Jalisco

Un 'camionazo' aprobado con escasa oposición

Solo la FEU, Tlajomulco, Coparmex, Puerto Vallarta y Tepatitlán se oponen a la tarifa de siete pesos

GUADALAJARA, JALISCO (21/DIC/2013).- Ya estaba acordado. Alberto Uribe, el secretario general de Tlajomulco, lo sostuvo así frente a 32 representantes de la Comisión de Tarifas que votaron en mayoría el aumento a la tarifa del transporte público. Sólo cinco, él incluido, rechazaron la decisión por el impacto que ésta traerá a los bolsillos del usuario.
 
Basó tal aseveración en los boletos que desde el jueves ya se estaban entregando, y la amplia difusión que se dio en Internet a las fotos tomadas a éstos. También en lo curioso que le resultó leer la orden del día y encontrar que en el quinto punto se leía "aprobación de alza a las tarifas", y no el acostumbrado "revisión, discusión y, en su caso, aprobación de alza a las tarifas".
 
Pidió que se modificara, pues el acuerdo aún no se había tomado. Mauricio Gudiño, secretario de Movilidad y presidente de la Comisión de Tarifas, le tomó la palabra y solicitó votación para modificar ese punto. Alberto Uribe sonrió con sarcasmo; para él la discusión fue un mero protocolo.
 
Pero hubo quién lo refutó. Alfredo Barba, alcalde de Tlaquepaque, negó que hubiera un acuerdo previamente tomado y le pidió al ex alcalde interino de Tlajomulco que demostrara sus dichos.
 
Fueron 32 los asistentes, pero ni una tercera parte de ellos tomó participación activa en el debate que se prolongó durante cuatro horas. Los políticos defendían la representación ciudadana en sus espaldas, y los transportistas hacían lo propio por un negocio que requería una inyección "urgente" de recursos a través del pasaje.
 
El aire acondicionado se activó y desactivó en varias ocasiones. Aparentemente, la garganta de Mauricio Gudiño padecía los estragos del clima artificial. La concentración de aromas en el interior de la pequeña aula en donde se discutían las tarifas crecía conforme los minutos avanzaban.
 
La Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), a través de su presidente Alberto Galarza, "El Rojo", también se involucró en la sesión. Mucho antes que el tema de transporte público urbano llegara comenzó a cuestionar los ingresos de los transportistas y demostró incredulidad en los argumentos estadísticos que a todos presentó el Instituto de Movilidad.
 
Eso motivó al presidente de la Comisión a recordarle que aún no se abordaba el tema por el cual se vertían argumentos. Alfredo Barba también pidió que continuara la exposición de motivos, y después comenzara el debate.
 
Pleito por los mototaxis
 
La negativa rotunda de la representación de Tlajomulco durante la discusión llevó al titular del Sistema de Transporte Colectivo de la Zona Metropolitana de Guadalajara (Sistecozome), Javier Contreras, a solicitar en medio de formalismos una "autocrítica", pues al final del día, Tlajomulco también "tiene mucho que ver en el desorden" causado por los mototaxis en la localidad.
 
Le invitó a recordar que el medio de transporte que se impulsó durante la administración alfarista en Tlajomulco, hoy se ha convertido en "uno de los peores servicios de transporte del mundo", dados los riesgos latentes de un vehículo con tres ruedas, y presentó estadísticas de percances provocados por este medio de transporte. Pidió también que aceptara lo anterior para alcanzar "calidad moral" en las criticas al alza de tarifas.
 
Uribe replicó de inmediato. Los mototaxis, dijo, han crecido por concesiones y permisos otorgados por el Tribunal de lo Administrativo del Estado ( TAE) y la Secretaría de Movilidad. Pidió que Sistecozome le entregara también la estadística de percances y muertes provocadas por el transporte público, lo cual levantó cuchicheos entre los asistentes.
 
El pleito por los mototaxis demoró, aunque la nueva Ley de Movilidad advierte que éstos desaparecerán. Jorge Arana se sumó a la reyerta y pidió que estos vehículos fueran impedidos de circular. Alfredo Barba también solicitó la palabra para defender su solidaridad con el gremio de sindicalizados mototaxistas de la CROC, y refirió que "si el servicio existe, es porque se necesitaba".
 
