Jalisco

Familia, Iglesia y Estado, amenazados en México: cardenal

Juan Sandoval Iñiguez abre la puerta para conceder un estatuto jurídico a las parejas homosexuales, pero sin “invadir el ámbito sagrado de la familia”

GUADALAJARA, JALISCO (20/NOV/2010).- La carta pastoral “En ocasión del Bicentenario, del Centenario y de la situación actual” del cardenal, Juan Sandoval Iñiguez, presenta un estudio, desde su perspectiva, sobre las “amenazas” que enfrentan tres instituciones fundamentales para los mexicanos: la familia, la Iglesia y el Estado, las cuales se “ven combatidas con grave peligro de que su desmantelamiento deje al ser humano atomizado y desprotegido”.

La familia, dice en su punto 17, recibe “constantes ataques tendientes a deteriorarla: amor libre, divorcio, antinatalismo, aborto y pretendidos matrimonios de personas del mismo sexo y el derecho de adopción”, pero abre la puerta para que los legisladores locales reconozcan los derechos de ese grupo social.

 “Se podría estar de acuerdo en que a estas uniones homosexuales se les conceda algún estatuto jurídico, sin que invadan el ámbito sagrado de la familia”, dice en su punto 37. Enlista otros retos del país, como la corrupción, la violencia, el narcotráfico.

“Con relación a la inseguridad y violencia, se reconoce con tristeza que entre los involucrados en el crimen organizado hay mujeres y hombres bautizados, que con sus acciones contradicen su ser de cristianos y se alejan de Dios y de la Iglesia”.

El país no puede entenderse sin considerar a la postmodernidad, la cual define como “la máscara de una desilusión”.  El hombre postmoderno, sigue, “sin el apego a las instituciones y sin una visión del mundo  que le dé sentido a su existencia y razón de vivir, queda atomizado, desligado del conjunto y del pasado y del futuro, y, en consecuencia, entregado al momento presente y al interés personal”.

De la crisis que expone, no excluye a la Iglesia Católica, sobre la que apunta: “Se echa de menos una evangelización nueva en su ardor, métodos y expresiones, a veces se hace énfasis en el ritualismo sin el conveniente itinerario de formación en la fe. Personas y grupos de creyentes que se olvidan de la dimensión social de la fe, una espiritualidad individualista… que hace caso omiso de la moral cristiana en el actuar en medio de la sociedad”.

Durante la presentación de la carta pastoral, José Trinidad González Rodríguez, obispo auxiliar de Guadalajara, señaló que la Iglesia Católica no “festeja” ni “celebra” la Independencia y la Revolución de México, sino que las “conmemora”.

La Independencia, dijo, es un “proceso inacabado”:  “Una cosa es liberarse del control político-económico de España, otra cosa es que nuestra querida República sea verdaderamente independiente en lo económico, lo político y lo cultural: le pega un catarrito, destornuda la economía de Estados Unidos y a nosotros nos pega una gripa de la caramba; falta de independencia económica y política: andan yendo y viniendo algunos políticos latinoamericanos a recibir la bendición de arriba del Río Bravo para poder permanecer en su puesto de trabajo; la cultura que nos viene del Norte de América, pues ya nos anda (sic) a los mexicanos. Una independencia completa, integral, es cuando México pueda decidir su destino (…),  que otros de más allá de las fronteras no tengan que estar diciéndonos que sí o que no”.

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