Jalisco

En Los Silos, una casa por 235 mil pesos

Los interesados en vivir ahí, no contarán con agua potable ni con alumnado público suficiente

TLAJOMULCO DE ZÚÑIGA, JALISCO (11/SEPT/2012)-. Por 235 mil pesos, una persona puede comprar una casa de una recámara, una sala-comedor-cocina, un baño y un lavadero, además de una infinidad de problemas como la falta servicios como el agua potable en el fraccionamiento Los Silos, en Tlajomulco de Zúñiga.

En el fraccionamiento de la firma Arcor, la casa de menor precio -235 mil pesos- mide cinco metros de ancho por 15 de largo y la de dos recámaras es de 5.5 metros de ancho por 15 de largo, por esta última hay que pagar 268 mil pesos.

Las dos opciones se muestran en el centro de atención a clientes en Los Silos, donde un asesor inmobiliario espera a los clientes en una oficina sin muebles, donde hay sólo dos mesas circulares y sobre uno de los muros cuelga la fotografía del render ideal del fraccionamiento.

El proyecto cambió, expresa el agente, cuando se mira la fotografía del render, pero “le voy a ser sincero” y así lo es cuando este medio se hace pasar por un interesado para adquirir una de las casas: “El agua es por tandeo”.

El asesor explica que hay cuatro horas de agua por la mañana y cuatro por la tarde, aunque los vecinos señalan que no es así. El mantenimiento no corre a cargo del fraccionamiento, pero la ventaja, dice, es estar a unos metros de la carretera Chapala.

Nunca se menciona la falta de alumbrado en algunas zonas de Los Silos, pero sí las facilidades para adquirir una vivienda ahí, donde ya hay una tienda de autoservicio, pero no hay vigilancia ni los servicios públicos de manera regular porque la desarrolladora no ha entregado Los Silos al Ayuntamiento de Tlajomulco.

Hay posibilidades de crecer la casa pintada de blanco, cuyas ventanas no tienen protecciones y miden la mitad de la pared de la habitación, detalla el asesor, quien sugiere si así se desea “poner protecciones”.    

Tampoco hay una página de internet para conocer el fraccionamiento, “pero puede venir el domingo también estamos aquí”, dice el vendedor.

 
EL INFORMADOR / MAYRA TORRES

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