Decepción entre los seguidores de Íngrid Betancourt

PARÍS.- Una profunda decepción abrumó a los  partidarios de la franco-colombiana Íngrid Betancourt nada más enterarse de que  el premio Nobel de la Paz no había sido atribuido a la ex rehén de la guerrilla  colombiana de las FARC, echando por tierra todas sus expectativas.

"Estamos muy decepcionados. Es una muy mala noticia para Íngrid  (Betancourt) y una mala noticia para los rehenes y la paz en Colombia", afirmó el vicepresidente de la Federación internacional de los comités  solidarios (FICIB), Olivier Roubi, cuando supo que el galardón fue para el  finlandés Martti Ahtisaari.

Tan convencidos estaban los simpatizantes de la ex rehén de que el premio Nobel  sería para ella que habían reservado una sala en uno de los más lujosos hoteles  de París para una conferencia de prensa.

Íngrid “encarna hoy el drama internacional de los rehenes”,  estimó el comité.
Desde que fue liberada, Betancourt, quien reside en París, no ha vuelto a  Colombia porque se considera "un objetivo militar para la guerrilla ".
La ex rehén ha anunciado la futura  creación de una fundación para los secuestrados y la paz.