Jalisco
Cargan en diablitos y ayudan con ingresos
Una veintena de niños trasladan la mercancía de los clientes en el Mercado de Abastos
GUADALAJARA, JALISCO (25/MAY/2015).- Entre puestos de frutas, miles de murmullos y torres de mercancía en cajas, se encuentra Sergio Barajas, un menor de 12 años con su diablito y quien junto a otros 20 niños y adolescentes se reúne cada fin de semana para cargar el mandado de los clientes del
Mercado de Abastos en Guadalajara.
“Estoy libre, ¿qué le cargo?”, es la frase con la que todos estos pequeños “diableros” abordan a clientes del mercado para ayudar con una, dos, tres y hasta cuatro cajas de mercancía en sus diablitos y así ganar de 10 a 20 pesos por cliente atendido.
José López, diablero de 13 años, lleva un año trabajando en el mercado junto a su papá y su abuelo. “Vengo nada más los fines de semana porque me invitó mi abuelo para ayudar a mi familia, pero me gusta el trabajo porque le llevas el mandado a la gente y te dan dinero”.
Por día, estos menores ganan en este empleo informal desde 100 hasta 300 pesos “si les va bien”, y la mayoría viene por invitación de sus familiares.
“Cuando vengo, invito a mis amigos o primos para que también trabajen y se ganen dinero”, explicó Sergio Barajas, quien junto a su primo laboran desde que el mercado abre sus puertas desde las cinco de la mañana hasta las dos de la tarde cuando “ya casi no hay gente ni mercancía”.
Clientes del Abastos aseguran que es normal ver a estos peculiares trabajadores cargando pesados diablitos con frutas y verduras. “Los trae su familia para que ayuden cuando no estudian”, dijo Lizette Martínez, quien frecuenta el mercado y suele pedir ayuda de estos pequeños “diableros”.
“Estoy libre, ¿qué le cargo?”, es la frase con la que todos estos pequeños “diableros” abordan a clientes del mercado para ayudar con una, dos, tres y hasta cuatro cajas de mercancía en sus diablitos y así ganar de 10 a 20 pesos por cliente atendido.
José López, diablero de 13 años, lleva un año trabajando en el mercado junto a su papá y su abuelo. “Vengo nada más los fines de semana porque me invitó mi abuelo para ayudar a mi familia, pero me gusta el trabajo porque le llevas el mandado a la gente y te dan dinero”.
Por día, estos menores ganan en este empleo informal desde 100 hasta 300 pesos “si les va bien”, y la mayoría viene por invitación de sus familiares.
“Cuando vengo, invito a mis amigos o primos para que también trabajen y se ganen dinero”, explicó Sergio Barajas, quien junto a su primo laboran desde que el mercado abre sus puertas desde las cinco de la mañana hasta las dos de la tarde cuando “ya casi no hay gente ni mercancía”.
Clientes del Abastos aseguran que es normal ver a estos peculiares trabajadores cargando pesados diablitos con frutas y verduras. “Los trae su familia para que ayuden cuando no estudian”, dijo Lizette Martínez, quien frecuenta el mercado y suele pedir ayuda de estos pequeños “diableros”.