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Nissan Rogue
Hay vehículos que son mayores de lo que quisiéramos, o demasiado chicos. La Nissan Rogue, empero, está hecha a la medida. Y no hablamos sólo de espacio.
¿Quién dijo que el tamaño no era importante? Lo es, y mucho. Sin embargo, cuando se habla de automóviles en estos tiempos, aún más de camionetas, el tamaño ideal es el intermedio, ni grande, ni chico. Como la Nissan Rogue.
Después de haberla probado durante una semana, el año pasado, cerca de su lanzamiento en México, tendremos ahora la oportunidad de convivir con la Nissan Rogue durante 90 días. Es un tiempo que nos dirá realmente cómo nos sentimos con el vehículo, qué tan a gusto o disgusto estaremos con él.
Porque, de alguna manera, los autos tiene también sus “mañas”, al igual que nosotros. Algunos parecen muy bien, pero con el tiempo no nos gustan los ruidos en su interior, o aquella protuberancia que nos da justo en la rodilla cuando lo manejamos. O la puerta se nos hace muy larga, o pesada, en fin, hay una serie de posibilidades que pueden dejarnos muy contentos o insatisfechos con un vehículo. Y esto, sólo el día a día nos dice.
Ahora ya con un par de semanas con la Rogue en nuestro poder, el saldo ha sido muy positivo. Para empezar, es agradable a la vista, lo que siempre es bueno antes de subir al auto por las mañanas. El interior es amplio, cómodo y limpio, es decir, las formas no son excesivas ni tratan de impresionar como lo hacen algunos estéreos con cara de “Darth Vader”.
Al ajustarla a nuestro tamaño, aparece el primer detalle de lo que “nos gustaría que fuera diferente”. El ajuste del volante es sólo de altura y no de profundidad, además, para los más altos, le hace falta subir un poco más. El resto es fácil y agradable. El asiento del conductor se ajusta de manera eléctrica en la versión que tenemos a prueba, la más equipada. Los espejos, seguros y cristales son también ajustables con motores eléctricos, lo que facilita la vida del conductor.
Los botones son de fácil manejo, están al alcance de la mano. Por el tamaño y forma de los relojes del tablero, su lectura es simple y tranquila. La Rogue, en general, tiene esa virtud casi minimalista, de formas suaves, continuas, limpias.
En la consola hay dos portavasos, apenas atrás de la palanca de la caja de velocidades; junto con otros dos compartimentos menores, para, digamos, las llaves y el teléfono celular. Sería interesante que, en el futuro, Nissan hiciera que la cubierta del compartimento central de la consola, entre los dos asientos, pudiera correr hacia delante, de modo a que se transformara en un más útil y efectivo descansa brazos.
El espacio es bueno para todos y todo. En otras palabras, hasta cinco pasajeros y su equipaje cuentan con un buen lugar en la Rogue, pero cuatro ocupantes irán, obviamente, mucho más a gusto. En la versión con quemacocos, los más altos sentirán el techo demasiado cerca de su cabeza. Y este es uno de los motivos por los que preferimos recomendar la versión intermedia de la Rogue como la más equilibrada.
Una de las consecuencias de tener todo el equipo posible a la mano, como en la Rogue SL AWD, es que pesa 85 kilogramos de más, lo que equivale a traer siempre a un pasajero extra. Esto, en nuestras primeras mediciones, nos ha arrojado un consumo de combustible urbano (el consumo mixto sólo sirve para quienes viven lejos, como en Chapala o Ajijic y trabajan en la ciudad) de 6.55 kilómetros por cada litro de Premium. Es un consumo de un auto con motor V6.
Parte de este consumo elevado se debe, lo sabemos, a hábitos y circunstancia de manejo. El mal hábito de arrancar fuerte en el semáforo se une a la buena costumbre de usar siempre el aire acondicionado (buena, porque es un detalle de seguridad, que aísla de los ruidos y de uno que otro amigo de lo ajeno), ayudan a aumentar la cantidad necesaria de gasolina para satisfacer nuestras exigencias. Una circunstancia que eleva el consumo es conducir durante relativamente pocos kilómetros por día, haciendo que el motor no llegue a la temperatura óptima de funcionamiento.
