Jalisco
El poder del conocimiento
Los paradigmas cambian, las ideas evolucionan y el desarrollo tecnológico avanza vertiginosamente
GUADALAJARA, JALISCO (25/JUN/2011).- El siglo XXI es una era de transformación exponencial. Los paradigmas cambian, las ideas evolucionan y el desarrollo tecnológico avanza vertiginosamente. El estilo de vida del género humano se ha transformado drásticamente a lo largo de los últimos años, y como consecuencia, las necesidades nacionales también se han transfigurado.
A diferencia de épocas extintas en las cuales los recursos naturales representaban el elemento más provechoso para una nación, en este siglo el capital más valioso para un país será el conocimiento. En otro orden de ideas, el éxito y el desarrollo de un stado estará directamente vinculado con su inversión en ciencia, tecnología y educación.
Los principios dictados por la era del conocimiento requieren que las economías en desarrollo adapten sus modelos económicos a las nuevas exigencias. La transmutación del sistema representa un enorme desafío; sin embargo, éste también se traduce en infinitas oportunidades.
México en particular enfrenta un gran reto. La organización Scientika señala que de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) el país destina únicamente 0.40% del Producto Interno Bruto (PIB) en ciencia y tecnología. No obstante, México es un país rico en cultura y repleto de mentes brillantes e individuos talentosos que pueden hacer la diferencia en la dirección de la nación.
Sam Pitroda, inventor y empresario protagonista de la revolución de las telecomunicaciones en India, ha establecido que la Ciudad de México tiene el potencial para convertirse en la capital del conocimiento de América Latina. Este personaje, promotor de las ciudades del conocimiento, declara que la innovación tecnológica debe ser puesta al servicio de la población y actuar como una herramienta que incida positivamente en la condición de vida de las personas. En conjunto con Javier Jileta, joven economista egresado del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), Pitroda fundó Scientika, asociación civil formada por jóvenes mexicanos que fomenta la innovación a través del conocimiento.
Generar ideas es retador; sin embargo, el verdadero desafío consiste en que estos pensamientos se traduzcan en un beneficio para la humanidad. Aún a pesar de su naturaleza abstracta, el conocimiento significa poder, ya que no sólo acelera el desarrollo económico, sino que también despierta la posibilidad de poner nuestro aprendizaje al servicio de la sociedad.
Gilda Colin Bracamontes.
El futuro de la democracia es la democratización de la información, Sam Pitroda.
La mente detrás de la revolución tecnológica de India
Sam Pitroda
—¿Quién es Sam Pitroda, según Sam Pitroda?
—Sam Pitroda es un hombre involucrado en la industria de las telecomunicaciones desde hace 45 años. Tiene un origen muy humille, nació y creció en un pequeño poblado de India tribal. Su padre tenía una educación precaria, pero Sam tuvo la oportunidad de estudiar Física. Llegó a América en 1964, trabajó en proyectos emocionantes y creó un negocio. Cuando tenía 40 años tuvo la oportunidad de trabajar en India con el uso de las telecomunicaciones y las tecnologías de la información. Trabajó con el primer ministro y se convirtió en el presidente de la Comisión de Telecomunicaciones. Años después tuvo un ataque al corazón y posteriormente el primer ministro Raji Gandhi, quien era una persona importantísima para él, murió. Regresó a América, pero tiempo después la vida lo hizo regresar a India para trabajar en el conocimiento, la innovación y la infraestructura para la información pública. Sam ha tenido una vida interesante y romántica, una esposa e hijos maravillosos y excelentes amigos. Mi misión ahora es ayudar a democratizar la información.
—Cuando pequeño, ¿qué soñaba ser?
—En realidad no me acuerdo, todo lo que sé es que quería estudiar. Me concentraba en mi buen desempeño académico, me gustaban las matemáticas, la física y desde muy chico supe que quería estudiar algo relacionado con las ciencias y las ingenierías. Un buen día leí en el periódico que el presidente Kennedy decidió llevar al hombre a la Luna. Yo era joven, enérgico y tonto, y me dije a mí mismo: “Es tiempo de ir a América”, y así fue. Creo que en la vida las cosas suceden por sí mismas, siempre y cuando estés dispuesto a trabajar, seas sincero, honesto y comprometido, la gente te ayuda.
