Jalisco
Ante bajas ventas de artesanías, comerciantes optan por comida
La alfarería ya no es negocio para algunos en el tianguis de cabecera municipal en Tonalá
TONALÁ, JALISCO (11/NOV/2012).- La alfarería ya no es negocio para unos cuantos en el tianguis de la cabecera municipal en Tonalá. La necesidad de comer, vestir y pagar una renta crece y los ingresos no alcanzan.
Es el caso de Fidencio y Mara, quienes dieron un giro drástico en el ámbito laboral.
"Antes vendíamos alfarería, ahora mejor nos decidimos por comida porque nos deja más (dinero). Nosotros nos dedicábamos a la alfarería, pero de repente ya no teníamos ni para pagar la renta, y tuvimos que buscar otras opciones", explicó Alma González.
Optaron por la comida, pues veían que a sus vecinos comerciantes les iba muy bien.
"Por ahí dice un dicho que si no puedes con el enemigo únetele", dijo en tono de broma, don Fidencio, como es conocido en el "barrio".
La pareja tiene 10 años colocándose en la Avenida Tonaltecas, esquina con la calle Matamoros. Tras bajar las ventas en el negocio familiar de alfarería, intentaron complementarlo con alimentos; primero probaron con tacos de barbacoa, no les funcionó del todo, y después de unos meses "pegó" la venta de quesadillas.
"Vendemos quesadillas de coliflor, champiñones, pierna de res, papa, chorizo, y de puro queso. Sacamos al día como 500 pesos, y se complementa con la venta de las vasijas, que de esas vendemos como 300", indicó la esposa, Mara González, quien también es administradora y dueña del puesto.
"Una quesadilla sale en 20 pesos, pero son de tortilla recién hecha, aparte está muy grande, con una o dos los clientes quedan llenos; el refresco o agua sale a 10 pesos".
El negocio cosecha alrededor de mil quinientos pesos cada jueves en un lapso de ocho horas, pero su mejor día es el domingo, cuando más gente visita el tianguis; sus ventas alcanzan los dos mil pesos, hablando únicamente de las quesadillas.
EL INFORMADOR / ROBERTO ALARCÓN
Es el caso de Fidencio y Mara, quienes dieron un giro drástico en el ámbito laboral.
"Antes vendíamos alfarería, ahora mejor nos decidimos por comida porque nos deja más (dinero). Nosotros nos dedicábamos a la alfarería, pero de repente ya no teníamos ni para pagar la renta, y tuvimos que buscar otras opciones", explicó Alma González.
Optaron por la comida, pues veían que a sus vecinos comerciantes les iba muy bien.
"Por ahí dice un dicho que si no puedes con el enemigo únetele", dijo en tono de broma, don Fidencio, como es conocido en el "barrio".
La pareja tiene 10 años colocándose en la Avenida Tonaltecas, esquina con la calle Matamoros. Tras bajar las ventas en el negocio familiar de alfarería, intentaron complementarlo con alimentos; primero probaron con tacos de barbacoa, no les funcionó del todo, y después de unos meses "pegó" la venta de quesadillas.
"Vendemos quesadillas de coliflor, champiñones, pierna de res, papa, chorizo, y de puro queso. Sacamos al día como 500 pesos, y se complementa con la venta de las vasijas, que de esas vendemos como 300", indicó la esposa, Mara González, quien también es administradora y dueña del puesto.
"Una quesadilla sale en 20 pesos, pero son de tortilla recién hecha, aparte está muy grande, con una o dos los clientes quedan llenos; el refresco o agua sale a 10 pesos".
El negocio cosecha alrededor de mil quinientos pesos cada jueves en un lapso de ocho horas, pero su mejor día es el domingo, cuando más gente visita el tianguis; sus ventas alcanzan los dos mil pesos, hablando únicamente de las quesadillas.
EL INFORMADOR / ROBERTO ALARCÓN