Internacional
Guardianes de la revolución atentan contra 49 de las fuerzas de elite iraní
El grupo extremista sunnita Jundulá (Soldados de Dios) se atribuyó el atentado; Pakistán ofrece cooperar para detener a los responsables
TEHERÁN, IRÁN.- Un atentado en la provincia de Sistan-Baluchistan terminó con la vida de 49 miembros de la Guardia de la revolución, el Ejército ideológico del régimen.
Entre las víctimas del ataque suicida se encuentran siete jefes, entre ellos “el general Nour Ali Shushtari, adjunto al comandante de la infantería de los Guardianes de la revolución, y el general Rajab Ali Mohammad Zadeh, comandante para Sistan-Baluchistan”, precisó la agencia de noticias Fars.
El ataque se lo atribuyó el grupo rebelde sunita Jundulá (Soldados de Dios), dijo Mohammad Marzie, procurador general de Zahedan, capital de Sistan-Baluchistan.
El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, dijo estar enterado de que elementos de seguridad en el interior de Pakistán participaron en el atentado suicida, “consideramos que es nuestro derecho reclamar a esos criminales”.
También advirtió que los criminales “recibirán muy pronto una respuesta”.
El comandante de las tropas de los Guardianes de la revolución, Mohammad Pakpur, también prometió una respuesta “aplastante” contra Jundalá.
“Los Guardianes de la revolución responderán de manera severa y aplastante a este grupo para que no puedan nunca más atreverse a tales acciones en el país”.
El diputado del Parlamento iraní por Zahedan, Payman Forouzesh, dijo a la televisión estatal que los “enemigos de la revolución” quieren sembrar la discordia entre los musulmanes chiítas y los sunitas en el Sureste del país.
El encargado de negocios pakistaní en Irán condenó el atentado y expresó las condolencias de su Gobierno a la nación iraní y ha transmitido la disponibilidad de su país a colaborar en la identificación y detención de los autores.
En plena reunión
El atentado se produjo cuando los comandantes de las Guardianes de la revolución participaban en una reunión con los jefes tribales de la provincia de Sistan-Beluschitán para “reforzar la unidad entre chiítas y sunitas”, según la agencia iraní Fars.
“Entre los fallecidos hay 10 jefes tribales y varios más han resultado heridos”, señaló el asesor de Seguridad del gobernador de la región, Yalai Sayah.
Después del ataque, los Guardianes de la revolución emitieron un comunicado en el que acusan a “la opresión mundial de haber provocado a los elementos a su sueldo para cometer el atentado”.
El término “opresión mundial” se utiliza generalmente para nombrar a los países occidentales, en particular Estados Unidos e Inglaterra.
La provincia de Sistan-Baluchistan, cercana a la frontera con Pakistány Afganistán, alberga una fuerte minoría sunita y es considerada como la provincia menos segura de Irán debido a la presencia de rebeldes, pero también de traficantes de droga.
El grupo rebelde sunita Jundalá también se atribuyó el atentado suicida que el 28 de mayo causó 25 muertos en la mezquita chiíta de Zahedan.
Acusan a EU de entrenar a responsables
Washington se deslinda
Los miembros del grupo rebelde sunita Jundulá (Soldados de Dios) son “entrenados y equipados” por los servicios de inteligencia estadounidenses y británicos, declaró el comandante de la infantería de los Guardianes de la revolución a la televisión iraní.
“La base de los rebeldes se encuentra en los países vecinos y allá son entrenados y equipados. La gente que ha sido detenida ha confesado que los servicios de inteligencia extranjeros los equipan”, dijo el general, Mohammad Pakpur.
Estados Unidos condenó el atentado y negó toda participación en el ataque. “Condenamos este acto terrorista y lamentamos la pérdida de vidas inocentes”, declaró Ian Kelly, portavoz del Departamento de Estado en un comunicado.
El Jundulá es un movimiento que asegura tener unos mil miembros y se oponen con métodos extremistas al Gobierno iraní, predominantemente chiíta, además se les asocia con Al Qaeda.
Leales al régimen
Los pasdarán
Son considerados una leal guardia de la República Islámica y de su guía supremo, el ayatolá y líder de la República Islámica, Alí Jamenei. El cuerpo fue creado por un decreto del 5 de mayo de 1979 con el fin de reunir diferentes unidades paramilitares en un solo órgano afín al régimen, para protegerlo y compensar el peso del Ejército.
También llamados pasdarán, son dirigidos por el general Mohammad-Ali Jafari. El Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Londres (IISS), estima que hay 125 mil guardianes de la revolución.
Estados Unidos acusa a esta fuerza de élite de apoyar tanto a las milicias chiítas iraquíes radicales, como a los talibanes en Afganistán, y al Movimiento de Resistencia Islamita (Hamas) y la yihad islámica contra Israel.
