Jalisco
Político y académico
Bravo Padilla tiene más de tres décadas vinculado a la Universidad
GUADALAJARA, JALISCO (31/ENE/2013).- Tonatiuh Bravo Padilla será, a partir del primero de abril, el cuadragésimo noveno rector de la historia de la Universidad de Guadalajara (UdeG). Muchas veces había estado allí en la lista de aspirantes, y tras más de una década de espera, se convierte en la cabeza de la casa de estudios jalisciense hasta 2019. Con apoyo considerable de la comunidad académica y con legitimidad entre el estudiantado, Bravo Padilla será el primer rector tras el turbulento rectorado de Carlos Briseño Torres y los casi cinco años de Marco Antonio Cortés Guardado como sustituto. Su victoria en el seno del Consejo General Universitario (CGU) fue holgada, logró reunir prácticamente 60% del apoyo de los consejeros.
Bravo Padilla tiene más de tres décadas vinculado a la Universidad. Es licenciado en Economía y desde sus primeros años en las aulas, sus inquietudes políticas quedan de manifiesto en su biografía. Todavía bajo el mandato de la Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG), organización estudiantil hegemónica en la UdeG durante las décadas de los sesenta, los setentas y los ochentas, Bravo Padilla fungió como presidente de la sociedad de alumnos de la Facultad de Economía, comenzando así su ascenso político al interior de la casa de estudios. En aquellos años, la Facultad de Economía tenía un predominio muy marcado del pensamiento marxista, una denuncia al modelo neoliberal y una visión de izquierda que aunque sigue existiendo entre muchos académicos de la ahora División de Economía, ahora la pluralidad del profesorado es mayor. Así, Bravo Padilla fue un estudiante con buena formación académica y un corte ideológico cercano a la izquierda y a la economía social.
Su trayectoria como líder universitario prosiguió en la FEG. En 1985, Bravo Padilla fue electo presidente de la organización estudiantil hasta 1988, un año antes de que Raúl Padilla llegara a la Rectoría de la UdeG. Al interior de la FEG, ya se empezaban a sentir impulsos de renovación, y la llegada de Padilla López tendió el camino hacia esta transformación de la organización. Bravo Padilla fue clave en este movimiento de la asociación, en conjunto con el movimiento democrático que se materializó con la formación del Congreso Constituyente de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) en 1991. Bravo Padilla acordó con el rector entrante Padilla López, y a partir de finales de los noventas, el proceso de renovación de las organizaciones estudiantiles universitarias estaba en marcha.
A partir del rectorado de Padilla López, lo que hoy conocemos como el Grupo de la Universidad de Guadalajara, se convirtió en la fuerza política dominante al interior de la UdeG. Desde aquellos días, Bravo Padilla experimentó un ascenso a puestos de mando en la institución: en 1993 fue coordinador ejecutivo de la institución y posteriormente, en 1998, fue por primera vez rector de este centro. Durante este periodo, Bravo Padilla no dejó las labores de aulas y siguió con su trayectoria de docente universitario.
En los noventas, Bravo Padilla forma parte de los primeros años del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en Jalisco, convirtiéndose en 1994 en diputado federal por este instituto político. En 1997, Bravo Padilla es candidato a la presidencia municipal de Guadalajara, y aunque no logró la victoria, su resultado fue positivo: obtuvo más de 96 mil votos y 15% de la votación efectiva, un porcentaje que nunca ha logrado repetir el PRD en el municipio. No fue sino hasta 2006 cuando Bravo Padilla volvió a llegar a San Lázaro, también a través del PRD y fungió como presidente de la Comisión de Educación. El ahora rector electo de la UdeG, sigue vinculado al Sol Azteca, y es una de las voces más fuertes al interior del partido político. Durante su última aparición como diputado federal, Bravo Padilla sirvió de conducto de los intereses de la UdeG en la Federación, y en su entorno muchos lo ven como una participación destacada. Y aunque no ha aclarado que planee renunciar a la militancia perredista al ser electo rector de la UdeG, si confirmó en conferencia de prensa que los colores partidistas no tendrán ningún impacto en su conducción de la casa de estudios.