—Sabemos que usted fue una figura determinante en la revolución tecnológica de India, ¿cuál fue el mayor reto que enfrentaron como nación?
—La mentalidad. La gente todavía entiende la tecnología como algo urbano, elite, exótico, complicado… No como una solución a los problemas. La tecnología es un gran habilitador del desarrollo, el problema es que las mentes más brillantes del mundo están concentradas en solucionar los problemas de las clases más privilegiadas, en donde en realidad no hay muchos problemas. Como consecuencia, las problemáticas de la base de la pirámide no reciben la suficiente atención. La tecnología debería solucionar los problemas que afectan a las clases menos privilegiadas: agua, salud, educación, servicios públicos… Ahí está el reto, en concentrar el desarrollo de la tecnología en la solución de los problemas sociales. Diseñar un reloj lujoso no es emocionante, lo emocionante es llevar la tecnología al servicio de la gente.
—¿Por qué considera usted que existe una relación directa entre la educación y el desarrollo?
—Se ha demostrado que la educación es crítica para la productividad. El conocimiento representa una ventaja para todas las profesiones y oficios, pues requieren de conocimiento especializado e inteligencia. En este siglo, las economías serán desarrolladas a partir del conocimiento, por tanto la educación juega un papel estratégico en el crecimiento de una nación.
—Si pudiera lograr que todos los mexicanos leyeran el mismo libro, ¿cuál sería y por qué?
—Procuro pensar de forma horizontal y creo que hay muchas obras interesantes para leer, todo depende qué es lo que quieras saber y aprender. Independientemente del tema, creo es indispensable que aprendamos de forma multidisciplinaria en vez de concentrarnos en una disciplina específica. Hoy tenemos la oportunidad de navegar en internet y aprender de 20 temas distintos en un solo día.
—Si pudiera viajar en el tiempo, ¿qué periodo histórico visitaría y por qué?
—Éste es el momento que elegiría, porque las oportunidades que se nos ofrecen son muy emocionantes. ¿Para qué quisiera regresar a tiempos en que los hombres aún peleaban con espadas? Creo que es importante vivir el ahora para diseñar el mañana. La imaginación es más poderosa que el conocimiento y hoy se nos da la posibilidad de imaginar cosas que no podríamos haber imaginado hace algunos años. Definitivamente quiero ir hacia adelante, pero para avanzar debemos entender y apreciar el momento que nos ha tocado vivir.
—¿Qué debate le gustaría presenciar?
—Me gustaría presenciar un diálogo entre Gandhi y Einstein, las dos más grandes figuras del siglo XX, encontrándose hoy, mirando este mundo y discerniendo, por un lado sobre imaginación, conocimiento, ciencia, tecnología, y por el otro, debatiendo sobre las condiciones de vida de la gente: conflictos, guerra, pobreza… Sería increíble ver esta conversación.
—¿Qué sabe ahora que le hubiera gustado saber antes?
—Me gustaría haber cuidado mejor mi salud, pero a los veinte piensas muy distinto que a los setenta. Ahora sé que mi tiempo está limitado y antes de irme me gustaría hacer muchas cosas, porque veo demasiadas posibilidades en este mundo.
Sé que no hay límite para lo que uno quiere saber. Quiero saber todo, pero entiendo mis limitaciones. Fui formado con valores gandhianos, los cuales me ensañaron que la clave no es saber todo, sino tener conciencia de lo que sabes y entender sus efectos. Hay que tener confianza en uno mismo, sencillez, amor hacia todos los seres humanos sin importar edad, religión o lugar de procedencia, porque no sabemos si nos vamos a volver a encontrar con ellos. La vida es un viaje en el que te acompaña mucha gente, suben y bajan del vagón en el que tú viajas. Por más pequeño que sea el momento que tienes con alguien, haz lo mejor de cada instante, ámalo y disfrútalo.
—¿Cuál es la responsabilidad del hombre respecto al futuro del mundo?
—Primero hay que entender que todos somos uno mismo y, por lo tanto, a pesar de nuestras diferencias debemos unirnos. Dos, tenemos que reconocer que éste es el único mundo en el que podemos vivir, y en consecuencia la Tierra debe ser nuestra prioridad. Resumiría nuestra responsabilidad en dos capítulos: la gente y el medio ambiente.
—¿Qué mensaje puede dar a los jóvenes de Mar Adentro?
