Jalisco
Piden a ciclistas respetar zonas privadas en La Primavera
Urge un padrón de visitantes al bosque para controlar el acceso de paseantes
ZAPOPAN, JALISCO (29/AGO/2011).- Los fines de semana llegan al Bosque La Primavera decenas de ciclistas que se reparten en más de 20 rutas para hacer deporte, respirar aire fresco y olvidarse de la ciudad; sin embargo, sólo tres caminos están autorizados y el resto atraviesa propiedades privadas, las cuales normalmente no respetan.
“Éste es un parque nacional, tengo derecho al libre tránsito”, argumentan algunos ciclistas cuando los propietarios les piden que no atraviesen sus terrenos, o los guardabosques les dicen que circulen por los caminos habilitados para este deporte.
Una de las apuestas de la administración del bosque es convertirlo en la meca del ciclismo de montaña, “pero para eso requerimos que se haga de manera ordenada y responsable”, argumenta el director del polígono protegido José Luis Gámez. “Debemos trabajar mucho porque sólo hay tres rutas oficiales. En el resto tenemos problema con los titulares de los terrenos porque se meten a su propiedad y hasta les rompen las cercas”.
Uno de los propietarios que ha tenido disposición para abrir sus terrenos tanto para pasar un día de campo como para rodar, es Alejandro Covarrubias, quien incluso adecuó la pista Huilustre, una de las tres que están autorizadas. Aunque tiene una entrada al predio, muchos ciclistas se brincan por las zonas donde no hay acceso y hasta le rompen la cerca: “Hace unas semanas acumulé media tonelada de púa en pedazos que fui juntando de lo que me han destrozado”.
Juan Antonio Barba Fonseca, de la Asociación de Ciclismo del Estado de Jalisco, lamenta que no todos los que asisten a rodar respetan las reglas. El problema, reflexiona, es que es imposible controlar a cada deportista: tan sólo en la liga hay 400 miembros y en total hay alrededor de dos mil que practican este deporte. Como ejemplo, saca una carpeta con pulseras que cuestan 25 pesos con la idea de contribuir al Área Natural Protegida, “pero se les hace mucho, no creen que es justo. Y pienso que si el bosque nos permite mejorar la salud, la calidad de vida, escuchar el sonido de la montaña, rodar tranquilos lejos de la ciudad y los carros… pues tenemos que regresarle algo porque se les olvida que las bicis también erosionan. Destruimos una pista y luego hacemos otra, y otra. Entonces da pena que hay gente así, pero es la verdad”.
Espíritu rebelde
“Los que rodamos nos gusta sentir que tenemos un espíritu rebelde, libre, somos como niños traviesos en el bosque, y tal vez el hecho de que haya cercas le mete más aventura al asunto. Yo creí que al poner la pista en mi terreno habría solución, pero no. Y la tengo ahí a pesar de que debo darle mantenimiento a lo que erosionan para que no me echen a perder otras zonas. Los ciclistas son para mí un costo”, explica Alejandro Covarrubias.
En su opinión, la solución está en que todos los ciclistas se regularicen (es decir, que saquen su credencial en la administración del Bosque La Primavera), que oficialicen las rutas que sean posibles y que del dinero que ingrese por el acceso al Área Natural Protegida, se destine una parte para que los propietarios puedan darle mantenimiento a los predios por donde circulan las bicis.
“Mientras no haya conciencia de su parte, voy a tener que aplicar alguna especie de arresto ciudadano por invadir propiedad privada y luego hablar a la Policía. Nos dicen que se meten a las tierras porque no hay nadie. Es como si yo me voy a su casa, me acuesto en su sillón, subo los pies a su mesa y me echo las ‘chelas’ que hay en el refri, al fin que no hay nadie”.
Juan Barba Fonseca resalta que los ciclistas que entrenan para competir están acostumbrados a respetar, el problema es el resto, “especialmente los que llegan sólo por la aventura. Por eso los invito a todos los montañistas a que se comprometan a respetar el reglamento”.
