Internacional

Derrumbes por lluvias, primer gran desafío para Dilma Rousseff

Además de las precipitaciones, expertos adjudican el desastre a la urbanización irresponsable en Río de Janeiro

BRASIL (14/ENE/2011).- El Gobierno federal de Brasil ha sido duramente criticado por la prensa local por considerar que, a pesar de las precipitaciones se suceden año tras año, no se han tomado las medidas preventivas necesarias para evitar este tipo de catástrofes.

Aún con esto, la mandataria brasileña, Dilma Rousseff alabó la “capacidad de organización del Gobierno de Río de Janeiro, combinado con el Gobierno federal y los alcaldes”, añadió que las prioridades son las tareas de rescate, la reestructuración de las condiciones de vida y el acceso a tratamiento sanitario.

Asimismo, dijo que algunas “montañas se disolvieron” sin que se dieran condiciones de irregularidad urbanística, pero matizó que en otras áreas se pudieron observar escenas “de ocupación irregular de áreas de riesgo”.

Rousseff se comprometió a que la liberación de recursos económicos para ayudar a las víctimas se lleve a cabo de “la forma más rápida y menos burocrática posible” y explicó que en las situaciones de emergencia y calamidades hasta 50% de los recursos puede ser anticipado.

También recordó que dentro de los programas gubernamentales destinados a la aceleración económica se destinarán seis mil 740 millones de dólares para labores de saneamiento y drenaje en todo el país y puntualizó que “la previsión no es una cuestión sólo de defensa civil”. El Gobierno ya había anunciado que destinará unos 461 millones de dólares para atender la emergencia.

Expertos y autoridades aseguran que la urbanización irresponsable es una de las causas por las que sucedieron los deslaves que cobraron tantas víctimas.

“Fue una tragedia natural, potenciada por la urbanización irregular, que  fragiliza la naturaleza, aumenta el número de víctimas y ayuda a promover las  avalanchas, porque una casa derrumbada aumenta ese alud ladera abajo”, dijo el coordinador de Hidrología de  la Universidad Federal de Río de Janeiro, Paulo Canedo.

El gobernador de Río, Sergio Cabral, denunció que desde el  inicio de los años 80, las tres ciudades devastadas por los aludes de tierra y  agua sufrieron “la desgracia del populismo,  que significó la permisividad para ocupar áreas de riesgo de una manera irresponsable. Y cuando ocurre la  mayor desgracia, la abrumadora mayoría (de víctimas) es gente humilde”.  

Por su parte, socorristas continúan en busca de sobrevivientes y luchan por llegar a zonas aisladas por inundaciones y deslizamientos de tierra.

LAS CIFRAS
Resultados de deslaves


473
personas han muerto a causa de las lluvias y los deslaves en las ciudades de Teresópolis, Nueva Friburgo y Petrópolis.

13,500
personas han quedado damnificadas en la región, según la agencia de Defensa Civil.

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