—Tienen talento y energía, no lo desperdicien. Tienen más capacidades de las que se imaginan individual y colectivamente, utilícenlas en favor de la gente a su alrededor. Probablemente al principio tengan qué ver por ustedes mismos, pero al final todo se trata de trabajar por los demás, por elevar su nivel de vida. La alegría de entregarte a los demás es muy especial.
Fomentando la innovación a través del saber
Scientika
El conocimiento amplía los horizontes mentales y extiende los límites del ser humano. La difusión de las ideas y el acceso a la información son herramientas fundamentales a través de las cuales una población puede acceder a una vida más digna.
Sam Pitroda no pone límites a su misión por democratizar la información, sino que la engrandece y multiplica constantemente. Aunque ha visitado México desde hace varias décadas, fue en 2009 cuando Pitroda materializó su apoyo al fundar, junto con Javier Jileta, el think tank Scientika, asociación civil conformada por un grupo de jóvenes que impulsa la innovación en México a través del conocimiento.
Scientika relaciona diversos actores de la sociedad con la finalidad de suscitar un país de vanguardia y crear redes de colaboración benéficas para la comunidad. La organización vincula academia, investigación, empresa y sociedad para acercar el desarrollo al país. Asimismo, busca establecer un vínculo entre los jóvenes y el conocimiento, fundando así una nueva forma de pensamiento que desarrolle soluciones inteligentes para el futuro. Scientika considera que la difusión del conocimiento es tan importante como su generación y, por ello, también sirve como divulgador de la ciencia y la investigación que se realiza en México.
La asociación ha trabajado en proyectos como la publicación del libro Mexico City: a Knowledge Economy, el cual reúne más de 100 testimonios de ciudadanos distinguidos e interesados por solucionar los retos actuales de la ciudad. La organización también participó como soporte en la realización de la Semana de la Ciencia y la Innovación 2010 y trabaja muy de cerca con la Academia de Ciencias de Nueva York en proyectos que beneficien la salud de la comunidad.
En el presente siglo, el progreso de una nación está directamente relacionado con la educación, la ciencia y la tecnología. Scientika suma el esfuerzo de jóvenes motivados por contribuir a la inserción de México en la economía del conocimiento, logrando un equilibrio entre las ciencias y las nuevas generaciones.
Mar Adentro propone: A mayor conocimiento, mayor responsabilidad.
Pon tus ideas al servicio de la sociedad.
10 NOTAS POSITIVAS
A diferencia de épocas extintas en las cuales los recursos naturales representaban el elemento más provechoso para una nación, en este siglo el capital más valioso para un país será el conocimiento. En otro orden de ideas, el éxito y el desarrollo de un stado estará directamente vinculado con su inversión en ciencia, tecnología y educación.
Los principios dictados por la era del conocimiento requieren que las economías en desarrollo adapten sus modelos económicos a las nuevas exigencias. La transmutación del sistema representa un enorme desafío; sin embargo, éste también se traduce en infinitas oportunidades.
México en particular enfrenta un gran reto. La organización Scientika señala que de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) el país destina únicamente 0.40% del Producto Interno Bruto (PIB) en ciencia y tecnología. No obstante, México es un país rico en cultura y repleto de mentes brillantes e individuos talentosos que pueden hacer la diferencia en la dirección de la nación.
Sam Pitroda, inventor y empresario protagonista de la revolución de las telecomunicaciones en India, ha establecido que la Ciudad de México tiene el potencial para convertirse en la capital del conocimiento de América Latina. Este personaje, promotor de las ciudades del conocimiento, declara que la innovación tecnológica debe ser puesta al servicio de la población y actuar como una herramienta que incida positivamente en la condición de vida de las personas. En conjunto con Javier Jileta, joven economista egresado del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), Pitroda fundó Scientika, asociación civil formada por jóvenes mexicanos que fomenta la innovación a través del conocimiento.
Generar ideas es retador; sin embargo, el verdadero desafío consiste en que estos pensamientos se traduzcan en un beneficio para la humanidad. Aún a pesar de su naturaleza abstracta, el conocimiento significa poder, ya que no sólo acelera el desarrollo económico, sino que también despierta la posibilidad de poner nuestro aprendizaje al servicio de la sociedad.
Gilda Colin Bracamontes.
El futuro de la democracia es la democratización de la información, Sam Pitroda.
