Jalisco

Turistas y creyentes asisten a templos del Centro Histórico

Personas de varios estados de la República aprovechan Semana Santa para conocer la ciudad

GUADALAJARA, JALISCO (02/ABR/2012).- Clic. Griselda y Elizabeth accionan sus pequeñas cámaras fotográficas verde y rosa. Con una sonrisa sostenida en los jóvenes rostros, ajenas a la homilía que un cura lleva a cabo, revisan en las pantallas de sus aparatos la imagen de un Cristo herido de rostro doliente. Oprimen el obturador, clic, y capturan los vitrales multicolores que están al interior de la Catedral metropolitana. Clic, y el flash distrae a varias personas que, sentadas sobre las largas bancas de madera, rezan El Credo. Clic. Clic. Clic. Se abrazan. Sonríen. Posan. Se van.

Oriundas de San Francisco del Rincón, Guanajuato, las hermanas aprovecharon las vacaciones de Semana Santa para conocer Guadalajara. No se quedaron a la misa de las 12:00 horas ni se confesaron. Únicamente querían "conocer la Catedral" y tomar algunas fotos. Al igual que ellas, rodeando la concurrencia que escucha misa, por los pasillos aromatizados se desparraman estudiantes de la Preparatoria 9 de Santa Anita que sólo asisten por "cumplir con una tarea" y grupos de turistas  que observan la arquitectura del lugar mientras un guía los dirige y les ofrece una explicación del sitio en que se encuentran: "Aquí está el cuerpo de Jesús Posadas Ocampo. Vamos a continuar por allá".

Una de las personas en situación de calle que piden dinero a los asistentes a la Catedral dice que con respecto a otras temporadas del año, le ha ido mejor. En minutos consigue algunas monedas con unos turistas extranjeros, además de un plátano maduro envuelto en una bolsa de plástico y una botella de agua que le obsequia una niña.

A un costado de la Catedral, en el templo de Nuestra Señora de la Merced, desde las 11:00 horas hay filas de hasta 10 personas que esperan a que algún cura los confiese y otras tantas -de pie, sentadas, hincadas- escuchan atentas el mensaje del cura que les pide que se alejen de la violencia. Cerca de allí, en la Iglesia de San José de Gracia, Alicia dice que las personas observan de cerca los templos porque aunque no sean católicos "van a admirar el arte que hay al interior".

Con respecto a la presencia de "mirones" en las iglesias durante la temporada vacacional, Arnulfo Jaime Arámbula, Rector de la Catedral, comenta: "¿Qué tanto es el creyente del mirón? ¿Quién puede distinguir una cosa de otra? Es el caso de Simón Sirineo que andaba de mirón y le tocó el honor de llevar la cruz de Cristo. Un mirón puede salir creyente y un creyente, quizá, en algún momento, por alguna razón, pierda la fe".

Señala que la afluencia en la Catedral también se debe a que "es el edificio más antiguo y principal en Guadalajara (...). Claro que atrae las miradas y creyentes y no creyentes la visitan. No puede uno desconocer lo que tiene como edificio histórico y cultural".

Jaime Arámbula destaca que durante Semana Santa las limosnas no tienen un incremento considerable: "Las limosnas van de acuerdo a la situación del país. Si la situación del país y del mundo no es boyante, pues también lo mismo (pasa en la Iglesia); pero no es esa la preocupación de la Iglesia. Dios es providente y Cristo nos enseñó a vivir con austeridad".

Por su parte, Reynaldo Brizuela, cura de las parroquias Aranzazú y San Francisco, asegura que las aportaciones de los creyentes durante esta temporada "son suficientes para cubrir los gastos", y comenta que durante las misas que ofrece asiste gente que se concentra en la ceremonia y no en el "turismo religioso".

Salvador Ramírez, sacerdote que llevó a cabo la misa de las 12:00 horas en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, afirma que la mayoría de las personas llegan al templo movidos por la fe: "Lo que mueve a la gente al venir aquí es el sentido de fe que tienen y no por turismo". Carmen Chacón,  encargada desde hace más de 20 años de recoger las limosnas dice que los apoyos económicos de los católicos varían: "Es como en las tiendas, hay días buenos y días malos".

Carmen ingresa a una pieza en donde vacía las monedas, algunos dólares y billetes de 20 pesos sobre una caja. Cuando sale a regresar las canastas a su sitio, a pocos metros, ya hay un enjambre de personas que -celular en mano- toman fotografías por todos lados.

EL INFORMADOR / GONZALO JÁUREGUI

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