Internacional
Afirman que asistieron a Íngrid, antes de liberarla
Es sorprendente buen estado de salud de Íngrid Betancourt
Hay una versión periodística que explica el sorprendente buen estado de salud de Íngrid Betancourt, sin vestigios aparentes de la hepatitis “B” ni de la leishmaniasis, una enfermedad tropical.
Íngrid está feliz. Pero, lentamente, y medio de desmentidos, se empieza a resquebrajar la versión oficial sobre el peliculesco final que tuvo el incruento “Operativo Jaque”, el miércoles 2.
El diario “Clarín” (www.clarin.com), en su edición digital, reproduce una versión del periódico francés “Mediapart” (www.mediapart.fr) que revela detalles jugosos. Explica el sitio galo que las negociaciones con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) comenzaron en marzo, con una oferta del Gobierno colombiano a los comandantes guerrilleros que tenían cautivos a los rehenes.
“Mediapart” cita como fuentes a periodistas locales y asesores cercanos al que fuera el partido de Betancourt —el Verde Oxígeno—, y descarta, como lo hiciera el viernes, que la liberación de los 15 rehenes haya sido mérito de una operación militar de inteligencia.
Esta versión no oficial establece que los dos comandantes guerrilleros a cargo de los rehenes, Gerardo Aguilar, alias “César”, (quien apareció ante las cámaras con un ojo con hematoma) y Alexander Farfán, “Gafas”, abrieron contactos indirectos con las autoridades colombianas el 20 de marzo para preguntar por los detalles de la oferta, que incluyó dinero –unos 20 millones de dólares— y asilo en Venezuela o en Francia.
Una vez que se alcanzó el acuerdo, gracias a la mediación de un sacerdote, los rebeldes proporcionaron medicamentos y alimentos a los rehenes, lo que explica el estado de Betancourt, a quien médicos que la revisaron el sábado, la “colmaron de buenas noticias”.
“Mediapart” asegura que los comandantes querían mejorar el estado de los rehenes, porque temían ser privados de parte de la recompensa si los entregaban en malas condiciones físicas.
Íngrid está feliz. Pero, lentamente, y medio de desmentidos, se empieza a resquebrajar la versión oficial sobre el peliculesco final que tuvo el incruento “Operativo Jaque”, el miércoles 2.
El diario “Clarín” (www.clarin.com), en su edición digital, reproduce una versión del periódico francés “Mediapart” (www.mediapart.fr) que revela detalles jugosos. Explica el sitio galo que las negociaciones con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) comenzaron en marzo, con una oferta del Gobierno colombiano a los comandantes guerrilleros que tenían cautivos a los rehenes.
“Mediapart” cita como fuentes a periodistas locales y asesores cercanos al que fuera el partido de Betancourt —el Verde Oxígeno—, y descarta, como lo hiciera el viernes, que la liberación de los 15 rehenes haya sido mérito de una operación militar de inteligencia.
Esta versión no oficial establece que los dos comandantes guerrilleros a cargo de los rehenes, Gerardo Aguilar, alias “César”, (quien apareció ante las cámaras con un ojo con hematoma) y Alexander Farfán, “Gafas”, abrieron contactos indirectos con las autoridades colombianas el 20 de marzo para preguntar por los detalles de la oferta, que incluyó dinero –unos 20 millones de dólares— y asilo en Venezuela o en Francia.
Una vez que se alcanzó el acuerdo, gracias a la mediación de un sacerdote, los rebeldes proporcionaron medicamentos y alimentos a los rehenes, lo que explica el estado de Betancourt, a quien médicos que la revisaron el sábado, la “colmaron de buenas noticias”.
“Mediapart” asegura que los comandantes querían mejorar el estado de los rehenes, porque temían ser privados de parte de la recompensa si los entregaban en malas condiciones físicas.