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Opinión universitaria
Capacidad de Asombro: un punto de partida y salida
GUADALAJARA, JALISCO (21/JUN/2010).-Hoy repasando lo impartido en la Clase de Introducción a la Administración confirmé una vez más que Aristóteles después de 23 siglos seguirá estando siempre vigente. En su libro de Metafísica explica que el deseo de saber y el motor de toda acción se enfocan y se motivan por lo que más se admira o lo que más asombra.
El asombro es definido por la Real Academia de la Lengua Española como susto, espanto o gran admiración. Es según este gran pensador, el inicio de todo, lo que permite acercarse a algo, para conocerlo, dominarlo, aplicarlo y transformarlo. Aristóteles afirma que el asombro es el principio de toda ciencia, de todo conocimiento; a lo que yo agrego: la ignorancia es la otra parte de la moneda. Ignorar es falta de conocimiento, de ciencia, de experiencia, de letras, de noticias y es también el acto de no hacer caso a algo o a alguien es aquí donde quiero hacer énfasis, por lo que si lo pensamos según la lógica de Aristóteles, sería la parálisis de conocimiento y de acción, es el estancamiento del individuo o de su sociedad.
Ahora bien, bajaré a la realidad actual de nuestro país y dejaré a Aristóteles por un momento. Todos hemos visto en estos últimos años un aumento exponencial y generalizado de violencia, ya sea que hemos tenido contacto directo con ella o la escuchamos y leemos día a día en las noticias. Seguramente muchos habrán pensado ¿y yo qué puedo hacer, yo no puedo hacer nada frente a la delincuencia organizada, el narcotráfico, la pérdida de valores o la migración hacia nuestro vecino del norte? En relación con lo que he dicho anteriormente, les pido, les suplico; no dejar de asombrarnos, sin asombro no hay conclusión ni acción posible frente a nada. Perder la capacidad de asombro es ser indiferente e ignorante a la realidad social lo cual nos lleva a centrarnos en nuestros propios pensamientos y esto nos conduce a una pérdida de organización para convertirnos en individuos y no en sociedad, por lo tanto no en ciudadanos que participan y luchan por transformar la realidad sino en simples gobernados.
Hemos dejado de asombrarnos de lo bueno también, nuestra juventud carece de héroes a los cuales admirar (espero no llegar a que la delincuencia sea tan común a todos y la veamos tan cotidiana que las nuevas generaciones lleguen a admirar a los criminales). El no tener héroes los paraliza ya que no tienen un motivo o ejemplo a seguir para comenzar a estudiar más y mejor, a crear conocimiento y buenas costumbres. Gran parte de la juventud se ha dejado de asombrar de los que hacen uso cotidiano de las drogas, por lo que se vuelven permisivos y pasivos ante ello.
Por favor, alumnos, compañeros profesores y lectores, no perdamos nuestra capacidad de asombro para no paralizarnos, intentemos en nuestros actos ser dignos de admiración para crear motivación en los que nos rodean e intentar cambiar nuestra realidad social.
El asombro es definido por la Real Academia de la Lengua Española como susto, espanto o gran admiración. Es según este gran pensador, el inicio de todo, lo que permite acercarse a algo, para conocerlo, dominarlo, aplicarlo y transformarlo. Aristóteles afirma que el asombro es el principio de toda ciencia, de todo conocimiento; a lo que yo agrego: la ignorancia es la otra parte de la moneda. Ignorar es falta de conocimiento, de ciencia, de experiencia, de letras, de noticias y es también el acto de no hacer caso a algo o a alguien es aquí donde quiero hacer énfasis, por lo que si lo pensamos según la lógica de Aristóteles, sería la parálisis de conocimiento y de acción, es el estancamiento del individuo o de su sociedad.
Ahora bien, bajaré a la realidad actual de nuestro país y dejaré a Aristóteles por un momento. Todos hemos visto en estos últimos años un aumento exponencial y generalizado de violencia, ya sea que hemos tenido contacto directo con ella o la escuchamos y leemos día a día en las noticias. Seguramente muchos habrán pensado ¿y yo qué puedo hacer, yo no puedo hacer nada frente a la delincuencia organizada, el narcotráfico, la pérdida de valores o la migración hacia nuestro vecino del norte? En relación con lo que he dicho anteriormente, les pido, les suplico; no dejar de asombrarnos, sin asombro no hay conclusión ni acción posible frente a nada. Perder la capacidad de asombro es ser indiferente e ignorante a la realidad social lo cual nos lleva a centrarnos en nuestros propios pensamientos y esto nos conduce a una pérdida de organización para convertirnos en individuos y no en sociedad, por lo tanto no en ciudadanos que participan y luchan por transformar la realidad sino en simples gobernados.
Hemos dejado de asombrarnos de lo bueno también, nuestra juventud carece de héroes a los cuales admirar (espero no llegar a que la delincuencia sea tan común a todos y la veamos tan cotidiana que las nuevas generaciones lleguen a admirar a los criminales). El no tener héroes los paraliza ya que no tienen un motivo o ejemplo a seguir para comenzar a estudiar más y mejor, a crear conocimiento y buenas costumbres. Gran parte de la juventud se ha dejado de asombrar de los que hacen uso cotidiano de las drogas, por lo que se vuelven permisivos y pasivos ante ello.
Por favor, alumnos, compañeros profesores y lectores, no perdamos nuestra capacidad de asombro para no paralizarnos, intentemos en nuestros actos ser dignos de admiración para crear motivación en los que nos rodean e intentar cambiar nuestra realidad social.