Entre los objetivos del Bosque La Primavera están instalar un módulo con atención médica, pues por semana hay por lo menos uno o dos montañistas lastimados y la Cruz Verde no tiene capacidad para subir cada que hay un accidente; colocar señalización del grado de dificultad de las rutas, para que los novatos no entren en zonas peligrosas; seguir credencializándolos (porque eso permite saber quiénes son y a dónde llamar si ocurre un accidente) y llegar a un acuerdo entre deportistas y ciclistas para regularizar al menos las rutas que van a las torres, lo que requiere autorización de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Natura.
José Luis Gámez piensa que en la medida que haya más orden y responsabilidad, podrá pensar en el cobro de derechos para acceder al bosque, de manera que esto permita mantener los costos que implica este deporte, pues el Área Natural Protegida es año con año una de las más castigadas presupuestalmente y tiene que lidiar con una serie de amenazas como la urbanización, el ganado, la erosión, el vandalismo, los incendios.
FRASES
"Lamentamos las afectaciones, pero es imposible controlar a cada deportista o ciclista "
Juan Antonio Barba,
de la Asociación de Ciclismo del Estado.
"Requerimos que se haga de manera ordenada y responsable el uso de las rutas "
José Luis Gámez,
director de La Primavera.
Área Natural
Pago de derechos
La Ley Federal de Derechos estipula que se pagará por el uso o aprovechamiento de los bienes de dominio público de la nación, así como por recibir servicios que presta el Estado en sus funciones de derecho público.
Los OPD que usen o aprovechen bienes del dominio público de la nación o presten servicios públicos exclusivos del Estado, estarán obligados a pagar los derechos que establece la ley.
¿Qué se requiere?
Las rutas
Habría señales de senderos como “muy fácil”, “fácil”, “difícil”, “muy difícil” y “sólo expertos”.
Rutas oficiales
Agua Brava.
La Antigua.
Huilustre.
Rutas identificadas que invaden
Bajada La Cebada.
Pista del Nacional.
Baja del Ángel.
Bajada del diablo.
Subida sin nombre.
Toboganes Viejos.
La Brujita.
La Torre I.
Obsidianas.
Papa Chávez.
Bajada de la Torre.
La Mosca.
El Garrison.
La Glorieta.
Toboganes.
La Torre II.
Bajada de la Reforestación.
Subida a la Cebada.
La Tronadora.
“Éste es un parque nacional, tengo derecho al libre tránsito”, argumentan algunos ciclistas cuando los propietarios les piden que no atraviesen sus terrenos, o los guardabosques les dicen que circulen por los caminos habilitados para este deporte.
Una de las apuestas de la administración del bosque es convertirlo en la meca del ciclismo de montaña, “pero para eso requerimos que se haga de manera ordenada y responsable”, argumenta el director del polígono protegido José Luis Gámez. “Debemos trabajar mucho porque sólo hay tres rutas oficiales. En el resto tenemos problema con los titulares de los terrenos porque se meten a su propiedad y hasta les rompen las cercas”.
Uno de los propietarios que ha tenido disposición para abrir sus terrenos tanto para pasar un día de campo como para rodar, es Alejandro Covarrubias, quien incluso adecuó la pista Huilustre, una de las tres que están autorizadas. Aunque tiene una entrada al predio, muchos ciclistas se brincan por las zonas donde no hay acceso y hasta le rompen la cerca: “Hace unas semanas acumulé media tonelada de púa en pedazos que fui juntando de lo que me han destrozado”.
Juan Antonio Barba Fonseca, de la Asociación de Ciclismo del Estado de Jalisco, lamenta que no todos los que asisten a rodar respetan las reglas. El problema, reflexiona, es que es imposible controlar a cada deportista: tan sólo en la liga hay 400 miembros y en total hay alrededor de dos mil que practican este deporte. Como ejemplo, saca una carpeta con pulseras que cuestan 25 pesos con la idea de contribuir al Área Natural Protegida, “pero se les hace mucho, no creen que es justo. Y pienso que si el bosque nos permite mejorar la salud, la calidad de vida, escuchar el sonido de la montaña, rodar tranquilos lejos de la ciudad y los carros… pues tenemos que regresarle algo porque se les olvida que las bicis también erosionan. Destruimos una pista y luego hacemos otra, y otra. Entonces da pena que hay gente así, pero es la verdad”.
