Jalisco
Cierran 75% de los talleres de vidrio en Tonalá
La escasa liquidez y la caída de las exportaciones amenazan la supervivencia de esta tradición
TONALÁ, JALISCO (29/AGO/2010).- En los últimos dos años, la supervivencia de los talleres de artesanía que trabajan el vidrio en el municipio de
Tonalá se volvió la preocupación diaria. En el plazo referido, cerró 75% de los talleres que se dedicaban a esa técnica; la falta de liquidez y la caída de las exportaciones son los principales factores.
El artesano Ismael Rodríguez Bautista, reconocido en dicho municipio por sus trabajos, afirmó que actualmente el sector artesanal jalisciense atraviesa por un momento complicado, y es que los productos se han abaratado en el mercado, pues el comprador ya no paga lo que valen, por lo que los artistas deben conformarse con lo que se les paga.
La situación se empezó a complicar a raíz de los actos terroristas en Estados Unidos en 2001, pero de dos años a la fecha, cuando inició la crisis económica también en el vecino país y que tuvo consecuencias mundiales, a algunos talleres les resultó imposible seguir produciendo.
“Ha habido cierre de empresas, son las fábricas de vidrio, si antes había 200 en este momento debe haber la cuarta parte. Muchos talleres han dejado de trabajar, cerrado o recortado de personal. La crisis empezó desde 2001 pero se agravó en los últimos dos años”.
En Tonalá cada casa es un taller, dijo, en donde trabajan herrería, vidrio y madera, por mencionar algunas técnicas. Las familias que se dedicaban a la elaboración de piezas de vidrio cerraron de manera definitiva, su opción de supervivencia fue la integrarse a la vida productiva o unirse a la informalidad, “vender ropa usada o discos pirata”, señaló.
Otra de las preocupaciones de los artesanos es que se está perdiendo la tradición en las familias de dedicarse a la artesanía. “Los hijos ya no siguen la tradición, están haciendo otras cosas, ya no se unen a la actividad. Prefieren dedicarse a otra cosa que ven que sí les dará resultados”.
La tradición de heredar la enseñanza de las técnicas más tradicionales es la más afectada, pues son las piezas peor pagadas. Por ejemplo, el juego de jarro con vasos que sirve para mantener agua fresca es una obra no valorada.
“Un botellón que requiere mucho trabajo lo venden en 14 pesos. Si se toma en cuenta el costo del barro, de que la familia duró toda la semana haciendo 50 juegos y cuando los venden ¿cuánto dinero reciben? Realmente nada más para mal comer o pedir prestado para seguir haciendo. Si se colocara en una galería alcanzaría un costo de hasta 300 dólares”.
Baja asistencia en Enart
Ismael es uno de los artesanos que participa desde hace 12 años en la feria artesanal Enart, cuya edición número 39 se llevó a cabo del 17 al 20 de agosto en Tlaquepaque. Los efectos que todavía resiente la población por la crisis económica, aunados a la inseguridad que se vive en el país, provocaron la edición más pobre de la feria en asistencia de compradores.
Indicó que aunque la crisis ya dejó atrás sus momentos más complicados, los compradores principalmente estadounidenses todavía no recuperan su nivel económico, por lo que las ventas bajaron considerablemente. Hasta hace dos años, sus ventas se dividían 95% al extranjero y el resto en México; actualmente los porcentajes se invirtieron.
Además, la imagen de inseguridad que tiene México a nivel internacional provoca que los compradores eviten pisar territorio nacional.
En la opinión de Ismael Rodríguez, la reciente edición de Enart fue la menos visitada de los últimos 10 años.
El artesano Ismael Rodríguez Bautista, reconocido en dicho municipio por sus trabajos, afirmó que actualmente el sector artesanal jalisciense atraviesa por un momento complicado, y es que los productos se han abaratado en el mercado, pues el comprador ya no paga lo que valen, por lo que los artistas deben conformarse con lo que se les paga.
La situación se empezó a complicar a raíz de los actos terroristas en Estados Unidos en 2001, pero de dos años a la fecha, cuando inició la crisis económica también en el vecino país y que tuvo consecuencias mundiales, a algunos talleres les resultó imposible seguir produciendo.
“Ha habido cierre de empresas, son las fábricas de vidrio, si antes había 200 en este momento debe haber la cuarta parte. Muchos talleres han dejado de trabajar, cerrado o recortado de personal. La crisis empezó desde 2001 pero se agravó en los últimos dos años”.
En Tonalá cada casa es un taller, dijo, en donde trabajan herrería, vidrio y madera, por mencionar algunas técnicas. Las familias que se dedicaban a la elaboración de piezas de vidrio cerraron de manera definitiva, su opción de supervivencia fue la integrarse a la vida productiva o unirse a la informalidad, “vender ropa usada o discos pirata”, señaló.
Otra de las preocupaciones de los artesanos es que se está perdiendo la tradición en las familias de dedicarse a la artesanía. “Los hijos ya no siguen la tradición, están haciendo otras cosas, ya no se unen a la actividad. Prefieren dedicarse a otra cosa que ven que sí les dará resultados”.
La tradición de heredar la enseñanza de las técnicas más tradicionales es la más afectada, pues son las piezas peor pagadas. Por ejemplo, el juego de jarro con vasos que sirve para mantener agua fresca es una obra no valorada.
“Un botellón que requiere mucho trabajo lo venden en 14 pesos. Si se toma en cuenta el costo del barro, de que la familia duró toda la semana haciendo 50 juegos y cuando los venden ¿cuánto dinero reciben? Realmente nada más para mal comer o pedir prestado para seguir haciendo. Si se colocara en una galería alcanzaría un costo de hasta 300 dólares”.
Baja asistencia en Enart
Ismael es uno de los artesanos que participa desde hace 12 años en la feria artesanal Enart, cuya edición número 39 se llevó a cabo del 17 al 20 de agosto en Tlaquepaque. Los efectos que todavía resiente la población por la crisis económica, aunados a la inseguridad que se vive en el país, provocaron la edición más pobre de la feria en asistencia de compradores.
Indicó que aunque la crisis ya dejó atrás sus momentos más complicados, los compradores principalmente estadounidenses todavía no recuperan su nivel económico, por lo que las ventas bajaron considerablemente. Hasta hace dos años, sus ventas se dividían 95% al extranjero y el resto en México; actualmente los porcentajes se invirtieron.
Además, la imagen de inseguridad que tiene México a nivel internacional provoca que los compradores eviten pisar territorio nacional.
En la opinión de Ismael Rodríguez, la reciente edición de Enart fue la menos visitada de los últimos 10 años.