La pelea por la tarifa
 
Poco alegato hubo para discutir los costos de pasaje en taxi, grúas y cuencas de servicio. Después, la verdadera discusión por las tarifas comenzó.
 
Mario Córdova, del Instituto de Movilidad, detalló las estadísticas y el incremento "dispar" entre el precio de las unidades y sus partes, contra el salario mínimo de 2009 a la fecha, que ha crecido en un 23 por ciento, contra, por ejemplo, 78 por ciento en las llantas y 54 por ciento el combustible diésel.
 
Finalmente la sesión llegó a la cifra sugerida: ocho pesos por pasaje en la metrópoli, y 8.50 en Puerto Vallarta, que permitirían una utilidad neta de 60 centavos por pasaje. La tormenta de críticas en redes sociales comenzó a caer, y el alcalde de Tlaquepaque fue el primero en el aula en reaccionar. A él siguió la representación universitaria de "El Rojo", y el de Tlajomulco Alberto Uribe.  
 
"Acribillar" el bolsillo del ciudadano
 
"No coincido y no comparto la propuesta", replicó Alfredo Barba, tras considerarla "desconsiderada" para los trabajadores que recibirán un incremento de apenas dos pesos con 50 centavos en el salario mínimo. La propuesta que el primer edil presentó y defendió fue de 6.50.
 
Alberto Uribe concentró su atención en el teléfono. Escribió lo siguiente en su cuenta de Twitter: "La tarifa del transporte público en 1999 era de $2.50 y en el 2013 está en $6, lo que representa un incremento del 140 por ciento". Después declaró que el aumento "acribillaría" el bolsillo del ciudadano.
 
El alcalde tapatío, Ramiro Hernández, finalmente tomó la palabra y expuso su opinión. Se alejó de toda cortesía política para reconocer que cada integrante de la Comisión de Tarifas tenía un fin específico, en franca alusión a los bonos que una decisión del tipo genera o ahuyenta de las carreras políticas. Dejó en claro que los dos pesos adicionales significarían una "desproporción enorme" para que ciudadanos logren otros satisfactores, aunque centró su atención en la nueva Ley de Movilidad y las "bondades" que ésta ofrecerá para obligar a cumplir con un servicio de transporte público eficiente.
 
"El Rojo" volvió a pedir la palabra. Ésta se le concedió y lanzó un llamado de extrañeza por la gran cantidad de transportistas, y la prácticamente nula presencia de ciudadanos en la Comisión. La representación de Puerto Vallarta --el alcalde no acudió-- también advirtió extrañeza por incrementar el costo del servicio, cuando en el municipio costero éste es "peor que el que se presta en la Zona Metropolitana".
 
Coparmex y Tepatitlán también mostraron rechazo. A este punto la comunidad en redes sociales sugería que la discusión a ocho pesos se trataba de una "maniobra" para que al final quedara en siete, y demostrar así "la defensa del pueblo".
 
Los argumentos de los transportistas
 
Pero los transportistas también mostraron su realidad. Usando presentaciones en diapositivas, defendieron que la retención de la tarifa en seis pesos no era viable, pues se corría el riesgo de que el servicio empeorara. Destacaron su gran apoyo a la nueva Ley de Movilidad, algo que anteriormente "no habría ocurrido".
 
También ventilaron el uso que se da a las unidades de transporte público (que permanecen "19 horas encendidas a diario"), la constante necesidad de adquirir piezas nuevas y la inversión en revisiones mecánicas. No obstante, la realidad también los llevó a aceptar que había "ciertas rutas" cuya cantidad de usuarios permitiría que en ellas la tarifa se mantuviera estática.
 
Rigoberto Díaz, representante de TUTSA, afirmó que "sí hay pérdidas en el negocio", y que es necesario "ser transportista para entender las problemáticas que se padecen". Juan Carlos Villareal, del Frente Unido de Subrogatarios, defendió a los trabajadores que han "aguantado" cuatro años sin un incremento salarial, y reconoció que sí hay una "percepción negativa" en la mayoría de usuarios.
 
