Internacional
Cubanos, con cautela ante las reformas del Gobierno
El presidente someterá ante el 6o. Congreso del Partido Comunista (PCC) el plan de normas del 16 al 19 de abril
LA HABANA, CUBA (20/DIC/2010).- Algunos cubanos ven con escepticismo la aplicación de las reformas económicas propuestas por el presidente Raúl Castro, pues no es la primera vez en 50 años que son convocados a procesos de rectificación.
“Cuando está en el papel es muy bonita la cosa, y cada cual la implanta a su forma, hay que esperar, cuando empiece a apretar las tuercas de verdad, entonces la cosa sí va en serio”, dijo Reynaldo González, un plomero de 52 años, que escuchó el discurso del mandatario por la televisión la noche del sábado.
Al clausurar la sesión parlamentaria anual el sábado, Raúl Castro sentenció: “o rectificamos o ya se acaba el tiempo de seguir bordeando el precipicio, nos hundimos, y hundiremos (...) el esfuerzo de generaciones enteras”.
El presidente defendió con tenacidad su programa de reformas, pidió “cambiar la mentalidad de los cuadros (dirigentes comunistas) y de todos los compatriotas al encarar el nuevo escenario que comienza a delinearse”.
Esas reformas, incluyen una mayor apertura al capital extranjero, el recorte de más de un millón de empleos estatales en los próximos años –500 mil antes de abril—, la apertura de licencias en unos 178 oficios para absorber a la mayor parte de despedidos, la eliminación de subsidios, la autonomía de la gestión empresarial.
Se estima que en los próximos cinco años se incorporarán 1.8 millones de personas al sector no estatal —pequeños negocios privados y cooperativas— por lo que 50% de los cinco millones de trabajadores cubanos no tendrá como patrón al Estado en 2015.
Desde inicios de diciembre, la población discute esas propuestas en centros laborales, de estudios y reuniones de vecinos, para lograr un consenso nacional.
“Aunque la situación económica es difícil, el modelo está hecho con los pies en la tierra, pero exige que todo el mundo cambie la mentalidad, los dirigentes y el pueblo”, dijo Graciela Pérez, una técnica en economía de 45 años.
Aunque parte del programa ya está en aplicación, el 6o. Congreso del PCC deberá aprobarlo en abril y comenzará su instauración gradual.
CRONOLOGÍA
2 de agosto
El líder del Ejecutivo en Cuba, Raúl Castro, anuncia que el Gobierno permitirá que más cubanos operen sus propios negocios y contraten trabajadores, una virtual reducción de su absoluto control sobre la economía estatal.
13 de septiembre
El presidente de Cuba, Raúl Castro Domingo, anuncia que más de medio millón de trabajadores en la isla perderán su empleo, al tiempo que anuncia una radical transformación en los modelos salariales y de trabajo para paliar la grave situación económica.
17 de diciembre
El Parlamento informa que el Gobierno propone eliminar gradualmente la libreta de alimentos subsidiados, la cual Cuba gasta alrededor de mil millones de dólares.
Análisis
Cambio de dueño en La Habana
Orestes E. Díaz Rodríguez
Cuatro años pasaron para que La Habana exhibiera un liderazgo unívoco. Desde su lecho de enfermo, compulsado por su proverbial inclinación al protagonismo, “La Voz” intentó mantener el control del timón de mando. Durante tres años pareció lograr su propósito. El país pedía cambios a gritos, pero no se movía a ninguna parte. Se percibía desde donde se activaba el freno a la gestión iniciada en 2008 por el general-presidente.
No pasó inadvertido que los colaboradores de “La Voz” fueron alejados de puestos de dirección y se desactivaron símbolos claves de la etapa anterior. Pero las reformas no llegaban. ¿El general-presidente se contentaba con mantener el mismo perfil de subordinación que tuvo mientras su hermano mayor llevaba las riendas?
El desenlace llegó de manera inesperada. El 11 de julio “La Voz” sorprendió a propios y extraños dejándose escuchar en público por primera vez en cuatro años. Afirmó que estaba recuperado. Quiso volver. Pero errores garrafales pusieron en evidencia el verdadero estado de sus capacidades.
En su afán escogió como tema de su retorno el anuncio de que el mundo se vería envuelto de forma inminente en una guerra termonuclear. Pasaron los días, la hecatombe no se produjo. Dio un golpe de timón. Afirmó que los cinco espías cubanos presos en cárceles norteamericanas desde hace más de 10 años celebrarían las festividades navideñas en sus casas.
Faltaba aún el plato fuerte. Llegó cuando confesó al periodista Jeffrey Goldberg que el modelo cubano, del cual es su creador y principal beneficiario y que mantiene a 10 millones de compatriotas en una cápsula del tiempo retenida en el siglo XX, no le servía ni a los propios cubanos.
La declaración estremeció sobre todo a la elite que lo cobijó aún en su agonía. Se desconocen detalles del altercado que tuvo lugar entre los dos hermanos. Pero fue decisivo. Desde entonces bajó su perfil y hasta en la exclusiva columna del “Granma” que le correspondía sólo a él aparecen también ahora textos del general- presidente.
