrificado ante la presencia de los medios en la Expo Guadalajara, donde se lleva a cabo la edición número 26 del Festival Internacional de Cine en Guadalajara, no pudo articular palabra, tomó el micrófono y se lo pasaba de una mano a otra, temblaba, y no es de extrañarse, pues se trata de un niño de 11 años que debuta en el cine, Amibael Orozco, originario de Tlalchalpan, Guerrero.

Odín Salazar Flores, director Largometraje mexicano de ficción en competencia, irrumpió el silencio que dejó el pequeño al decir: “Abimael es nativo de la región, lo seleccionamos entre multitud de niños y siempre nos propusimos no sacarlo de su vida normal (…), es la primera vez que ve la película y bueno, está en shock”.

La película rodada en 2009 aborda la vida de Lautaro, quien ve morir a su padre en Tierra Caliente, Guerrero; a causa de la violencia que azota a esa población de los años cuarenta. Su madre teme que corra con la misma suerte, así que decide mandarlo a otro terruño, con su tía y, contra su voluntad, Lautaro parte a lo que será un camino misterioso y cruel.

Para la directora de arte, Gabriela Santos, el reto de recrear el ambiente de hace 70 años en el Sur del país fue la fotografía, “utilizamos cámaras antiguas para lograr los buenos ángulos, tuvimos que conseguir utilería antigua, y muchas de las fotografías son reales, son de la familia de Abimael”, reconoció.

La actriz Adriana Paz, quien también asistió a la presentación, confesó que le costó  trabajo interpretar a Concha, la consternada y joven madre de Lautaro, pues temía no pronunciar bien el acento de aquél poblado, pero al mismo tiempo lo disfrutó. “Todo fue muy mágico, además eso de saber que éste personaje existió, y que yo la estaba representando, fue muy bonito”.

Un aspecto de Burros, que llamó la atención  tras ser revelado por el director, fue que el 70 por ciento del reparto está integrado por personas nativas de la región donde fue rodada la cinta; muchos de ellos niños, entre ellos dos hermanos de Abimael Orozco.

El largometraje que muestra la vida de una comunidad humilde y hostil también abre espacio al espiritismo, rituales con los que esperan comunicarse con sus muertos y la curiosidad de los niños por involucrarse, pues el hermetismo de los adultos ante el tema sólo les genera más dudas.

Para algunos de los actores como Baltimiore Beltrán y Adriana Paz, quien tiene en su haber participaciones en las películas Rudo y cursi y Traspatio, no todo fue amable en el rodaje, pues las altas temperaturas de Tlalchalpan y los piquetes de los mosquitos no era algo a lo que estuvieran acostumbrados, “pero valió la pena”, dice Beltrán.

Majestuosos paisajes, costumbres y el lenguaje del México de principios del siglo XX son algunas de las escenas que se pueden disfrutar en Burros, una historia que juega con las emociones y lleva los sentimientos de un extremo a otro. Una película para imaginar.

EL INFORMADOR/ VIOLETA MELÉNDEZ

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