En la UdeG, a Bravo Padilla sólo le faltaba llegar a la silla de honor de rector. Tres años antes de su última incursión como diputado federal, también se desempeñó como vicerrector de la casa de estudios, durante el rectorado de Trinidad Padilla López. Y anteriormente, el todavía rector del CUCEA, fungió como director de Educación Media Superior, es decir, el coordinador de las preparatorias de la Universidad.
Actualmente es rector del CUCEA, uno de los centros con más empuje de la red universitaria. Bravo Padilla ha hecho de este plantel uno de los mejores dotados en términos de infraestructura, acceso a tecnologías y material complementario para la educación. Cuenta con una de las mejores bibliotecas de la red universitaria y Bravo Padilla ha logrado que el centro perfeccione el modelo departamental, que permite la movilidad de los alumnos entre distintos departamentos y planes de estudio. De la misma manera, es uno de los centros con las cuotas más altas para el mantenimiento de espacios de cómputo, la biblioteca y las áreas comunes del plantel.
En el proceso de selección del siguiente rector, Bravo Padilla dejó en claro muchos de sus objetivos en caso de llegar a ocupar la cabeza de la institución. A diferencia de otros candidatos, Bravo Padilla señaló que es clave para la Universidad un mejor acuerdo de financiamiento público que le permita reducir la presión que significa la nómina y el gasto corriente para la institución. De la misma manera, habló de eficiencia administrativa y de impulsar un nuevo modelo de oferta académica que responda a muchas de las demandas de la ciudadanía. Reconoció la deuda de la Universidad en términos de ampliación de matrícula, pero fue claro al señalar que la extensión sólo se podrá dar con mayor inversión y con mejores partidas presupuestales para la casa de estudios. También, en su conferencia de prensa tras ser electo como rector para el periodo 2013-2019, resaltó la importancia de apostar por la agenda cultural y señaló que la inversión en este rubro es clave para las funciones sustantivas de la UdeG.
Inicia una nueva etapa en la Universidad. Los retos no son pocos. La UdeG atiende a más de 230 mil alumnos, mucha de la infraestructura necesita de inversión urgente y la bomba pensionaria sigue dando de qué hablar en la institución. Bravo Padilla será rector hasta el último día de marzo de 2019, y parece un perfil que puede remediar de forma adecuada las necesidades políticas de la institución y los retos académicos.
EL INFORMADOR / ENRIQUE TOUSSAINT
Bravo Padilla tiene más de tres décadas vinculado a la Universidad. Es licenciado en Economía y desde sus primeros años en las aulas, sus inquietudes políticas quedan de manifiesto en su biografía. Todavía bajo el mandato de la Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG), organización estudiantil hegemónica en la UdeG durante las décadas de los sesenta, los setentas y los ochentas, Bravo Padilla fungió como presidente de la sociedad de alumnos de la Facultad de Economía, comenzando así su ascenso político al interior de la casa de estudios. En aquellos años, la Facultad de Economía tenía un predominio muy marcado del pensamiento marxista, una denuncia al modelo neoliberal y una visión de izquierda que aunque sigue existiendo entre muchos académicos de la ahora División de Economía, ahora la pluralidad del profesorado es mayor. Así, Bravo Padilla fue un estudiante con buena formación académica y un corte ideológico cercano a la izquierda y a la economía social.
Su trayectoria como líder universitario prosiguió en la FEG. En 1985, Bravo Padilla fue electo presidente de la organización estudiantil hasta 1988, un año antes de que Raúl Padilla llegara a la Rectoría de la UdeG. Al interior de la FEG, ya se empezaban a sentir impulsos de renovación, y la llegada de Padilla López tendió el camino hacia esta transformación de la organización. Bravo Padilla fue clave en este movimiento de la asociación, en conjunto con el movimiento democrático que se materializó con la formación del Congreso Constituyente de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) en 1991. Bravo Padilla acordó con el rector entrante Padilla López, y a partir de finales de los noventas, el proceso de renovación de las organizaciones estudiantiles universitarias estaba en marcha.
