Jalisco
Llaman a disfrutar las fiestas sin excesos
El alcohol es causa del 30% de los accidentes viales que ocurren en la Zona Metropolitana de Guadalajara
GUADALAJARA, JALISCO (29/DIC/2011).- “Que esto que lo otro, salud”. Pretextos para brindar, sobran, y más en estas fechas en las que hay reencuentros familiares y de amigos. Que si el año que se va, que si el que llega; el recuento de éxitos y fracasos.
Brindar no está mal, hasta que se cae en los excesos. Además de ser el protagonista en 30% de los accidentes viales que ocurren en la Zona Metropolitana, el alcohol en grandes cantidades afecta también a la salud.
Para darnos una idea, al tomar una cerveza, el organismo necesita una hora para desecharla. Mientras más alcohol se ingiera, más tiempo se requiere para que el cuerpo vuelva a su estado original.
La nutrióloga adscrita al departamento de Medicina Preventiva de la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ), Esmeralda González Navarro, refiere que al exceder la cantidad de alcohol, también se ve afectada la absorción de los alimentos. Más aún cuando las personas sustituyen los tiempos de comida por los de bebida, como en la cena de Año Nuevo.
“El alcohol nos da una necesidad de seguir consumiendo más alcohol y la principal consecuencia es la sed, lo que provoca una deshidratación, se orina más y dan ganas de seguir tomando; esto hace un círculo vicioso inconsciente que hace que consumamos más y más alcohol”.
Los efectos físicos al tomar unas copas de más, van desde un malestar físico, dolor de cabeza y problemas de indigestión, hasta la gastritis colitis e inflamación abdominal.
Pero si una persona se excede en su manera de beber, puede presentar una intoxicación etílica, dependiendo de la fortaleza de su organismo.
Según González Navarro, quienes deben poner más énfasis en sus cuidados son los pacientes crónicos, como los diabéticos e hipertensos.
No pueden “darse el lujo” de tener una descompensación en su salud por los excesos tanto en comida y bebida, pues las consecuencias pueden ser graves, que muchas veces terminan con una visita al hospital.
“Pueden presentarse problemas de hipoglucemia, provoca desmayos, dolores de cabeza o hiperglucemia, con elevadas cantidades de azúcar, porque no olvidemos que se consume el alcohol acompañado de refrescos, y esto va para toda la gente”.
La “cruda” realidad
El principal efecto que produce el alcohol en el cuerpo es la deshidratación, es por eso que los síntomas al día siguiente, para algunos llegan hasta la muerte.
Si se consumieron un par de copas de alcohol, es probable que la persona no tenga consecuencia alguna al día siguiente. Pero si hubo un exceso en el brindis, habrá dolores de cabeza, sed, mareos, diarreas y dolores de estómago.
La especialista recomienda que para aminorar estos síntomas, y sobre todo, para que el alcohol salga del organismo, es importante tomar algo que hidrate, y evitar los alimentos irritantes.
Lo mejor es, indica, que el alcohol sea sólo parte de la cena, y no la parte central. Si se puede evitar consumirlo, el organismo se lo agradecerá.
EL INFORMADOR / THAMARA VILLASEÑOR
Brindar no está mal, hasta que se cae en los excesos. Además de ser el protagonista en 30% de los accidentes viales que ocurren en la Zona Metropolitana, el alcohol en grandes cantidades afecta también a la salud.
Para darnos una idea, al tomar una cerveza, el organismo necesita una hora para desecharla. Mientras más alcohol se ingiera, más tiempo se requiere para que el cuerpo vuelva a su estado original.
La nutrióloga adscrita al departamento de Medicina Preventiva de la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ), Esmeralda González Navarro, refiere que al exceder la cantidad de alcohol, también se ve afectada la absorción de los alimentos. Más aún cuando las personas sustituyen los tiempos de comida por los de bebida, como en la cena de Año Nuevo.
“El alcohol nos da una necesidad de seguir consumiendo más alcohol y la principal consecuencia es la sed, lo que provoca una deshidratación, se orina más y dan ganas de seguir tomando; esto hace un círculo vicioso inconsciente que hace que consumamos más y más alcohol”.
Los efectos físicos al tomar unas copas de más, van desde un malestar físico, dolor de cabeza y problemas de indigestión, hasta la gastritis colitis e inflamación abdominal.
Pero si una persona se excede en su manera de beber, puede presentar una intoxicación etílica, dependiendo de la fortaleza de su organismo.
Según González Navarro, quienes deben poner más énfasis en sus cuidados son los pacientes crónicos, como los diabéticos e hipertensos.
No pueden “darse el lujo” de tener una descompensación en su salud por los excesos tanto en comida y bebida, pues las consecuencias pueden ser graves, que muchas veces terminan con una visita al hospital.
“Pueden presentarse problemas de hipoglucemia, provoca desmayos, dolores de cabeza o hiperglucemia, con elevadas cantidades de azúcar, porque no olvidemos que se consume el alcohol acompañado de refrescos, y esto va para toda la gente”.
La “cruda” realidad
El principal efecto que produce el alcohol en el cuerpo es la deshidratación, es por eso que los síntomas al día siguiente, para algunos llegan hasta la muerte.
Si se consumieron un par de copas de alcohol, es probable que la persona no tenga consecuencia alguna al día siguiente. Pero si hubo un exceso en el brindis, habrá dolores de cabeza, sed, mareos, diarreas y dolores de estómago.
La especialista recomienda que para aminorar estos síntomas, y sobre todo, para que el alcohol salga del organismo, es importante tomar algo que hidrate, y evitar los alimentos irritantes.
Lo mejor es, indica, que el alcohol sea sólo parte de la cena, y no la parte central. Si se puede evitar consumirlo, el organismo se lo agradecerá.
EL INFORMADOR / THAMARA VILLASEÑOR