Un transporte como en Barcelona
 
Además del idioma español, en Guadalajara y la ciudad española de Barcelona se comparte la calidad del servicio que se presta en el transporte público. La conclusión a la que llegó el líder de la Alianza de Camioneros, Hugo Higareda, despertó sonrisas con una amplia evidencia de sarcasmo en los rostros de los opositores al incremento de cobro por pasaje.
 
Mejor: homologar ambos sistemas de transporte sólo demoró ocho meses. De acuerdo con el líder transportista, el periodo (que empata con el arranque de la administración de Aristóteles Sandoval) ha significado un avance que antes no se había visto. A manera de ejemplo, presumió las 200 unidades con videovigilancia y sistema de posicionamiento satelital (GPS).
 
La incredulidad trascendió la estrecha sala en la que sólo 35 personas decidían el incremento, y donde era obligado el uso de un gafete de identidad para permanecer ahí. Las redes estallaron en críticas, pero él defendió también 80 unidades renovadas, y que 50 de éstas hoy sean impulsadas con gas.
 
El rostro de los incrédulos llevó a Higareda a levantar el tono de su voz, y criticó que muchos de los presentes no creyeran en los logros alcanzados porque, simplemente, "nunca se han subido a un camión".
 
Previamente, Mario Córdova, del Instituto de Movilidad, presumía que, en términos generales el servicio de transporte en la ciudad era calificado como "muy aceptable". Esto obligó a decenas de ciudadanos a subir a Internet fotografías de unidades con asientos destrozados o pollos de goma en lugar del dispositivo para detener el camión, entre otras carencias notables.
 
Transformación en un año, o regresión al costo por pasaje
 
Las horas transcurrían y la media noche se acercaba. La incomodidad de la mayoría era evidente. Y para resumir lo óptimo que resultaría el incremento tarifario, Higareda prometió que, de no mostrar resultados con un incremento de dos pesos, habría entera disposición de su parte en votar por la regresión a la tarifa en un año.
 
Alfredo Barba nuevamente tomó la palabra y llamó a apurar la discusión, pues en argumentos de debate "podrían pasar más horas".
 
"Ya está muy discutido el tema", agregó.
 
Salvo su propuesta de 6.50, o la sugerida por el Instituto de Movilidad de ocho, nadie había destacado una para el costo del pasaje. Los transportistas sugirieron que el incremento fuera "intermedio" y quedara en siete, con el propósito de que aumentara a ocho en un año.
 
Al escuchar lo anterior, Mauricio Gudiño aclaró su garganta y preguntó si esa era su propuesta. Jorge Arana habló y dijo que era "justo" un cobro de ocho pesos, pero que a su vez era totalmente injusto que el incremento fuera de dos pesos. Vislumbró su voto a favor y aceptó que éste tendría un costo político que eventualmente habría qué pagar.
 
Las propuestas serias

 
Fueron cuatro los montos que se discutieron en la recta final de la sesión: nulo aumento, 6.50, siete y ocho pesos. Mario Córdova sugirió que se priorizara el aumento intermedio de siete, y luego se escuchó a más de un transportista comentar que esa cantidad no garantizaba la optimización y, por ende, cumplir con los compromisos en un año. Otros prometieron esforzarse y lograr las mejoras, pero después sí discutir un nuevo incremento.
 
La representación de Tlajomulco nuevamente expuso su molestia, y la FEU tampoco se quedó atrás. El acuerdo estaba a punto de cristalizarse y la tarifa quedaría en siete pesos.
 
Mauricio Gudiño pidió iniciar la votación. Cinco palmas (FEU, Tlajomulco, Coparmex, Puerto Vallarta y Tepatitlán) se levantaron en contra. Dos más lo hicieron cuando se preguntó la abstención; el resto de los integrantes de la Comisión de Tarifas avaló el incremento de un peso.
 
Los asistentes se levantaron de sus asientos. Se abrazaron. Quienes manifestaron su negativa abandonaron el aula. Los medios buscaron reacciones y algunos de los asistentes accedieron a platicar, en la ya madrugada del 21 de diciembre de 2013, cuando se decidió un alza tarifaria que, según algunos, "ya estaba pactada en esos términos".
 

EL INFORMADOR / ISAACK DE LOZA

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