Jalisco

El cardenal censura a empresarios que no respetan al trabajador

El arzobispo de Guadalajara, Juan Sandoval manifiesta que en el trabajo y en la empresa deben imperar valores de un humanismo profundo

GUADALAJARA, JALISCO.- El cardenal Juan Sandoval se dirigió este fin de semana, en su mensaje oficial a la feligresía católica de la Arquidiócesis de Guadalajara, para criticar a los empresarios que no respetan a sus trabajadores como seres humanos y no atienden los principios de la Doctrina Social de la Iglesia: “Hay muchos empresarios que ignoran la doctrina social de la Iglesia, que no han estudiado ni siquiera el catecismo elemental, y por lo tanto están muy lejos de aplicar las verdades de la fe al mundo del trabajo. Algunos de ellos son ‘creyentes’ de día domingo, o de los que asisten a la iglesia cuando se trata de ceremonias de lucimiento o compromiso social; que se acuerdan de Dios o de los sacramentos cuando sufren enfermedad grave, mas regularmente están alejados de la iglesia y su Doctrina Social, sobre todo en el trato a sus trabajadores, dando preferencia a lo que significa el negocio y el incremento del capital, sin considerar al trabajador como un ser humano, sino como una pieza que si sirve, puede usarse; y si no, debe desecharse”.

El arzobispo recordó que anualmente, los obispos de la Provincia Eclesiástica de Guadalajara (una demarcación territorial de la Iglesia Católica en la que se incluyen las diócesis de la zona Occidente del país, con Guadalajara como cabeza) se reúnen con empresarios de diferentes ramos que a su vez, son miembros de la Unión Social de Empresarios de México, una asociación de perfil católico fundada en 1957.

Obispos y empresarios trabajaron del 15 al 17 de octubre en Tapalpa, en un encuentro que se realizó por undécima ocasión y a decir del cardenal Sandoval, se abordaron temas relacionados con la Doctrina Social de la Iglesia, “pero en esta ocasión pusimos énfasis en la responsabilidad social del empresario ante el trabajador y su trato como persona humana, dentro del marco de la Doctrina de Aparecida (Brasil), que tanto insiste en la dignidad de la persona humana y la dignidad del trabajo”.

Según el arzobispo tapatío, “quisimos crear conciencia en los empresarios (estuvieron presentes 50) de que sus trabajadores son seres humanos; que son dueños de una dignidad muy grande que les viene por ser hijos de Dios, creados a su imagen y semejanza; que poseen derechos inalienables; que tienen, generalmente, una familia que proteger y alimentar, y que ésta debe formar parte de la empresa, no como un elemento abstracto o como una mera consideración económica, sino que, como lo señalara el Papa Juan Pablo II, en el trabajo y en la empresa deben imperar valores de un humanismo profundo e integrarse una  verdadera comunidad humana, donde todos sean respetados, donde todos puedan crecer y donde todos participen, tanto de las responsabilidades como de los legítimos beneficios obtenidos por la empresa”.

El purpurado manifestó también el deseo de que “no sólo los hombres de empresa, sino todos aquéllos que se encuentran dentro del mundo de la política, de la economía, de la educación, de los derechos humanos y del trabajo, conocieran esta Doctrina Social de la Iglesia y, sobre todo, se inspiraran en ella para normar su vida y sus actos”.

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