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El estrés alcanza a los niños

Cada vez más infantes padecen enfermedades que antes sólo afectaban a los adultos, como es el caso de la gastritis

GUADALAJARA, JALISCO (16/SEP/2011).- Un niño siempre está feliz y tranquilo, mientras que el adulto es quien carga y sufre los problemas. Completamente falso.

El ritmo de la vida actual es complicado de sobrellevar y, al menos alguna vez, cualquier persona, menor o mayor, va a vivir una faceta de estrés en su vida.

Aunque parezca difícil de comprender, los pequeños también sufren de estrés, y lo pueden expresar de diversas maneras.

Un individuo en edad productiva, con presiones de trabajo, personales y económicas, demuestra su estrés con mal humor, depresión, problemas de salud, sobre todo a nivel intestinal, y tristeza.

En los niños ocurre igual, pero casi siempre son subestimados por sus padres o maestros.

Piensan que la irritabilidad, las rabietas, berrinches o sensibilidad son simples caprichos, y no siempre es así. En muchos casos, el niño quiere gritar que está estresado y no sabe cómo exponer su sentimiento.

Por menos común que parezca, muchos niños sufren de problemas intestinales como la gastritis, ocasionada por el estrés que viven a diario a causa de más demandas escolares y extracurriculares, como clases de inglés, natación u otra actividad en sus tiempos libres.

Se estima que el 10% de los niños en edad escolar padecen de estrés.

“Se ha vuelto muy frecuente este problema, se les pide que sean niños de éxito, con un potencial muy alto, pero también en la misma competencia en la escuela y las situaciones de familia, desembocan una situación de estrés”, advierte el médico adscrito al servicio de Psiquiatría del Hospital General de Occidente (HGO), Flavio Miramontes Montoya.

Vayamos a un escenario muy común. El niño de primer ingreso en el preescolar o escolar, se vomita en el automóvil durante el trayecto de su casa al plantel. Dice que le duele el estómago, llora, patalea y no tiene hambre. No siempre es un niño encaprichado, puede ser que esté estresado por el cambio en su vida, uno de los más importantes.

Lo malo es que los padres no reconocen estos síntomas y lo toman a la ligera, esperando que con el paso de los días el niño se calme, generalmente es así, pero algunos continúan con este tipo de demostraciones los meses siguientes, hasta que se acostumbran al estrés y llegan a ser adultos estresados.

De acuerdo con el especialista, hay niños que se adaptan de manera sencilla a un ambiente y otros que no lo consiguen. Si se encuentran en una situación difícil familiar, con retos económicos, ausencia de alguno de los padres o falta de tiempo para convivir, es fácil que se genere tensión en el núcleo familiar y sus integrantes, incluidos los hijos, se vean afectados.

Esto no es un tema nuevo, comenta el médico, los problemas estomacales por estrés en los niños siempre han existido, y quienes se dan cuenta en primera instancia son los profesores. Ahora ya se identifican esos conflictos como episodios de gastritis.

“De alguna manera, ya sea por la metodología o técnicas de enseñanza, antes los maestros eran más pacientes y los programas más sencillos. Ahora se da todo más rápido, el niño está sobre informado, ahora se da cuenta de muchas noticias en la televisión, en internet, y eso puede estresarlo”.

Gastritis amenaza más a las niñas


Debido a que el problema del estrés infantil muchas veces es subestimado, no existen estudios que avalen su relación con enfermedades o actitudes del niño. Sin embargo, el reporte internacional indica que hasta dos de cada 10 niños pueden presentar gastritis relacionada con el estrés.

Es definitivo, los papás de hoy ya no tienen ni la misma calma y paciencia, ni el mismo tiempo para atender a sus hijos como quisieran, debido a que, generalmente, ambos trabajan la mayor parte del tiempo. Esto acelera la vida de los pequeños desde temprana edad, y se van metiendo en una dinámica saturada y llena de compromisos.

Todo eso afecta su frágil estómago, sobre todo el de las niñas, quienes son más aprensivas, asegura la gastroenteróloga pediatra, Elizabeth García Rodríguez.

“Desde preescolar ya se puede identificar este tema, se llama también trastorno funcional, que se expresa con dolor abdominal, agruras o acidosis, eructos, distención abdominal, mal aliento, náuseas, asco, vómito y sensación de ardor”.

Es muy relativo. Un niño puede estar muy estresado y no tiene ningún padecimiento. Otro, con menos tensión, es atacado fácilmente por el estrés. No a todos les afecta igual y depende del carácter, si el pequeño es muy aprensivo y nervioso, o si es más “práctico”.

También hay factores hereditarios predisponentes que pueden desencadenar la gastritis, con mayor frecuencia en las niñas.

Aunque se da en todas las edades, la mayoría de los casos de gastritis infantil por estrés se dan en la pubertad y adolescencia.

Esta enfermedad da por periodos específicos y se exacerba con las emociones positivas o negativas, conflictos familiares y escolares como, por ejemplo, en tiempo de exámenes. Los niños presentan sus malestares de forma intermitente, y pueden ser uno o dos episodios en un periodo de tres meses.

Aunado a las presiones personales o de carácter familiar y escolar, es común que los niños abusen de alimentos condimentados, enchilosos o “chatarra”, que también afectan de manera importante su flora intestinal. De continuar con estos hábitos y no tratarse a tiempo, es muy probable que el problema siga caminando.

“Si se lleva a tiempo al niño con el médico, se puede ayudar a controlar este tipo de problemas por periodos muy prolongados; algunos responden con terapia conductiva, conductual, que debe ser otorgada por un psicólogo”.

Se trata de un problema muy frecuente, pero es necesario que no se eche en saco roto y los padres lleven a sus hijos a que los revise un profesional, pues si se trata de un trastorno psicosomático, como el de la gastritis por estrés, se debe hacer un buen diagnóstico para dar un tratamiento eficaz.

Para saber
Tips


*Los especialistas recomiendan a los padres de familia tener una mejor observación y comunicación con sus hijos, hablar con ellos, estar al tanto de lo que viven, de los síntomas que presentan y de su alimentación. También es importante promover la convivencia.

*Además, es recomendable que los niños practiquen algún deporte o actividad física que les agrade, para que ahí gasten toda la energía acumulada y sean niños física y mentalmente sanos.

PARA TOMAR EN CUENTA
Ojo, papás


Los padres deben estar muy al pendiente de cambios en sus hijos. Si sus niños se vuelven enfermizos, tienen problemas con el juego, se aburren fácilmente o tienen dificultades escolares, es necesario hacer una revisión al respecto.

Existe un subregistro en los casos de gastritis por estrés en los niños, pues casi siempre los agudos son tratados como problemas intestinales y no se asocian a las emociones.

Los episodios más fuertes de gastritis se dan durante las presiones escolares o familiares. Es difícil que en vacaciones o fines de semana los niños padezcan de ello, pues están más tranquilos.

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