Jalisco

En San Martín de las Flores, tianguis con viacrucis incluido

La segunda Judea más grande del país vio cumplidas sus expectativas: la afluencia aumentó 30%, aunque quedó claro que a mucha gente la atrajo la oportunidad de pasar una tarde familiar en medio de variados puestos de venta ambulante

GUADALAJARA, JALISCO (30/MAR/2013).- “¡Ay, Jesús!”, y se aferra apesadumbrada a su pecho pintado de rojo, tembloroso, sudado, presionado por la cruz que carga en el hombro izquierdo. La mujer llora al verlo esforzándose, sufriendo, emulando a Cristo. Se embarra las lágrimas y se aleja sollozando. Él, Boni Ernesto Haro Aceves, en su papel de Jesús, no le presta mayor atención; está concentrado en que las piernas aguanten el camino hasta el Cerro de la Cruz.

Pero apenas va comenzando y el destino final aún se ve lejos. Entonces Boni hace lo suyo. Se detiene, agarra la cruz, se la acomoda en el hombro y avanza a paso veloz en la calle que más bien parece un tianguis. Ya no hay más lágrimas, exceptuando las de los niños aterrados con la escena del hombre “ensangrentado”, arrastrando la cruz en la que ha de morir. Pero no más.

En San Martín de las Flores se preparó la calle Independencia para que fuera el camino de Jesús y su comitiva de verdugos y amigos hacia el Cerro; y a pesar del gentío que ayer inundó esa vialidad, no todos iban por acompañar a Cristo en su dolor, como la Iglesia invita los viernes santos. De hecho, Jesús avanzó entre dos caudales de puestos ambulantes en cadena hasta el cerro y entre la gente que los aprovechaba. La calle estaba tomada por ellos.

La cantidad de negocios y distractores que había a lo largo de la calle hacía ver a Jesús como un extra en su propio viacrucis. No era el protagonista ni la razón por la que se congregó cierta parte de la multitud, porque donde estaba la atención era en la comida, las bebidas, las empanadas, en todo. Y cuando tocaba que Cristo caminara por donde pasaba el rato la gente, ésta se ponía de pie y le echaba porras al fatigado actor.

“¡No te rindas, Jesús! ¡Sí la armas!”. “¡Míralo, míralo, míralo!”. “¡Ahí va diosito!”. “Pobrecito...”, se comentó en la andanza, mientras los asistentes sostenían con una mano el plato de antojitos mexicanos o daban el trago de lo que degustaban. Ya los más admirados con la hazaña de Boni, que por 18 años consecutivos ha cargado la cruz en nombre de Jesús en San Martín de las Flores, le regalaron algunos aplausos.

El benevolente actor sólo siguió su camino entre el tianguis. Incluso se dio tiempo para detenerse unos segundos y fotografiarse con una anciana que quería tener una foto con Cristo, en medio de su Pasión.

Buena parte de la multitud ya lo esperaba en el Cerro de la Cruz, misma que lo vio subir con dificultad entre las piedras sueltas del camino, arrastrando los maderos con ayuda de otros. Se sentó un rato y se acomodó en la cruz. La levantaron entre ocho y pronunció agotado el discurso de despedida de Jesús: “Señor, perdónalos porque no saben lo que hacen”, ya sin fuerzas.

Subió ayudado pero bajó en camilla, hasta la ambulancia, para ser revisado.

Cuando los espectadores vieron concluida la escena de muerte, sus rostros de aflicción se fueron con Boni. Bajaron rápido del cerro y el luto se convirtió en gozo cuando saciaron su sed y hambre en el tianguis de Semana Santa, de Viernes Santo, de muerte y de luto católico.

AGENDA

Hoy, a los “cuerazos”

>
La edición 219 de la Judea de San Martín de las Flores concluye hoy con la tradicional “cuereada”, una penitencia de autoflagelo en la que participan algunos creyentes. La cita es a las 11:00 horas en la iglesia del poblado.

Temas

Sigue navegando