Internacional

Rousseff propone pacto para mejorar servicios públicos

Admite que se precisa mejorar las formas en combate a la corrupción en Brasil

Rousseff propone pacto para mejorar servicios públicos
BRASILIA, BRASIL (21/JUN/2013).- La presidenta de Brasil, Dilma  Rousseff, propuso el viernes un gran pacto nacional para mejorar los servicios  públicos y recibir a los líderes de las manifestaciones pacíficas, cediendo a los reclamos de las históricas protestas que sacuden el país en plena Copa  Confederaciones.

La presidenta reafirmó que escucha a los manifestantes pero que no tolerará que "una minoría violenta y autoritaria ensucie un movimiento democrático y  pacífico" y destruya "el patrimonio público y privado".

"Voy a conversar con los jefes de otros poderes y voy a invitar a los  gobiernos y a los alcaldes de las principales ciudades para un gran pacto en  torno a la mejoría de los servicios públicos", dijo Rousseff en cadena de radio y televisión.

Fue su primera reacción a las protestas multitudinarias de la víspera, que dejaron dos muertos accidentales, un centenar de heridos, millones de reales en  daños económicos y grandes interrogantes sobre qué ha sucedido en este país señalado como un modelo de democracia emergente y de inclusión social.

Hartos de la corrupción, de la mala calidad de los servicios públicos, de  los precios en alza y de los gigantescos gastos públicos para el Mundial 2014,  más de un millón de manifestantes salieron a las calles del país la noche del jueves.

Algunas ciudades, como Rio de Janeiro y Brasilia, vivieron escenas de caos, con saqueos, vandalismo y enfrentamientos violentos con la policía.

Nuevas movilizaciones más pequeñas tuvieron lugar este viernes en 35 ciudades, incluido frente a la casa del gobernador Sergio Cabral en Rio de  Janeiro y en diversos puntos de Sao Paulo y Porto Alegre.

En Barra da Tijuca, en la zona norte de Rio, decenas de jóvenes encapuchados saquearon una concesionaria de automóviles y varias otras tiendas,  provocando destrozos, según imágenes retransmitidas por la televisión.

En Valparaiso de Goias (centro), al menos 10 autobuses fueron quemados y  hubo confrontaciones con la policía.


Oxígeno


El pacto de cuatro puntos prevé: 1) un plan nacional de movilidad urbana  que privilegie el transporte público; 2) destinar el 100% de los recursos de  los royalties del petróleo para la educación (esto debe ser aprobado por el  Congreso, donde hay fuertes bloqueos políticos, ndlr); 3) traer de inmediato a  miles de médicos del exterior para ampliar el sistema de salud pública (una  reciente propuesta del gobierno, ndlr); y 4) recibir a líderes de los  manifestaciones pacíficas, de organizaciones juveniles, sindicatos, movimientos  de trabajadores y asociaciones populares.

"Precisamos de su energía y creatividad (...) Precisamos oxigenar nuestro  sistema político", dijo la mandataria a los manifestantes, y señaló su voluntad  de contribuir a "una amplia y profunda reforma política".

Las protestas, que tomaron por sorpresa al país y al mundo por su tamaño y  virulencia, desencadenaron la peor crisis política desde 2005, cuando el  expresidente Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010) se salvó in extremis de la  destitución por el escándalo del "mensalao", un esquema de sobornos a diputados  a cambio de votos.

"Precisamos formas más eficaces de combate a la corrupción", indicó  Rousseff, que ha despedido de su gabinete a siete ministros acusados de desvío  de fondos públicos. Ninguno ha sido procesado.

Brasil, séptima economía del planeta, célebre por sus programas sociales  que hicieron ingresar a 40 millones de personas en la clase media en la última  década, atraviesa un periodo de magro crecimiento económico y una inflación en  alza.

Los manifestantes, en su mayoría jóvenes, educados, de clase media y  apolíticos, piden menos dinero en estadios y más en salud, educación, así como  un transporte público mejor y más barato.

Mariana Muñoz, una manifestante de 25 años de Sao Paulo, recibió con  escepticismo el discurso de la presidenta.

"Yo no creo en Dilma. Lo que ella diga no sirve de nada. Lo que importa son  los resultados. Acá nos sentimos impotentes ante el poder y por eso vamos a  seguir en la calle", dijo.


Una gran Copa

"Brasil merece y hará una gran Copa" del Mundo el año próximo, aseguró  asimismo la mandataria, descartando al igual que la FIFA que ambos torneos se  suspendan debido a las mayores protestas en 21 años en Brasil, que se han  tornado violentas en varias ciudades y han dejado a algunos hinchas en pánico.

La FIFA, por su lado, indicó que no ha discutido con las autoridades ni  considerado hasta ahora suspender la Copa Confederaciones debido a las  protestas y el ataque a pedradas de dos minibuses de la organización por parte  de manifestantes en Salvador (noreste).

El gobierno advirtió que las protestas pueden afectar la Jornada Mundial de  la Juventud católica y la visita del papa Francisco, previstos en Rio del 23 al  28 de julio próximos, y donde se espera la concurrencia de dos millones de  personas.

Las manifestaciones comenzaron hace poco más de una semana exigiendo la  revocación del aumento del precio del transporte, aunque luego fueron sumando  denuncias y reclamos.

La anulación del aumento del precio del boleto de transporte en numerosas  ciudades no logró frenar las protestas, aunque en Sao Paulo, el Movimiento Pase  Libre anunció que no convocaría a nuevas protestas, según la prensa brasileña.

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