Espíritu rebelde
“Los que rodamos nos gusta sentir que tenemos un espíritu rebelde, libre, somos como niños traviesos en el bosque, y tal vez el hecho de que haya cercas le mete más aventura al asunto. Yo creí que al poner la pista en mi terreno habría solución, pero no. Y la tengo ahí a pesar de que debo darle mantenimiento a lo que erosionan para que no me echen a perder otras zonas. Los ciclistas son para mí un costo”, explica Alejandro Covarrubias.
En su opinión, la solución está en que todos los ciclistas se regularicen (es decir, que saquen su credencial en la administración del Bosque La Primavera), que oficialicen las rutas que sean posibles y que del dinero que ingrese por el acceso al Área Natural Protegida, se destine una parte para que los propietarios puedan darle mantenimiento a los predios por donde circulan las bicis.
“Mientras no haya conciencia de su parte, voy a tener que aplicar alguna especie de arresto ciudadano por invadir propiedad privada y luego hablar a la Policía. Nos dicen que se meten a las tierras porque no hay nadie. Es como si yo me voy a su casa, me acuesto en su sillón, subo los pies a su mesa y me echo las ‘chelas’ que hay en el refri, al fin que no hay nadie”.
Juan Barba Fonseca resalta que los ciclistas que entrenan para competir están acostumbrados a respetar, el problema es el resto, “especialmente los que llegan sólo por la aventura. Por eso los invito a todos los montañistas a que se comprometan a respetar el reglamento”.
Entre los objetivos del Bosque La Primavera están instalar un módulo con atención médica, pues por semana hay por lo menos uno o dos montañistas lastimados y la Cruz Verde no tiene capacidad para subir cada que hay un accidente; colocar señalización del grado de dificultad de las rutas, para que los novatos no entren en zonas peligrosas; seguir credencializándolos (porque eso permite saber quiénes son y a dónde llamar si ocurre un accidente) y llegar a un acuerdo entre deportistas y ciclistas para regularizar al menos las rutas que van a las torres, lo que requiere autorización de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Natura.
José Luis Gámez piensa que en la medida que haya más orden y responsabilidad, podrá pensar en el cobro de derechos para acceder al bosque, de manera que esto permita mantener los costos que implica este deporte, pues el Área Natural Protegida es año con año una de las más castigadas presupuestalmente y tiene que lidiar con una serie de amenazas como la urbanización, el ganado, la erosión, el vandalismo, los incendios.
FRASES
"Lamentamos las afectaciones, pero es imposible controlar a cada deportista o ciclista "
Juan Antonio Barba,
de la Asociación de Ciclismo del Estado.
"Requerimos que se haga de manera ordenada y responsable el uso de las rutas "
José Luis Gámez,
director de La Primavera.
Área Natural
Pago de derechos
La Ley Federal de Derechos estipula que se pagará por el uso o aprovechamiento de los bienes de dominio público de la nación, así como por recibir servicios que presta el Estado en sus funciones de derecho público.
Los OPD que usen o aprovechen bienes del dominio público de la nación o presten servicios públicos exclusivos del Estado, estarán obligados a pagar los derechos que establece la ley.
¿Qué se requiere?
Las rutas
Habría señales de senderos como “muy fácil”, “fácil”, “difícil”, “muy difícil” y “sólo expertos”.
Rutas oficiales
Agua Brava.
La Antigua.
Huilustre.
Rutas identificadas que invaden
Bajada La Cebada.
Pista del Nacional.
Baja del Ángel.
Bajada del diablo.
Subida sin nombre.
Toboganes Viejos.
La Brujita.
La Torre I.
Obsidianas.
Papa Chávez.
Bajada de la Torre.
La Mosca.
El Garrison.
La Glorieta.
Toboganes.
La Torre II.
Bajada de la Reforestación.
Subida a la Cebada.
La Tronadora.