Jalisco

Encuentra tu causa

El mundo es un lugar peligroso no por culpa de los que hacen daño, sino por los que miran y no hacen nada” –Albert Einstein

Si tuviéramos que enlistar cinco maneras en las que debe cambiar nuestro país, probablemente lo haríamos sin dificultad. ¿Y si tuviéramos que enlistar cinco maneras en las que estamos contribuyendo a ese cambio…?

Resulta mucho más sencillo encontrar defectos que soluciones y además, por alguna razón, sentimos que la responsabilidad - la verdadera responsabilidad – de llevarlas a cabo, está en manos de otros. Como si estuviéramos en todo nuestro derecho a exigir, sin haber hecho el más mínimo esfuerzo.

Todos, absolutamente todos, tenemos un compromiso con los demás. Desde John F. Kennedy hasta San Lucas nos recuerdan que de aquellos a quienes mucho se da, mucho se espera. No hay persona que no tenga mucho; si tiene vida, lo tiene todo. Sólo falta tener voluntad y comprometerse.

El compromiso social es energía, es la determinación del que se sabe capaz y responsable de mejorar todo lo que le rodea.

Hay tanto que podemos cambiar y, aun sin embargo, no lo hacemos. Los motivos de nuestra inactividad son varios pero la razón  parece ser la misma: indiferencia. Que el gobierno se encargue de la educación, de los pobres, de la inseguridad, del medio ambiente. Que los jóvenes se encarguen de salir adelante, de superar sus traumas, de encontrar refugios. Que los problemas se arreglen solos, mientras que no nos afecten a nosotros…

Siendo socialmente responsables podemos superar los obstáculos que nos han estancado en la mediocridad. La desconfianza nos ha aislado de nuestro gobierno, de nuestros vecinos, de nuestras familias y hasta de nosotros mismos. Nos hemos convencido de que los demás, y hasta uno mismo, somos tan solo capaces de velar maquiavélicamente por nuestros intereses.

Como que ya estuvo bueno, ¿no? Ya basta. Entre más nos lavamos las manos, más nos ensuciamos la conciencia.

Recuerda que la culpa no es sólo del que hace el daño, sino también del que lo permite. Ya no dejes que tu pasividad sea la causa de tanto problema.

Es impresionante cómo una vez que uno se valora como factor de cambio positivo, ya no hay vuelta a atrás. Entender la corresponsabilidad, comprender que todas nuestras vidas están conectadas no hace más que inyectar interés a la causa. El que yo no haga bien mi trabajo, seguramente afectará a otro, igual como la indolencia de otro, mañana podría tener consecuencias catastróficas en mi vida.

Si sumamos esfuerzos, terminamos por repartirnos la responsabilidad y ampliar nuestra libertad. Sólo el que sabe ser exigente consigo mismo, puede exigir a los demás. Que por ti no quede, no seas tú el débil, demuestra de qué estas hecho. Comprométete a que cada día alguien más confíe en ti. (Henry Dunant)

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