Jalisco

La ropa predomina en el Tianguis ''artesanal'' de Tonalá

Prendas y accesorios para vestir son vendidos en la mitad de los establecimientos; sólo 12% de los puestos corresponden con el objetivo original

TONALÁ, JALISCO (12/NOV/2012).- De 190 puestos que existen en la Plaza Centro Cihualpilli, solamente en 22 se venden artesanías típicas del municipio. Y es que el desorden impera en el tianguis artesanal en la cabecera de la población, en donde el artículo 135 del Reglamento de Comercio para el Municipio de Tonalá indica que únicamente se deben vender artesanías, pero no sucede así.

Los puestos de ropa y accesorios para vestir predominan con 95 establecimientos en el Centro del municipio, le sigue la venta de alimentos y bebidas con 23, el negocio de lentes y discos piratas con 13, la venta de alhajas con siete y otros artículos con 30 espacios, entre los cuales se encuentran cosméticos, mascotas, artículos para el hogar, libros y homeopatía.

María de los Ángeles Reyes Orendáin, quien vende artesanías de barro desde hace 35 años señaló que sus ventas han sido opacadas por la ropa y la fayuca.

“La verdad es que ya está muriendo la venta de la artesanía y ya es pura (venta de) ropa, zapatos y fayuca aquí en el tianguis. Estamos muy inconformes porque pasan los alcaldes, hay cambios de gobierno y nadie hace nada para rescatar la venta de artesanías (y) regularizar el comercio en la zona centro”.

Explicó que por tres generaciones se ha tratado de rescatar el negocio familiar, aunque ha sido difícil sobrellevar la situación: “Apenas sobrevivimos con la artesanía, pero tratamos de rescatarla porque nuestros padres y abuelos nos lo inculcaron”.

La necesidad económica provoca que artesanos emigren a la Avenida Tonaltecas, en donde hay más afluencia de personas los días jueves y domingos. Es el caso de Enrique Cruz, un vendedor de alfarería que tras 20 años de ubicarse en la zona centro, en enero pasado optó por cambiar de lugar.

“La verdad yo vendo más aquí (sobre la Avenida Tonaltecas), tuve que vender mi pedazo (su lugar en la Plaza Cihualpilli porque la gente ya no sube hasta allá”.

Por su parte, Felicita Cervantes Corona de 72 años de edad vende vasijas de barro y expresó su sentir: “No quiero que se acabe la tradición, quiero que siga, porque se supone que a Tonalá se le conoce por la venta de pura artesanía, no de ropa, discos piratas y comida”.

Las autoridades son conscientes de esta problemática, por lo que, para eludirla, pretenden reorganizar los sitios para que las artesanías tengan espacios exclusivos.

No serán removidos los comerciantes que promuevan otro tipo de productos “siempre y cuando sean lícitos”, apuntó Carlos Orozco, regidor presidente de la Comisión de Artesanía

“Si no puedes con el enemigo, únetele”

Aunque la inconformidad por la venta de otros productos es una constante entre los artesanos, la necesidad de comer, vestir y pagar una renta orillaron a algunos de ellos a cambiar el giro de sus negocios.

Es el caso de Fidencio y Mara, quienes tuvieron un cambio drástico en el ámbito laboral.

“Antes vendíamos alfarería, ahora mejor nos decidimos por comida porque nos deja más (dinero). Nosotros nos dedicábamos a la alfarería, pero de repente ya no teníamos ni para pagar la renta, y tuvimos que buscar otras opciones”, explicó Alma González.

“Por ahí dice un dicho que, si no puedes con el enemigo, únetele”, dijo en tono de broma, don Fidencio, como es conocido en el “barrio”.

La pareja tiene 10 años colocándose en la Avenida Tonaltecas. Tras bajar las ventas en el negocio familiar de alfarería, intentaron complementarlo con alimentos.

SABER MÁS

¿Qué dice la ley?


El artículo 135 del Reglamento de Comercio para el Municipio de Tonalá, en el Capitulo VII, en su apartado Del Tianguis artesanal, explica: “En la plaza centro Cihualpilli, así como en la calle Hidalgo hasta las afluencias de las Calles de Juárez a Emiliano Zapata, solo se permitirá la venta en el tianguis de obras artesanales producidas preferentemente en Tonalá”.

CRÓNICA
''Los visitantes no comprarían mis piezas''


De Canadá, Estados Unidos y Europa vienen a Tonalá, para preguntar por el trabajo artesanal de Luis Cortez. Su especialidad son las piezas de barro bruñido, una de las técnicas tradicionales de esta región. En los más de 20 años que le ha dedicado a esto no le han dado ganas, ni mínimas, de buscar un espacio en el tianguis artesanal del municipio, lugar cuyo propósito original era albergar a artesanos.   

Pero no es arrogancia de “rebajarse” a trabajar en un espacio compartido con productos no artesanales, piratería y artesanías hechizas, aclara Luis Cortez sin dejar un momento para dudar de su humildad, es porque al tianguis asisten personas que no estarían dispuestas a comprar sus piezas.  

Pone un ejemplo para aclarar sus razones: si él instala un puesto en el tianguis para vender sus obras, será ignorado por los visitantes, al encontrar, en los negocios contiguos, figuras parecidas de yeso a un precio más bajo. Para ilustrar más: una pieza de barro bruñido de 18 centímetros de diámetro, Luis la ofertaría en 500 pesos; una similar de yeso, compara, quizá se encuentra en 20 pesos.

Con los pies de una persona se prepara el barro en una danza de aproximadamente dos horas. A la pasta que contiene 120 kilos de barro blando y barro tieso en polvo se le agrega agua para trabajarla en un piso liso, y cuando tiene la consistencia requerida se toma en raciones que asemejan una tortilla para rellenar moldes con las figuras que tendrán las artesanías.

Las piezas fuera de la horma están listas para que se modelen detalles en ellas cuando se sostienen por su propio peso, previo reposo. Les siguen cinco días de descanso para secarse en sombra y después se les hacen dos tallados: : uno para cerrar poros y otro para suavizar. Ya lisas, se decoran con pintura.

Sigue el bruñido, esto implica frotar con pirita (mineral) superficies humedecidas con un pedazo de madera envuelto en tela remojada. Finalmente, con seis horas de calentamiento a 600 grados se termina una esfera de aproximadamente 30 centímetros de diámetro. En total, esta pieza requiere 48 horas de trabajo.

Luis Cortez se dice consciente del riesgo que corren sus obras de ser copiadas, mas no le afecta. Si no se exhibe el trabajo, dice, no hay ganancias.

El visitante tiene la decisión última de seleccionar el tipo de artículos que compra, explica Luis Cortez, así se define la calidad de las producciones en Tonalá, según demanda y oferta. 

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