Internacional
Deberá Rousseff desprenderse de 'sombra' de Lula
Deberá 'convivir' en los primeros meses de su administración con la imagen 'omnipresente' de Lula quien tuvo dos mandatos exitosos
SAO PAULO, BRASIL (29/DIC/2010).- La presidenta electa de Brasil, Dilma Rousseff, debe desprenderse en los primeros meses de su gobierno, que se inicia el próximo sábado, de la 'sombra' de Luiz Inácio Lula da Silva, quien deja el poder con alta popularidad.
Politólogos locales señalaron a radioemisoras que, inevitablemente, Rousseff deberá 'convivir' en los primeros meses de su administración con la imagen 'omnipresente' de Lula, quien concluye dos exitosos periodos de gobierno de cuatro años cada uno.
Por ese motivo, la nueva mandataria deberá imponer desde un principio su estilo de gobierno para intentar 'marcar diferencias' y demostrar que el país más grande de América del Sur seguirá siendo uno de los líderes en la región tras la salida de Lula.
Entre los desafíos que le esperan a la nueva jefa de Estado se encuentran varios de corte político, social y económico, como por ejemplo mantener el crecimiento de 2010, la constante baja del desempleo y el control de la inflación.
De acuerdo con el más reciente estudio de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), tras experimentar un retroceso de 0.6 por ciento en 2009, la economía brasileña crecerá 7.7 por ciento este año, con una perspectiva para 2011 de 5.0 por ciento.
Según los expertos, Rousseff deberá planificar con su equipo económico la forma en la cual controlará el gasto y la deuda pública, esta última en crecimiento tras el aumento de las tasas de interés y la depreciación del dólar.
La mayoría de los economistas coincide en señalar que el nuevo gobierno brasileño será 'de continuidad', lo que se manifiesta en el hecho de que mantendrá en el gabinete a ocho ministros de Lula, aunque la jefa de Estado impondría en sus primeras semanas varias medidas económicas.
Entre ellas se encontraría adoptar una estrategia para implementar un ajuste fiscal, además de proponer una reforma fiscal y al actual sistema de jubilación.
Además, deberá velar por mantener en este país sudamericano, considerada la octava economía del mundo, un clima de estabilidad y favorable a la inversión extranjera.
Rousseff posee un amplio conocimiento del aparato estatal y de gobierno de Brasil, razón por la cual conoce la mejor forma para adoptar las medidas políticas y administrativas que requiere Brasil para seguir avanzando en la senda del desarrollo.
La futura mandataria brasileña, de 62 años, es una ex guerrillera, economista y ex ministra de Estado que ganó la Presidencia como candidata del gobierno Partido de los Trabajadores (PT).
Politólogos locales señalaron a radioemisoras que, inevitablemente, Rousseff deberá 'convivir' en los primeros meses de su administración con la imagen 'omnipresente' de Lula, quien concluye dos exitosos periodos de gobierno de cuatro años cada uno.
Por ese motivo, la nueva mandataria deberá imponer desde un principio su estilo de gobierno para intentar 'marcar diferencias' y demostrar que el país más grande de América del Sur seguirá siendo uno de los líderes en la región tras la salida de Lula.
Entre los desafíos que le esperan a la nueva jefa de Estado se encuentran varios de corte político, social y económico, como por ejemplo mantener el crecimiento de 2010, la constante baja del desempleo y el control de la inflación.
De acuerdo con el más reciente estudio de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), tras experimentar un retroceso de 0.6 por ciento en 2009, la economía brasileña crecerá 7.7 por ciento este año, con una perspectiva para 2011 de 5.0 por ciento.
Según los expertos, Rousseff deberá planificar con su equipo económico la forma en la cual controlará el gasto y la deuda pública, esta última en crecimiento tras el aumento de las tasas de interés y la depreciación del dólar.
La mayoría de los economistas coincide en señalar que el nuevo gobierno brasileño será 'de continuidad', lo que se manifiesta en el hecho de que mantendrá en el gabinete a ocho ministros de Lula, aunque la jefa de Estado impondría en sus primeras semanas varias medidas económicas.
Entre ellas se encontraría adoptar una estrategia para implementar un ajuste fiscal, además de proponer una reforma fiscal y al actual sistema de jubilación.
Además, deberá velar por mantener en este país sudamericano, considerada la octava economía del mundo, un clima de estabilidad y favorable a la inversión extranjera.
Rousseff posee un amplio conocimiento del aparato estatal y de gobierno de Brasil, razón por la cual conoce la mejor forma para adoptar las medidas políticas y administrativas que requiere Brasil para seguir avanzando en la senda del desarrollo.
La futura mandataria brasileña, de 62 años, es una ex guerrillera, economista y ex ministra de Estado que ganó la Presidencia como candidata del gobierno Partido de los Trabajadores (PT).