Acabaron por admitirlo. La Secretaría de Salud Jalisco, o mejor dicho, su titular, Alfonso Petersen Farah, aceptó finalmente que el insecticida aplicado en los operativos para eliminar el mosco transmisor del dengue no está siendo eficiente. Según sus palabras, los insectos están “generando resistencia”.
Precisa que no hay “pruebas científicas”, pero aparentemente no hacen falta porque después de haber fumigado en algunas colonias, los casos positivos de contagio se presentaron nuevamente.
Se trata de una herencia negativa más de la gestión de Alfonso Gutiérrez Carranza, el anterior titular de la cartera de Salud. Pero no es atribuible sólo a él este afán de negar lo que ya era evidente.
Desde que el presidente del Consejo de Cámaras Industriales de Jalisco, Javier Gutiérrez Treviño, hizo pública la desconfianza de este organismo empresarial en la eficiencia del insecticida, el pasado 23 de septiembre, en la Secretaría de Salud negaron sistemáticamente que hubiera posibilidad de ello. Incluso, todavía el martes —ya con Gutiérrez Carranza fuera del cargo— reiteraron que no había irregularidades.
Hasta que el ahora secretario lo hizo público.
¿Quién o quiénes en la dependencia mantienen una estrategia de comunicación que finalmente se estrella con la realidad, hasta que el titular de la Secretaría sale a decir lo contrario?
Después de la experiencia lamentable en la que Salud Jalisco se confrontó con la Secretaría federal del ramo, por un manejo errático de cifras en contagios de dengue, la confianza ciudadana en la imagen de la autoridad sanitaria diminuyó.
Si nuevamente, con intención o por simple desconocimiento, se afecta la cercanía entre Secretaría de Salud y ciudadanía, cercanía que años atrás se daba por hecho automáticamente, entonces se está causando un daño aún mayor. La epidemia de dengue, por causas climáticas y naturales, llegará a un punto tan bajo, que se dará por controlada. ¿Y qué hay con la confianza, hoy resquebrajada y antes sólida, en las directrices que salían de esta dependencia?
Es rescatable que el secretario en funciones recomponga procedimientos y comportamientos que son meridianamente equivocados. Pero es urgente que erradiquen el manejo de informaciones que son verdades a medias o mentiras completas. La salud de los jaliscienses es una prioridad. Eso no ha cambiado.
Precisa que no hay “pruebas científicas”, pero aparentemente no hacen falta porque después de haber fumigado en algunas colonias, los casos positivos de contagio se presentaron nuevamente.
Se trata de una herencia negativa más de la gestión de Alfonso Gutiérrez Carranza, el anterior titular de la cartera de Salud. Pero no es atribuible sólo a él este afán de negar lo que ya era evidente.
Desde que el presidente del Consejo de Cámaras Industriales de Jalisco, Javier Gutiérrez Treviño, hizo pública la desconfianza de este organismo empresarial en la eficiencia del insecticida, el pasado 23 de septiembre, en la Secretaría de Salud negaron sistemáticamente que hubiera posibilidad de ello. Incluso, todavía el martes —ya con Gutiérrez Carranza fuera del cargo— reiteraron que no había irregularidades.
Hasta que el ahora secretario lo hizo público.
¿Quién o quiénes en la dependencia mantienen una estrategia de comunicación que finalmente se estrella con la realidad, hasta que el titular de la Secretaría sale a decir lo contrario?
Después de la experiencia lamentable en la que Salud Jalisco se confrontó con la Secretaría federal del ramo, por un manejo errático de cifras en contagios de dengue, la confianza ciudadana en la imagen de la autoridad sanitaria diminuyó.
Si nuevamente, con intención o por simple desconocimiento, se afecta la cercanía entre Secretaría de Salud y ciudadanía, cercanía que años atrás se daba por hecho automáticamente, entonces se está causando un daño aún mayor. La epidemia de dengue, por causas climáticas y naturales, llegará a un punto tan bajo, que se dará por controlada. ¿Y qué hay con la confianza, hoy resquebrajada y antes sólida, en las directrices que salían de esta dependencia?
Es rescatable que el secretario en funciones recomponga procedimientos y comportamientos que son meridianamente equivocados. Pero es urgente que erradiquen el manejo de informaciones que son verdades a medias o mentiras completas. La salud de los jaliscienses es una prioridad. Eso no ha cambiado.