Jalisco
La Primavera paga 10 años de apatía
Al regresar para verificar avances después del megaincendio, el Presidente Calderón hallará que se ha ignorado por una década el plan de manejo del bosque
GUADALAJARA, JALISCO (18/MAY/2012).- El Plan de Manejo de La Primavera, uno de los principales instrumentos jurídicos para proteger y administrar la reserva natural más importante del Área Metropolitana de Guadalajara, no ha sido adecuado a nuevos esquemas desde hace 10 años, cuando la legislación marca que sea renovado cada cinco, indica el director del Bosque La Primavera, José Luis Gámez Valdivia.
Esta es la realidad que encontrará hoy el Presidente Felipe Calderón, quien regresa a Jalisco a registrar avances en el plan de recuperación del bosque, después del último gran incendio de abril que consumió más de ocho mil hectáreas.
Olvidar la obligación de readecuar los planes de manejo es, de hecho, un “mal general” de todas las áreas protegidas en el país, ya que es complicado empatar las opiniones de todos los actores involucrados en la tarea.
El Comité Técnico para la Administración del Área de Protección de Flora y Fauna La Primavera cuenta con 15 vocales de diferentes estructuras, tanto federales, estatales y municipales, como académicos y organizaciones sociales. Lo preside el gobernador en turno, en este caso Emilio González Márquez, y el secretario técnico es el titular de la Secretaría Desarrollo Rural (Seder) de Jalisco.
El problema, para empezar, es que ese Comité Técnico es una figura legal “demasiado obesa; a veces hasta sobran (integrantes). Todos quieren sumarse y en ese afán entorpecen, y es el simple hecho de esperar a que exista mayoría y darle validez a las reuniones”, añade Gámez Valdivia, quien lamenta que coincidir en un plan de manejo adecuado y que beneficie al área protegida es más complicado de lo que parece.
Es común que cada dependencia, organización o universidad cuente con sus propios proyectos, que a final de cuentas se convierten en esfuerzos aislados que muchas veces quedan en el papel; el que sale perdiendo es el bosque.
En medio de la babel que es su manejo administrativo, la reserva natural padece también los problemas del desorden financiero, pues, mientras todos los actores políticos presumen a La Primavera como el “pulmón” de la ciudad, en realidad son muy pocos los que otorgan dinero para su manejo.
La consecuencia es que el bosque nunca tiene el dinero que necesita. La única partida que llega, aunque es inconstante en cantidad, es la que el Gobierno de Jalisco da al fideicomiso que, según quedó establecido, conformarían los municipios que están dentro del polígono de La Primavera.
Esta es la realidad que encontrará hoy el Presidente Felipe Calderón, quien regresa a Jalisco a registrar avances en el plan de recuperación del bosque, después del último gran incendio de abril que consumió más de ocho mil hectáreas.
Olvidar la obligación de readecuar los planes de manejo es, de hecho, un “mal general” de todas las áreas protegidas en el país, ya que es complicado empatar las opiniones de todos los actores involucrados en la tarea.
El Comité Técnico para la Administración del Área de Protección de Flora y Fauna La Primavera cuenta con 15 vocales de diferentes estructuras, tanto federales, estatales y municipales, como académicos y organizaciones sociales. Lo preside el gobernador en turno, en este caso Emilio González Márquez, y el secretario técnico es el titular de la Secretaría Desarrollo Rural (Seder) de Jalisco.
El problema, para empezar, es que ese Comité Técnico es una figura legal “demasiado obesa; a veces hasta sobran (integrantes). Todos quieren sumarse y en ese afán entorpecen, y es el simple hecho de esperar a que exista mayoría y darle validez a las reuniones”, añade Gámez Valdivia, quien lamenta que coincidir en un plan de manejo adecuado y que beneficie al área protegida es más complicado de lo que parece.
Es común que cada dependencia, organización o universidad cuente con sus propios proyectos, que a final de cuentas se convierten en esfuerzos aislados que muchas veces quedan en el papel; el que sale perdiendo es el bosque.
En medio de la babel que es su manejo administrativo, la reserva natural padece también los problemas del desorden financiero, pues, mientras todos los actores políticos presumen a La Primavera como el “pulmón” de la ciudad, en realidad son muy pocos los que otorgan dinero para su manejo.
La consecuencia es que el bosque nunca tiene el dinero que necesita. La única partida que llega, aunque es inconstante en cantidad, es la que el Gobierno de Jalisco da al fideicomiso que, según quedó establecido, conformarían los municipios que están dentro del polígono de La Primavera.