Porque la máquina de 2.4 litros y 170 caballos de la Rogue, responde bien y funciona adecuadamente junto con la caja de movimientos continuamente variables, llamada CVT por sus siglas en inglés. Esa buena respuesta nos incita a “ir por más”. Tan es así, que Nissan además se encargó de “picar” a los más atrevidos, al poner palancas en el volante para hacer cambios de velocidades. ¿Cómo se hacen cambios en una caja sin cambios? Programando previamente posiciones específicas de las poleas encontradas de la caja, para que funcionen en un determinado lugar. Nunca sentimos el brinco tradicional de una caja automática, sólo escuchamos el motor más o menos revolucionado. Raro, pero efectivo. Y del consumo, ni modo, el precio a pagar por el desempeño es la cuenta de la gasolina.
Al final de nuestro periodo con la Rogue, les diremos cómo nos fue. Les contaremos todos los secretos que compartiremos con ella, en esa etapa de nuestra vida en que estaremos juntos. Por ahora, sabemos que es agradable, silenciosa, armoniosa. El costo de mantenerla tal vez no sea tan barato como esperábamos. O quizá debamos cambiar nosotros para obtener más ahorro. Porque hasta ahora la Rogue mostró que es capaz de adaptarse para tener buen desempeño, puede ser que sea nuestra hora de conducirla con la suavidad suficiente para lograr que gaste menos. Ya les diremos.
Sergio Oliveira
Ficha Técnica
Nissan Rogue
Motor: Frontal transversal; cuatro cilindros en línea; 2.5 litros de desplazamiento; DOHC; 16 válvulas; con inyección de combustible secuencial multipunto. Potencia: 170 cv @ 6,000 rpm / Torque: 175 libras-pie @ 4,400 rpm.
Tracción: Integral.
Transmisión: Automática de tipo CVT, con modo manual de seis velocidades (6+R).
Suspensión: Delantera – Independiente, de tipo McPherson, con resortes helicoidales y barra estabilizadora. Trasera – Independiente, de tipo Multilink, con barra estabilizadora.
Frenos: De discos ventilados en las cuatro ruedas, con sistema antibloqueo (ABS), distribución electrónica de la fuerza de frenado (EBD) y asistente de frenado (BA).
Dirección: De piñón y cremallera, con asistencia eléctrica.
Dimensiones y capacidades:
Largo / Ancho / Alto (mm)
4,645 / 1,800 / 1,683
Distancia entre ejes: 2,690 mm
Peso: 1,595 kilogramos.
Tanque- 60 litros.
Cajuela- 818 litros.
Precio: 312,900 pesos
Resultados de la prueba realizada en el Autódromo Guadalajara:
Aceleración de 0 a 100 km/h: en 11.63 segundos
Frenado de 100 km/h a cero: en 42 metros
Cuarto de milla: 18.43 segundos a 122.9 km/h
Velocidad máxima observada: 210 km/h
Después de haberla probado durante una semana, el año pasado, cerca de su lanzamiento en México, tendremos ahora la oportunidad de convivir con la Nissan Rogue durante 90 días. Es un tiempo que nos dirá realmente cómo nos sentimos con el vehículo, qué tan a gusto o disgusto estaremos con él.
Porque, de alguna manera, los autos tiene también sus “mañas”, al igual que nosotros. Algunos parecen muy bien, pero con el tiempo no nos gustan los ruidos en su interior, o aquella protuberancia que nos da justo en la rodilla cuando lo manejamos. O la puerta se nos hace muy larga, o pesada, en fin, hay una serie de posibilidades que pueden dejarnos muy contentos o insatisfechos con un vehículo. Y esto, sólo el día a día nos dice.
Ahora ya con un par de semanas con la Rogue en nuestro poder, el saldo ha sido muy positivo. Para empezar, es agradable a la vista, lo que siempre es bueno antes de subir al auto por las mañanas. El interior es amplio, cómodo y limpio, es decir, las formas no son excesivas ni tratan de impresionar como lo hacen algunos estéreos con cara de “Darth Vader”.
Al ajustarla a nuestro tamaño, aparece el primer detalle de lo que “nos gustaría que fuera diferente”. El ajuste del volante es sólo de altura y no de profundidad, además, para los más altos, le hace falta subir un poco más. El resto es fácil y agradable. El asiento del conductor se ajusta de manera eléctrica en la versión que tenemos a prueba, la más equipada. Los espejos, seguros y cristales son también ajustables con motores eléctricos, lo que facilita la vida del conductor.
Los botones son de fácil manejo, están al alcance de la mano. Por el tamaño y forma de los relojes del tablero, su lectura es simple y tranquila. La Rogue, en general, tiene esa virtud casi minimalista, de formas suaves, continuas, limpias.
En la consola hay dos portavasos, apenas atrás de la palanca de la caja de velocidades; junto con otros dos compartimentos menores, para, digamos, las llaves y el teléfono celular. Sería interesante que, en el futuro, Nissan hiciera que la cubierta del compartimento central de la consola, entre los dos asientos, pudiera correr hacia delante, de modo a que se transformara en un más útil y efectivo descansa brazos.
