Jalisco
Vecinos de Los Silos claman apoyo de autoridades
La desatención de las autoridades, lo que en mayor medida demandan los habitantes del fraccionamiento
TLAJOMULCO DE ZÚÑIGA, JALISCO (11/SEP/2012).- Las condiciones de vida en el fraccionamiento Los Silos son difíciles. Problemas como el pandillerismo o la prostitución, son focos de inseguridad a los que los vecinos deben o eludir, o enfrentarse. Pero es la desatención de las autoridades lo que en mayor medida se denuncia; y es que, al saberse en los límites territoriales de dos municipios (Tlajomulco y El Salto), el sentimiento de los residentes de ese complejo habitacional es que “les han abandonado”.
Todos quieren dar voz, pero pocos gustan que su nombre sea publicado. “No, pa´ qué quieres que al rato estén ching… aquí con uno; yo sí te digo lo que quieras saber, pero nomás no pongas mi nombre porque nos metes en broncas”, habla “Pedro”, quien denuncia que las patrullas entran a Los Silos, pero sólo para “echar lío” con las mujeres del lugar.
“Ves a puro menor fumando hierba. Todos tienen qué ir por sus chavos a la escuela, porque a las niñas las agarran y les quitan sus cosas; luego en los baldíos no quiero ni pensar qué les hacen. Hay peleas de perros en las noches; tienen las tinas ahí afuera de las casas, y pobre de que los denuncies. Luego ahí andan unas morras que dan ‘nalga gratis’ con tal de que te golpeen, si no les caes bien”.
De acuerdo con “Pedro”, la Policía debe “ir” a ver qué sucede, porque “no lo hacen”. Las fiestas de madrugada son constantes y gozan de impunidad; se hizo un basurero clandestino y los robos a vivienda son algo que sucede a diario. “Aquí necesitamos matar a un cab… pa´ que la Policía nos haga caso”.
La venta de droga, asegura “Mario”, el hijo más pequeño de “Pedro”, es habitual, y los miembros de las pandillas “PLK, WCK, y Las Gradas” son quienes las consumen. Son los últimos, dice el niño de no menos de diez años, quienes se dedican a asaltar a quienes pasen cerca de ellos.
“Aquí le hablas a (la Policía de) El Salto y no viene; le hablas a Tlajomulco, y no viene. Está un módulo de seguridad aquí en Rancho Alegre; es el único, pero hace como dos meses fueron y se los prendieron, les aventaron Molotov, nomás pa´ que veas de qué hablamos”.
Doña Petra sabe que el fraccionamiento no está recibido, y refiere que la constructora Arcor está demandada porque “no tienen servicios”. Ella no levantó demanda alguna; tampoco conoce a nadie que lo haya hecho. Sólo es algo que “se dice por ahí”.
Pero la inseguridad, las escasas rutas de camión (sólo entran foráneos y cobran entre nueve y 12 pesos), y la poca disposición para “reubicarla” es algo que sufre a diario, y por lo que no puede hacer nada.
Su cuadra está llena de perros; todos a quienes conoce los han comprado para evitar que los delincuentes se metan a ellas con el fin de robarlas. Y la escasa seguridad, los constantes problemas vecinales y entre pandillas, la mantienen sin esperanza. Sólo pide que la autoridad, sea la que sea, “haga su trabajo y les dé soluciones”.
FRASES:
“Ismael del Toro vino, y como típico político: muchas promesas; prometió que iba a meter agua, a ponernos una caseta de vigilancia, y a poner policías; a ver qué pasa ya que sea alcalde”, “Pedro”, vecino de Los Silos
“En los matorrales que ves en todos lados se anidan culebras, ratas y hasta personas; y uno no sabe por qué están ahí”, Petra Ramírez, vecina de Los Silos
“Los pandilleros vienen de varios lados; no son nuestros vecinos. Ahí se reúnen a ‘loquear’ y a platicar con las morras que les dan lo que sea”, “Mario”, vecino de Los Silos
EL INFORMADOR / ISAACK DE LOZA
Todos quieren dar voz, pero pocos gustan que su nombre sea publicado. “No, pa´ qué quieres que al rato estén ching… aquí con uno; yo sí te digo lo que quieras saber, pero nomás no pongas mi nombre porque nos metes en broncas”, habla “Pedro”, quien denuncia que las patrullas entran a Los Silos, pero sólo para “echar lío” con las mujeres del lugar.
“Ves a puro menor fumando hierba. Todos tienen qué ir por sus chavos a la escuela, porque a las niñas las agarran y les quitan sus cosas; luego en los baldíos no quiero ni pensar qué les hacen. Hay peleas de perros en las noches; tienen las tinas ahí afuera de las casas, y pobre de que los denuncies. Luego ahí andan unas morras que dan ‘nalga gratis’ con tal de que te golpeen, si no les caes bien”.
De acuerdo con “Pedro”, la Policía debe “ir” a ver qué sucede, porque “no lo hacen”. Las fiestas de madrugada son constantes y gozan de impunidad; se hizo un basurero clandestino y los robos a vivienda son algo que sucede a diario. “Aquí necesitamos matar a un cab… pa´ que la Policía nos haga caso”.
La venta de droga, asegura “Mario”, el hijo más pequeño de “Pedro”, es habitual, y los miembros de las pandillas “PLK, WCK, y Las Gradas” son quienes las consumen. Son los últimos, dice el niño de no menos de diez años, quienes se dedican a asaltar a quienes pasen cerca de ellos.
“Aquí le hablas a (la Policía de) El Salto y no viene; le hablas a Tlajomulco, y no viene. Está un módulo de seguridad aquí en Rancho Alegre; es el único, pero hace como dos meses fueron y se los prendieron, les aventaron Molotov, nomás pa´ que veas de qué hablamos”.
Doña Petra sabe que el fraccionamiento no está recibido, y refiere que la constructora Arcor está demandada porque “no tienen servicios”. Ella no levantó demanda alguna; tampoco conoce a nadie que lo haya hecho. Sólo es algo que “se dice por ahí”.
Pero la inseguridad, las escasas rutas de camión (sólo entran foráneos y cobran entre nueve y 12 pesos), y la poca disposición para “reubicarla” es algo que sufre a diario, y por lo que no puede hacer nada.
Su cuadra está llena de perros; todos a quienes conoce los han comprado para evitar que los delincuentes se metan a ellas con el fin de robarlas. Y la escasa seguridad, los constantes problemas vecinales y entre pandillas, la mantienen sin esperanza. Sólo pide que la autoridad, sea la que sea, “haga su trabajo y les dé soluciones”.
FRASES:
“Ismael del Toro vino, y como típico político: muchas promesas; prometió que iba a meter agua, a ponernos una caseta de vigilancia, y a poner policías; a ver qué pasa ya que sea alcalde”, “Pedro”, vecino de Los Silos
“En los matorrales que ves en todos lados se anidan culebras, ratas y hasta personas; y uno no sabe por qué están ahí”, Petra Ramírez, vecina de Los Silos
“Los pandilleros vienen de varios lados; no son nuestros vecinos. Ahí se reúnen a ‘loquear’ y a platicar con las morras que les dan lo que sea”, “Mario”, vecino de Los Silos
EL INFORMADOR / ISAACK DE LOZA