A partir del rectorado de Padilla López, lo que hoy conocemos como el Grupo de la Universidad de Guadalajara, se convirtió en la fuerza política dominante al interior de la UdeG. Desde aquellos días, Bravo Padilla experimentó un ascenso a puestos de mando en la institución: en 1993 fue coordinador ejecutivo de la institución y posteriormente, en 1998, fue por primera vez rector de este centro. Durante este periodo, Bravo Padilla no dejó las labores de aulas y siguió con su trayectoria de docente universitario.
En los noventas, Bravo Padilla forma parte de los primeros años del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en Jalisco, convirtiéndose en 1994 en diputado federal por este instituto político. En 1997, Bravo Padilla es candidato a la presidencia municipal de Guadalajara, y aunque no logró la victoria, su resultado fue positivo: obtuvo más de 96 mil votos y 15% de la votación efectiva, un porcentaje que nunca ha logrado repetir el PRD en el municipio. No fue sino hasta 2006 cuando Bravo Padilla volvió a llegar a San Lázaro, también a través del PRD y fungió como presidente de la Comisión de Educación. El ahora rector electo de la UdeG, sigue vinculado al Sol Azteca, y es una de las voces más fuertes al interior del partido político. Durante su última aparición como diputado federal, Bravo Padilla sirvió de conducto de los intereses de la UdeG en la Federación, y en su entorno muchos lo ven como una participación destacada. Y aunque no ha aclarado que planee renunciar a la militancia perredista al ser electo rector de la UdeG, si confirmó en conferencia de prensa que los colores partidistas no tendrán ningún impacto en su conducción de la casa de estudios.
En la UdeG, a Bravo Padilla sólo le faltaba llegar a la silla de honor de rector. Tres años antes de su última incursión como diputado federal, también se desempeñó como vicerrector de la casa de estudios, durante el rectorado de Trinidad Padilla López. Y anteriormente, el todavía rector del CUCEA, fungió como director de Educación Media Superior, es decir, el coordinador de las preparatorias de la Universidad.
Actualmente es rector del CUCEA, uno de los centros con más empuje de la red universitaria. Bravo Padilla ha hecho de este plantel uno de los mejores dotados en términos de infraestructura, acceso a tecnologías y material complementario para la educación. Cuenta con una de las mejores bibliotecas de la red universitaria y Bravo Padilla ha logrado que el centro perfeccione el modelo departamental, que permite la movilidad de los alumnos entre distintos departamentos y planes de estudio. De la misma manera, es uno de los centros con las cuotas más altas para el mantenimiento de espacios de cómputo, la biblioteca y las áreas comunes del plantel.
En el proceso de selección del siguiente rector, Bravo Padilla dejó en claro muchos de sus objetivos en caso de llegar a ocupar la cabeza de la institución. A diferencia de otros candidatos, Bravo Padilla señaló que es clave para la Universidad un mejor acuerdo de financiamiento público que le permita reducir la presión que significa la nómina y el gasto corriente para la institución. De la misma manera, habló de eficiencia administrativa y de impulsar un nuevo modelo de oferta académica que responda a muchas de las demandas de la ciudadanía. Reconoció la deuda de la Universidad en términos de ampliación de matrícula, pero fue claro al señalar que la extensión sólo se podrá dar con mayor inversión y con mejores partidas presupuestales para la casa de estudios. También, en su conferencia de prensa tras ser electo como rector para el periodo 2013-2019, resaltó la importancia de apostar por la agenda cultural y señaló que la inversión en este rubro es clave para las funciones sustantivas de la UdeG.
Inicia una nueva etapa en la Universidad. Los retos no son pocos. La UdeG atiende a más de 230 mil alumnos, mucha de la infraestructura necesita de inversión urgente y la bomba pensionaria sigue dando de qué hablar en la institución. Bravo Padilla será rector hasta el último día de marzo de 2019, y parece un perfil que puede remediar de forma adecuada las necesidades políticas de la institución y los retos académicos.
EL INFORMADOR / ENRIQUE TOUSSAINT