El espacio es bueno para todos y todo. En otras palabras, hasta cinco pasajeros y su equipaje cuentan con un buen lugar en la Rogue, pero cuatro ocupantes irán, obviamente, mucho más a gusto. En la versión con quemacocos, los más altos sentirán el techo demasiado cerca de su cabeza. Y este es uno de los motivos por los que preferimos recomendar la versión intermedia de la Rogue como la más equilibrada.
Una de las consecuencias de tener todo el equipo posible a la mano, como en la Rogue SL AWD, es que pesa 85 kilogramos de más, lo que equivale a traer siempre a un pasajero extra. Esto, en nuestras primeras mediciones, nos ha arrojado un consumo de combustible urbano (el consumo mixto sólo sirve para quienes viven lejos, como en Chapala o Ajijic y trabajan en la ciudad) de 6.55 kilómetros por cada litro de Premium. Es un consumo de un auto con motor V6.
Parte de este consumo elevado se debe, lo sabemos, a hábitos y circunstancia de manejo. El mal hábito de arrancar fuerte en el semáforo se une a la buena costumbre de usar siempre el aire acondicionado (buena, porque es un detalle de seguridad, que aísla de los ruidos y de uno que otro amigo de lo ajeno), ayudan a aumentar la cantidad necesaria de gasolina para satisfacer nuestras exigencias. Una circunstancia que eleva el consumo es conducir durante relativamente pocos kilómetros por día, haciendo que el motor no llegue a la temperatura óptima de funcionamiento.
Porque la máquina de 2.4 litros y 170 caballos de la Rogue, responde bien y funciona adecuadamente junto con la caja de movimientos continuamente variables, llamada CVT por sus siglas en inglés. Esa buena respuesta nos incita a “ir por más”. Tan es así, que Nissan además se encargó de “picar” a los más atrevidos, al poner palancas en el volante para hacer cambios de velocidades. ¿Cómo se hacen cambios en una caja sin cambios? Programando previamente posiciones específicas de las poleas encontradas de la caja, para que funcionen en un determinado lugar. Nunca sentimos el brinco tradicional de una caja automática, sólo escuchamos el motor más o menos revolucionado. Raro, pero efectivo. Y del consumo, ni modo, el precio a pagar por el desempeño es la cuenta de la gasolina.
Al final de nuestro periodo con la Rogue, les diremos cómo nos fue. Les contaremos todos los secretos que compartiremos con ella, en esa etapa de nuestra vida en que estaremos juntos. Por ahora, sabemos que es agradable, silenciosa, armoniosa. El costo de mantenerla tal vez no sea tan barato como esperábamos. O quizá debamos cambiar nosotros para obtener más ahorro. Porque hasta ahora la Rogue mostró que es capaz de adaptarse para tener buen desempeño, puede ser que sea nuestra hora de conducirla con la suavidad suficiente para lograr que gaste menos. Ya les diremos.
Sergio Oliveira
Ficha Técnica
Nissan Rogue
Motor: Frontal transversal; cuatro cilindros en línea; 2.5 litros de desplazamiento; DOHC; 16 válvulas; con inyección de combustible secuencial multipunto. Potencia: 170 cv @ 6,000 rpm / Torque: 175 libras-pie @ 4,400 rpm.
Tracción: Integral.
Transmisión: Automática de tipo CVT, con modo manual de seis velocidades (6+R).
Suspensión: Delantera – Independiente, de tipo McPherson, con resortes helicoidales y barra estabilizadora. Trasera – Independiente, de tipo Multilink, con barra estabilizadora.
Frenos: De discos ventilados en las cuatro ruedas, con sistema antibloqueo (ABS), distribución electrónica de la fuerza de frenado (EBD) y asistente de frenado (BA).
Dirección: De piñón y cremallera, con asistencia eléctrica.
Dimensiones y capacidades:
Largo / Ancho / Alto (mm)
4,645 / 1,800 / 1,683
Distancia entre ejes: 2,690 mm
Peso: 1,595 kilogramos.
Tanque- 60 litros.
Cajuela- 818 litros.
Precio: 312,900 pesos
Resultados de la prueba realizada en el Autódromo Guadalajara:
Aceleración de 0 a 100 km/h: en 11.63 segundos
Frenado de 100 km/h a cero: en 42 metros
Cuarto de milla: 18.43 segundos a 122.9 km/h
Velocidad máxima observada: 210 km/h