Llegaron anuncios aplazados. Comenzó la reforma que renueva el modelo económico sustentado a rajatabla durante 50 años. El estribillo de "Gente de Zona", uno de los grupos musicales más escuchados en la isla no se equivoca, La Habana cambió de dueño.
Mtro. Orestes E. Díaz Rodríguez, UdeG.
“Cuando está en el papel es muy bonita la cosa, y cada cual la implanta a su forma, hay que esperar, cuando empiece a apretar las tuercas de verdad, entonces la cosa sí va en serio”, dijo Reynaldo González, un plomero de 52 años, que escuchó el discurso del mandatario por la televisión la noche del sábado.
Al clausurar la sesión parlamentaria anual el sábado, Raúl Castro sentenció: “o rectificamos o ya se acaba el tiempo de seguir bordeando el precipicio, nos hundimos, y hundiremos (...) el esfuerzo de generaciones enteras”.
El presidente defendió con tenacidad su programa de reformas, pidió “cambiar la mentalidad de los cuadros (dirigentes comunistas) y de todos los compatriotas al encarar el nuevo escenario que comienza a delinearse”.
Esas reformas, incluyen una mayor apertura al capital extranjero, el recorte de más de un millón de empleos estatales en los próximos años –500 mil antes de abril—, la apertura de licencias en unos 178 oficios para absorber a la mayor parte de despedidos, la eliminación de subsidios, la autonomía de la gestión empresarial.
Se estima que en los próximos cinco años se incorporarán 1.8 millones de personas al sector no estatal —pequeños negocios privados y cooperativas— por lo que 50% de los cinco millones de trabajadores cubanos no tendrá como patrón al Estado en 2015.
Desde inicios de diciembre, la población discute esas propuestas en centros laborales, de estudios y reuniones de vecinos, para lograr un consenso nacional.
“Aunque la situación económica es difícil, el modelo está hecho con los pies en la tierra, pero exige que todo el mundo cambie la mentalidad, los dirigentes y el pueblo”, dijo Graciela Pérez, una técnica en economía de 45 años.
Aunque parte del programa ya está en aplicación, el 6o. Congreso del PCC deberá aprobarlo en abril y comenzará su instauración gradual.
CRONOLOGÍA
2 de agosto
El líder del Ejecutivo en Cuba, Raúl Castro, anuncia que el Gobierno permitirá que más cubanos operen sus propios negocios y contraten trabajadores, una virtual reducción de su absoluto control sobre la economía estatal.
13 de septiembre
El presidente de Cuba, Raúl Castro Domingo, anuncia que más de medio millón de trabajadores en la isla perderán su empleo, al tiempo que anuncia una radical transformación en los modelos salariales y de trabajo para paliar la grave situación económica.
17 de diciembre
El Parlamento informa que el Gobierno propone eliminar gradualmente la libreta de alimentos subsidiados, la cual Cuba gasta alrededor de mil millones de dólares.
Análisis
Cambio de dueño en La Habana
Orestes E. Díaz Rodríguez
Cuatro años pasaron para que La Habana exhibiera un liderazgo unívoco. Desde su lecho de enfermo, compulsado por su proverbial inclinación al protagonismo, “La Voz” intentó mantener el control del timón de mando. Durante tres años pareció lograr su propósito. El país pedía cambios a gritos, pero no se movía a ninguna parte. Se percibía desde donde se activaba el freno a la gestión iniciada en 2008 por el general-presidente.
No pasó inadvertido que los colaboradores de “La Voz” fueron alejados de puestos de dirección y se desactivaron símbolos claves de la etapa anterior. Pero las reformas no llegaban. ¿El general-presidente se contentaba con mantener el mismo perfil de subordinación que tuvo mientras su hermano mayor llevaba las riendas?
El desenlace llegó de manera inesperada. El 11 de julio “La Voz” sorprendió a propios y extraños dejándose escuchar en público por primera vez en cuatro años. Afirmó que estaba recuperado. Quiso volver. Pero errores garrafales pusieron en evidencia el verdadero estado de sus capacidades.
En su afán escogió como tema de su retorno el anuncio de que el mundo se vería envuelto de forma inminente en una guerra termonuclear. Pasaron los días, la hecatombe no se produjo. Dio un golpe de timón. Afirmó que los cinco espías cubanos presos en cárceles norteamericanas desde hace más de 10 años celebrarían las festividades navideñas en sus casas.
Faltaba aún el plato fuerte. Llegó cuando confesó al periodista Jeffrey Goldberg que el modelo cubano, del cual es su creador y principal beneficiario y que mantiene a 10 millones de compatriotas en una cápsula del tiempo retenida en el siglo XX, no le servía ni a los propios cubanos.
La declaración estremeció sobre todo a la elite que lo cobijó aún en su agonía. Se desconocen detalles del altercado que tuvo lugar entre los dos hermanos. Pero fue decisivo. Desde entonces bajó su perfil y hasta en la exclusiva columna del “Granma” que le correspondía sólo a él aparecen también ahora textos del general- presidente.
Llegaron anuncios aplazados. Comenzó la reforma que renueva el modelo económico sustentado a rajatabla durante 50 años. El estribillo de "Gente de Zona", uno de los grupos musicales más escuchados en la isla no se equivoca, La Habana cambió de dueño.
Mtro. Orestes E. Díaz Rodríguez, UdeG.