La mente detrás de la revolución tecnológica de India
Sam Pitroda
—¿Quién es Sam Pitroda, según Sam Pitroda?
—Sam Pitroda es un hombre involucrado en la industria de las telecomunicaciones desde hace 45 años. Tiene un origen muy humille, nació y creció en un pequeño poblado de India tribal. Su padre tenía una educación precaria, pero Sam tuvo la oportunidad de estudiar Física. Llegó a América en 1964, trabajó en proyectos emocionantes y creó un negocio. Cuando tenía 40 años tuvo la oportunidad de trabajar en India con el uso de las telecomunicaciones y las tecnologías de la información. Trabajó con el primer ministro y se convirtió en el presidente de la Comisión de Telecomunicaciones. Años después tuvo un ataque al corazón y posteriormente el primer ministro Raji Gandhi, quien era una persona importantísima para él, murió. Regresó a América, pero tiempo después la vida lo hizo regresar a India para trabajar en el conocimiento, la innovación y la infraestructura para la información pública. Sam ha tenido una vida interesante y romántica, una esposa e hijos maravillosos y excelentes amigos. Mi misión ahora es ayudar a democratizar la información.
—Cuando pequeño, ¿qué soñaba ser?
—En realidad no me acuerdo, todo lo que sé es que quería estudiar. Me concentraba en mi buen desempeño académico, me gustaban las matemáticas, la física y desde muy chico supe que quería estudiar algo relacionado con las ciencias y las ingenierías. Un buen día leí en el periódico que el presidente Kennedy decidió llevar al hombre a la Luna. Yo era joven, enérgico y tonto, y me dije a mí mismo: “Es tiempo de ir a América”, y así fue. Creo que en la vida las cosas suceden por sí mismas, siempre y cuando estés dispuesto a trabajar, seas sincero, honesto y comprometido, la gente te ayuda.
—Sabemos que usted fue una figura determinante en la revolución tecnológica de India, ¿cuál fue el mayor reto que enfrentaron como nación?
—La mentalidad. La gente todavía entiende la tecnología como algo urbano, elite, exótico, complicado… No como una solución a los problemas. La tecnología es un gran habilitador del desarrollo, el problema es que las mentes más brillantes del mundo están concentradas en solucionar los problemas de las clases más privilegiadas, en donde en realidad no hay muchos problemas. Como consecuencia, las problemáticas de la base de la pirámide no reciben la suficiente atención. La tecnología debería solucionar los problemas que afectan a las clases menos privilegiadas: agua, salud, educación, servicios públicos… Ahí está el reto, en concentrar el desarrollo de la tecnología en la solución de los problemas sociales. Diseñar un reloj lujoso no es emocionante, lo emocionante es llevar la tecnología al servicio de la gente.
—¿Por qué considera usted que existe una relación directa entre la educación y el desarrollo?
—Se ha demostrado que la educación es crítica para la productividad. El conocimiento representa una ventaja para todas las profesiones y oficios, pues requieren de conocimiento especializado e inteligencia. En este siglo, las economías serán desarrolladas a partir del conocimiento, por tanto la educación juega un papel estratégico en el crecimiento de una nación.
—Si pudiera lograr que todos los mexicanos leyeran el mismo libro, ¿cuál sería y por qué?
—Procuro pensar de forma horizontal y creo que hay muchas obras interesantes para leer, todo depende qué es lo que quieras saber y aprender. Independientemente del tema, creo es indispensable que aprendamos de forma multidisciplinaria en vez de concentrarnos en una disciplina específica. Hoy tenemos la oportunidad de navegar en internet y aprender de 20 temas distintos en un solo día.
—Si pudiera viajar en el tiempo, ¿qué periodo histórico visitaría y por qué?
—Éste es el momento que elegiría, porque las oportunidades que se nos ofrecen son muy emocionantes. ¿Para qué quisiera regresar a tiempos en que los hombres aún peleaban con espadas? Creo que es importante vivir el ahora para diseñar el mañana. La imaginación es más poderosa que el conocimiento y hoy se nos da la posibilidad de imaginar cosas que no podríamos haber imaginado hace algunos años. Definitivamente quiero ir hacia adelante, pero para avanzar debemos entender y apreciar el momento que nos ha tocado vivir.
—¿Qué debate le gustaría presenciar?
