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Las uvas 'milagrosas' de Año Nuevo
El fruto se ha vuelto indispensable en la cena de la Noche Vieja; representa la abundancia y prosperidad
GUADALAJARA, JALISCO (31/DIC/2015).- Si eres de esas personas que tienen lista la cubeta con agua para sacar las malas vibras del hogar, la maleta dentro del auto con motivo a atraer viajes en el nuevo año o simplemente acostumbras a usar ropa interior color roja y/o amarilla, es muy probable que las 12 uvas no falten en la cena de Año Nuevo, y es que aunque sólo se trate de una tradición como todas las demás que han pasado de boca en boca, sin la certeza de un origen completamente verídico, es uno de los ritos más populares que los mexicanos realizan con la esperanza a recibir en año nuevo salud, amor, fortuna, abundancia y felicidad.
Aunque esta tradición nació en España, se ha extendido a varios países latinoamericanos: Bolivia Argentina, Ecuador, Perú, Chile, Colombia, Venezuela y México. Se dice que las 12 uvas representan los 12 meses del año, por ello las uvas se comen a la medianoche con las 12 campanadas; una por repique.
Cada uva simboliza los deseos y propósitos que se quieren cumplir, además de significar la prosperidad del año entrante.
La leyenda dicta que quien logre comerse la docena al compás de las campanadas tendrá un año triunfante. Con estos hábitos muchos comerciantes vieron una buena oportunidad de negocio, con tal antecedente cada año ya se venden uvas individuales sin semilla.
De hecho, uno de los orígenes de las 12 uvas se tomó en cuenta masivamente en 1909, debido a un excedente de uva de la cosecha de Alicante, Almería y Murcia (ciudades de España). Sin embargo, antes de la comercialización ya existía la costumbre entre burgueses españoles.
El 2 de enero de 1894 se publicó en el periódico español “El Siglo Futuro” un artículo del día anterior del diario matutino “El Imparcial”, titulado “Las uvas bienhechoras”, donde se habló de la sana tradición: “importada de Francia, pero ha adquirido entre nosotros carta de naturaleza”.
A finales del año de 1895, el presidente del Consejo de Ministros comió uvas y bebió champán, por lo que para el año 1897 la prensa madrileña ya hacía referencia al ritual de la fruta: “Es costumbre madrileña comer doce uvas al dar las doce horas en el reloj que separa el año saliente del entrante”.
Posteriormente, a lo largo del tiempo toda España ya celebraba el inicio del año con las denominadas “uvas milagrosas”.
La costumbre sigue hasta el día de hoy, en algunos sitios comer las uvas es un momento de emoción, pero sin duda adquiere mayor fuerza cuando el consumo está acompañado de campanadas de enormes relojes. No obstante, muchas veces el somido se deja de lado y basta con darse un atracón de buena vibra en menos de un minuto.
¿Uvas rojas, verdes; con o sin semilla?
En realidad no hay un escrito que revele la presentación de las uvas; en España se utilizan las uvas frescas del Vinalopó. Hay quienes dicen que son mejores las uvas rojas, otros comentan que las verdes, es cuestión de preferencia.
Bocadillos internacionales de la suerte
En otros países hay alimentos típicos para cerrar el año con broche de oro y darle la mejor bienvenida año entrante. En Italia se acostumbra a cenar un plato de lentejas estofadas, con la idea de atraer la prosperidad. En Grecia se cocina un pastel bautizado como ‘Vassilopitta’, en el que se coloca en su interior una moneda de oro o plata y quien encuentre la fortuna escondida será el más victorioso de la casa.
Por su parte, en Filipinas se piensa que las frutas redondas atraen el éxito de la familia; por eso los filipinos colocan frutas alrededor de la mesa en “Nochevieja”.
Aunque esta tradición nació en España, se ha extendido a varios países latinoamericanos: Bolivia Argentina, Ecuador, Perú, Chile, Colombia, Venezuela y México. Se dice que las 12 uvas representan los 12 meses del año, por ello las uvas se comen a la medianoche con las 12 campanadas; una por repique.
Cada uva simboliza los deseos y propósitos que se quieren cumplir, además de significar la prosperidad del año entrante.
La leyenda dicta que quien logre comerse la docena al compás de las campanadas tendrá un año triunfante. Con estos hábitos muchos comerciantes vieron una buena oportunidad de negocio, con tal antecedente cada año ya se venden uvas individuales sin semilla.
De hecho, uno de los orígenes de las 12 uvas se tomó en cuenta masivamente en 1909, debido a un excedente de uva de la cosecha de Alicante, Almería y Murcia (ciudades de España). Sin embargo, antes de la comercialización ya existía la costumbre entre burgueses españoles.
El 2 de enero de 1894 se publicó en el periódico español “El Siglo Futuro” un artículo del día anterior del diario matutino “El Imparcial”, titulado “Las uvas bienhechoras”, donde se habló de la sana tradición: “importada de Francia, pero ha adquirido entre nosotros carta de naturaleza”.
A finales del año de 1895, el presidente del Consejo de Ministros comió uvas y bebió champán, por lo que para el año 1897 la prensa madrileña ya hacía referencia al ritual de la fruta: “Es costumbre madrileña comer doce uvas al dar las doce horas en el reloj que separa el año saliente del entrante”.
Posteriormente, a lo largo del tiempo toda España ya celebraba el inicio del año con las denominadas “uvas milagrosas”.
La costumbre sigue hasta el día de hoy, en algunos sitios comer las uvas es un momento de emoción, pero sin duda adquiere mayor fuerza cuando el consumo está acompañado de campanadas de enormes relojes. No obstante, muchas veces el somido se deja de lado y basta con darse un atracón de buena vibra en menos de un minuto.
¿Uvas rojas, verdes; con o sin semilla?
En realidad no hay un escrito que revele la presentación de las uvas; en España se utilizan las uvas frescas del Vinalopó. Hay quienes dicen que son mejores las uvas rojas, otros comentan que las verdes, es cuestión de preferencia.
Bocadillos internacionales de la suerte
En otros países hay alimentos típicos para cerrar el año con broche de oro y darle la mejor bienvenida año entrante. En Italia se acostumbra a cenar un plato de lentejas estofadas, con la idea de atraer la prosperidad. En Grecia se cocina un pastel bautizado como ‘Vassilopitta’, en el que se coloca en su interior una moneda de oro o plata y quien encuentre la fortuna escondida será el más victorioso de la casa.
Por su parte, en Filipinas se piensa que las frutas redondas atraen el éxito de la familia; por eso los filipinos colocan frutas alrededor de la mesa en “Nochevieja”.