Internacional
Al Qaeda muestra su furia en Bagdad
Las embajadas de Irán, Alemania, Egipto y España fueron atacadas con coches-bomba; la cifra de muertos es de al menos 42
BAGDAD, IRAQ.- El enfrentamiento entre Al Qaeda e Irán tuvo ayer un nuevo capítulo cuando presuntos suicidas de la organización terrorista atacaron con coche-bomba las inmediaciones de la embajada iraní en Bagdad.
La organización terrorista además hizo estallar coches en las afueras de las sedes diplomáticas de España y Egipto, matando a unas 42 personas e hiriendo a unas 200.
El portavoz del Plan de Seguridad de Bagdad, general Qasim Atta, dijo a la televisión iraquí que las sospechas apuntan a Al Qaeda y a partidarios del antiguo régimen de Sadam Husein.
“Los atentados pretenden mostrar al mundo una imagen fea de Iraq y dar la impresión de que la situación en el país está supuestamente fuera de control”.
La organización terrorista tiene una relación tensa con Irán porque los culpan de “cooperar” con Estados Unidos en “la ocupación de Iraq y Afganistán”.
En 2008, el considerado número dos de Al Qaeda, Ayman Al Zawahiri, dijo en un mensaje difundido por la cadena Al Yazira que “está claro que el papel de Irán es el de colaborar con los cruzados. Ha adoptado una política de doble rasero. A la vez que llaman a la ‘Yihad’ (guerra santa) contra los sionistas impiden esa guerra en Afganistán e Iraq”.
Las explosiones cometidas por suicidas ocurrieron con una diferencia de apenas unos minutos entre sí.
Un cuarto kamikaze que portaba un cinturón de explosivos fue ejecutado por policías cuando pretendía hacerse explotar en lo que antes era la embajada de Alemania en el país árabe, hoy convertida en un banco. España, México y la Unión Europea condenaron los atentados y enviaron sus condolencias a las familias de las víctimas.
Claves
Sunitas contra chiítas, la guerra sin fin
El nuevo zarpazo de Al Qaeda en Iraq revive la belicosidad que animan grupos extremistas del Islam, una de las tres grandes religiones monoteístas, que acapara la devoción de una cuarta parte de la población mundial, especialmente en Medio Oriente y África.
Tres son las ramas o sectas en las que se divide el mundo musulmán: sunitas (80%), chiítas (15%) y jarayiíes (5 por ciento). La debacle nace tras la muerte de Mahoma y las diferentes interpretaciones que surgen en torno a quién es el sucesor.
Hoy la mancha chiíta abarca los territorios de Irán, Iraq, Bahrein y Sur de Líbano mientras que los sunitas son fuertes en Egipto, Arabia Saudí, Jordania, Siria y Afganistán. A nivel de grupos armados Hizbulá y Hamas son chiítas, y Al Qaeda y Fatah, sunitas.
La organización terrorista además hizo estallar coches en las afueras de las sedes diplomáticas de España y Egipto, matando a unas 42 personas e hiriendo a unas 200.
El portavoz del Plan de Seguridad de Bagdad, general Qasim Atta, dijo a la televisión iraquí que las sospechas apuntan a Al Qaeda y a partidarios del antiguo régimen de Sadam Husein.
“Los atentados pretenden mostrar al mundo una imagen fea de Iraq y dar la impresión de que la situación en el país está supuestamente fuera de control”.
La organización terrorista tiene una relación tensa con Irán porque los culpan de “cooperar” con Estados Unidos en “la ocupación de Iraq y Afganistán”.
En 2008, el considerado número dos de Al Qaeda, Ayman Al Zawahiri, dijo en un mensaje difundido por la cadena Al Yazira que “está claro que el papel de Irán es el de colaborar con los cruzados. Ha adoptado una política de doble rasero. A la vez que llaman a la ‘Yihad’ (guerra santa) contra los sionistas impiden esa guerra en Afganistán e Iraq”.
Las explosiones cometidas por suicidas ocurrieron con una diferencia de apenas unos minutos entre sí.
Un cuarto kamikaze que portaba un cinturón de explosivos fue ejecutado por policías cuando pretendía hacerse explotar en lo que antes era la embajada de Alemania en el país árabe, hoy convertida en un banco. España, México y la Unión Europea condenaron los atentados y enviaron sus condolencias a las familias de las víctimas.
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El nuevo zarpazo de Al Qaeda en Iraq revive la belicosidad que animan grupos extremistas del Islam, una de las tres grandes religiones monoteístas, que acapara la devoción de una cuarta parte de la población mundial, especialmente en Medio Oriente y África.
Tres son las ramas o sectas en las que se divide el mundo musulmán: sunitas (80%), chiítas (15%) y jarayiíes (5 por ciento). La debacle nace tras la muerte de Mahoma y las diferentes interpretaciones que surgen en torno a quién es el sucesor.
Hoy la mancha chiíta abarca los territorios de Irán, Iraq, Bahrein y Sur de Líbano mientras que los sunitas son fuertes en Egipto, Arabia Saudí, Jordania, Siria y Afganistán. A nivel de grupos armados Hizbulá y Hamas son chiítas, y Al Qaeda y Fatah, sunitas.