Los pasdarán tienen una reputación de gran fervor religioso al servicio de la religión, contra los “enemigos” del exterior, pero también del interior. Han adquirido un creciente peso en el Estado, en estos últimos años, no sólo en política sino también en economía. El actual presidente, Mahmoud Ahmadineyad colocó a varios de sus miembros en el Majlis (Parlamento) en 2004.
Entre las víctimas del ataque suicida se encuentran siete jefes, entre ellos “el general Nour Ali Shushtari, adjunto al comandante de la infantería de los Guardianes de la revolución, y el general Rajab Ali Mohammad Zadeh, comandante para Sistan-Baluchistan”, precisó la agencia de noticias Fars.
El ataque se lo atribuyó el grupo rebelde sunita Jundulá (Soldados de Dios), dijo Mohammad Marzie, procurador general de Zahedan, capital de Sistan-Baluchistan.
El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, dijo estar enterado de que elementos de seguridad en el interior de Pakistán participaron en el atentado suicida, “consideramos que es nuestro derecho reclamar a esos criminales”.
También advirtió que los criminales “recibirán muy pronto una respuesta”.
El comandante de las tropas de los Guardianes de la revolución, Mohammad Pakpur, también prometió una respuesta “aplastante” contra Jundalá.
“Los Guardianes de la revolución responderán de manera severa y aplastante a este grupo para que no puedan nunca más atreverse a tales acciones en el país”.
El diputado del Parlamento iraní por Zahedan, Payman Forouzesh, dijo a la televisión estatal que los “enemigos de la revolución” quieren sembrar la discordia entre los musulmanes chiítas y los sunitas en el Sureste del país.
El encargado de negocios pakistaní en Irán condenó el atentado y expresó las condolencias de su Gobierno a la nación iraní y ha transmitido la disponibilidad de su país a colaborar en la identificación y detención de los autores.
En plena reunión
El atentado se produjo cuando los comandantes de las Guardianes de la revolución participaban en una reunión con los jefes tribales de la provincia de Sistan-Beluschitán para “reforzar la unidad entre chiítas y sunitas”, según la agencia iraní Fars.
“Entre los fallecidos hay 10 jefes tribales y varios más han resultado heridos”, señaló el asesor de Seguridad del gobernador de la región, Yalai Sayah.
Después del ataque, los Guardianes de la revolución emitieron un comunicado en el que acusan a “la opresión mundial de haber provocado a los elementos a su sueldo para cometer el atentado”.
El término “opresión mundial” se utiliza generalmente para nombrar a los países occidentales, en particular Estados Unidos e Inglaterra.
La provincia de Sistan-Baluchistan, cercana a la frontera con Pakistány Afganistán, alberga una fuerte minoría sunita y es considerada como la provincia menos segura de Irán debido a la presencia de rebeldes, pero también de traficantes de droga.
El grupo rebelde sunita Jundalá también se atribuyó el atentado suicida que el 28 de mayo causó 25 muertos en la mezquita chiíta de Zahedan.
Acusan a EU de entrenar a responsables
Washington se deslinda
Los miembros del grupo rebelde sunita Jundulá (Soldados de Dios) son “entrenados y equipados” por los servicios de inteligencia estadounidenses y británicos, declaró el comandante de la infantería de los Guardianes de la revolución a la televisión iraní.
“La base de los rebeldes se encuentra en los países vecinos y allá son entrenados y equipados. La gente que ha sido detenida ha confesado que los servicios de inteligencia extranjeros los equipan”, dijo el general, Mohammad Pakpur.
Estados Unidos condenó el atentado y negó toda participación en el ataque. “Condenamos este acto terrorista y lamentamos la pérdida de vidas inocentes”, declaró Ian Kelly, portavoz del Departamento de Estado en un comunicado.
El Jundulá es un movimiento que asegura tener unos mil miembros y se oponen con métodos extremistas al Gobierno iraní, predominantemente chiíta, además se les asocia con Al Qaeda.
Leales al régimen
Los pasdarán
Son considerados una leal guardia de la República Islámica y de su guía supremo, el ayatolá y líder de la República Islámica, Alí Jamenei. El cuerpo fue creado por un decreto del 5 de mayo de 1979 con el fin de reunir diferentes unidades paramilitares en un solo órgano afín al régimen, para protegerlo y compensar el peso del Ejército.
También llamados pasdarán, son dirigidos por el general Mohammad-Ali Jafari. El Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Londres (IISS), estima que hay 125 mil guardianes de la revolución.
Estados Unidos acusa a esta fuerza de élite de apoyar tanto a las milicias chiítas iraquíes radicales, como a los talibanes en Afganistán, y al Movimiento de Resistencia Islamita (Hamas) y la yihad islámica contra Israel.
Los pasdarán tienen una reputación de gran fervor religioso al servicio de la religión, contra los “enemigos” del exterior, pero también del interior. Han adquirido un creciente peso en el Estado, en estos últimos años, no sólo en política sino también en economía. El actual presidente, Mahmoud Ahmadineyad colocó a varios de sus miembros en el Majlis (Parlamento) en 2004.