—Me gustaría presenciar un diálogo entre Gandhi y Einstein, las dos más grandes figuras del siglo XX, encontrándose hoy, mirando este mundo y discerniendo, por un lado sobre imaginación, conocimiento, ciencia, tecnología, y por el otro, debatiendo sobre las condiciones de vida de la gente: conflictos, guerra, pobreza… Sería increíble ver esta conversación.
—¿Qué sabe ahora que le hubiera gustado saber antes?
—Me gustaría haber cuidado mejor mi salud, pero a los veinte piensas muy distinto que a los setenta. Ahora sé que mi tiempo está limitado y antes de irme me gustaría hacer muchas cosas, porque veo demasiadas posibilidades en este mundo.
Sé que no hay límite para lo que uno quiere saber. Quiero saber todo, pero entiendo mis limitaciones. Fui formado con valores gandhianos, los cuales me ensañaron que la clave no es saber todo, sino tener conciencia de lo que sabes y entender sus efectos. Hay que tener confianza en uno mismo, sencillez, amor hacia todos los seres humanos sin importar edad, religión o lugar de procedencia, porque no sabemos si nos vamos a volver a encontrar con ellos. La vida es un viaje en el que te acompaña mucha gente, suben y bajan del vagón en el que tú viajas. Por más pequeño que sea el momento que tienes con alguien, haz lo mejor de cada instante, ámalo y disfrútalo.
—¿Cuál es la responsabilidad del hombre respecto al futuro del mundo?
—Primero hay que entender que todos somos uno mismo y, por lo tanto, a pesar de nuestras diferencias debemos unirnos. Dos, tenemos que reconocer que éste es el único mundo en el que podemos vivir, y en consecuencia la Tierra debe ser nuestra prioridad. Resumiría nuestra responsabilidad en dos capítulos: la gente y el medio ambiente.
—¿Qué mensaje puede dar a los jóvenes de Mar Adentro?
—Tienen talento y energía, no lo desperdicien. Tienen más capacidades de las que se imaginan individual y colectivamente, utilícenlas en favor de la gente a su alrededor. Probablemente al principio tengan qué ver por ustedes mismos, pero al final todo se trata de trabajar por los demás, por elevar su nivel de vida. La alegría de entregarte a los demás es muy especial.
Fomentando la innovación a través del saber
Scientika
El conocimiento amplía los horizontes mentales y extiende los límites del ser humano. La difusión de las ideas y el acceso a la información son herramientas fundamentales a través de las cuales una población puede acceder a una vida más digna.
Sam Pitroda no pone límites a su misión por democratizar la información, sino que la engrandece y multiplica constantemente. Aunque ha visitado México desde hace varias décadas, fue en 2009 cuando Pitroda materializó su apoyo al fundar, junto con Javier Jileta, el think tank Scientika, asociación civil conformada por un grupo de jóvenes que impulsa la innovación en México a través del conocimiento.
Scientika relaciona diversos actores de la sociedad con la finalidad de suscitar un país de vanguardia y crear redes de colaboración benéficas para la comunidad. La organización vincula academia, investigación, empresa y sociedad para acercar el desarrollo al país. Asimismo, busca establecer un vínculo entre los jóvenes y el conocimiento, fundando así una nueva forma de pensamiento que desarrolle soluciones inteligentes para el futuro. Scientika considera que la difusión del conocimiento es tan importante como su generación y, por ello, también sirve como divulgador de la ciencia y la investigación que se realiza en México.
La asociación ha trabajado en proyectos como la publicación del libro Mexico City: a Knowledge Economy, el cual reúne más de 100 testimonios de ciudadanos distinguidos e interesados por solucionar los retos actuales de la ciudad. La organización también participó como soporte en la realización de la Semana de la Ciencia y la Innovación 2010 y trabaja muy de cerca con la Academia de Ciencias de Nueva York en proyectos que beneficien la salud de la comunidad.
En el presente siglo, el progreso de una nación está directamente relacionado con la educación, la ciencia y la tecnología. Scientika suma el esfuerzo de jóvenes motivados por contribuir a la inserción de México en la economía del conocimiento, logrando un equilibrio entre las ciencias y las nuevas generaciones.
Mar Adentro propone: A mayor conocimiento, mayor responsabilidad.
Pon tus ideas al servicio de la sociedad.
10 NOTAS POSITIVAS